Uno de los dos dice la verdad, o los dos mienten. Y es que muchos cabos quedan sueltos en la denuncia presentada por Celina del Carpio contra el alcalde bustamantino Alfredo Zegarra, por supuestamente haber pretendido pagarle una deuda electoral con dineros de la municipalidad.

En los descargos de Zegarra, la denuncia interpuesta por Celina Del Carpio es una argucia que tiene tintes de venganza personal y política, para impedir su candidatura a la alcaldía provincial. Su versión será analizada en el Poder Judicial.

Pero ¿quién es la artífice del que sería el primer gran tropiezo de Zegarra, hasta ahora favorito de las encuestas?

Celina del Carpio y Alfredo Zegarra se conocieron cuando éste último ejercía la docencia en la facultad de Medicina de la Universidad San Agustín, donde Celina del Carpio era trabajadora administrativa. En vista que ya tenía experiencia como regidora provincial, cuando formó parte del gobierno municipal de Cáceres Velásquez, Zegarra la invita a formar parte de su lista de regidores en las elecciones distritales de 2002. Sin embargo, cuando Zegarra es elegido alcalde, Celina del Carpio fue desembarcada como regidora, antes de juramentar.

El motivo fue que Celina del Carpio, en su condición de servidora pública, debía haber solicitado licencia sin goce de haber durante la campaña electoral, algo que no hizo. Ante una denuncia, el Concejo Municipal y el JNE la vacaron. Pero Celina parece no haberlo olvidado. En su versión, su desembarcó fue un pago de favor que tuvo que hacer Zegarra luego que sufriera un accidente de tránsito. Ella manifiesta que el hermano del que fue su reemplazo, Paul Rondón, ayudó a que el dosaje etílico del entonces postulante a alcalde saliera negativo. Esa fue la primera deuda que Celina le apuntó a Zegarra. Años más tarde, el 2006, para resarcirla, la consideraron en la lista que postularía a Zegarra como alcalde provincial. Cuando Zegarra desistió de esa empresa, Celina volvió a quedar en el aire. Según dice ella solo quería que le devolvieran los 3 mil 500 dólares que abonó para la frustrada campaña.

Aunque dice no estar completamente segura del cargo al cual postulará, Celina del Carpio manifiesta que se lanzará a la política nuevamente. Aunque se la vocea como una posible regidora de Luis Cáceres, ella dice que aún baraja la posibilidad de lanzar su candidatura como alcaldesa, podría ser en Sachaca, en Bustamante y Rivero o en la Provincial. Asegura tener la trayectoria suficiente.

Efectivamente, Celina del Carpio es un personaje polémico y de larga data. Hace más de una década fue secretaria del Sindicato de Trabajadores de la UNSA, del cual fue expulsada el año pasado. Los detractores de Celina del Carpio advierten en ella un desmesurado afán protagónico, y la creación de una serie de organizaciones que utiliza para provecho personal.

Una de ellas es la Organización Regional de Mujeres Indígenas de Arequipa (ORMI), una asociación que supuestamente vela por los intereses de las indígenas arequipeñas, y con la cual Celina ha realizado numerosos viajes al extranjero desde el 2003, año en que viajó hasta Washington para participar en el grupo de trabajo del Proyecto de Declaración Americana Sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Ha sido también representante de las mujeres mineras, campesinas, entre otras más. Actividades que en definitiva no ejerce.

Julio López Pinto, presidente de la Federación Regional de Comunidades Campesinas, (FERCA) asegura que el único gremio que agrupa a campesinos y comuneros es la FERCA, y Celina del Carpio no pertenece a ella. Según Julio López, tanto Celina como su esposo Fortunato Turpo llegaron hasta la ONU, aprovechando la desorganización de las comunidades campesinas.

Según las personas que alguna vez pertenecieron a su círculo cercano, Celina del Carpio realiza actividades de fachada y recibe ayuda internacional de una ONG. Inés Choque Yanqui de la comunidad de San Juan de Tarucani, indica que en agosto del año pasado fue invitada a asistir a un encuentro de campesinos en Bolivia, sin embargo debido a que todavía tenían problemas con su inscripción en Registro Públicos quien terminó yendo fue Celina del Carpio.

Actualmente Celina es miembro del Comité de Vigilancia del Presupuesto Participativo del Gobierno Regional de Arequipa, institución a la cual, según sus críticos, es bastante afín, cuando su función es fiscalizarla. Dos de sus hermanos llegaron a laborar allí en la gestión de Guillén Benavides, a quien conoce desde la universidad. José Miguel del Carpio fue Gerente Regional de Educación, relevado del cargo tras un incidente; y Salvador del Carpio aún labora como arquitecto.

Si bien la investigación fiscal dirá quién dice la verdad, Celina del Carpio ya se aseguró que su nombre empiece a sonar. (Unidad de Investigación)