Mientras siguen contradiciendo la versión del Ejército que asegura no ser culpable del ahogamiento de los 6 soldados este domingo, los familiares les dieron el último adiós en Ilave, Puno. El velatorio se realizó en el frontis de la municipalidad de la zona en presencia de cientos de pobladores.
Antes de pasear los féretros por la ciudad de Ilave, como homenaje, las madres de las víctimas rompieron su silencio. Ellas declararon que el Ejército les pidió silencio y los abandonaron, dejándolos sin ningún apoyo. A los policías fallecidos en protestas los despidieron con honores, izamientos de bandera y demás; sin embargo, la institución que se supone protege a los peruanos, brilla por su ausencia e insiste en culpar a los manifestantes.
También denunciaron que el Ejército nunca cuidó la integridad de sus hijos dentro de los cuarteles. Al final, fueron los mismos pobladores que brindaron apoyo económico a los familiares de los soldados ahogados. Puno sigue sufriendo.
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