Cinco años después (febrero del 2007) de la extraña muerte de la joven estudiante Norita Ramos Mendizábal en la piscina de la vivienda 110 de la Av. Libertad en Uchumayo, el caso fue archivado. Los acusados Iván Hurtado Frisancho y Jaime Díaz Rodríguez fueron absueltos por no haber indicios claros de qué en realidad produjo el deceso de la universitaria.
La hipótesis propuesta por la fiscalía, asfixia mecánica por estrangulamiento, fue dejada de lado, por que la información otorgada por el Ministerio Público tuvo omisiones y escasa labor en la investigación para consolidar dicha teoría.
“Si no hay indicios, es imposible una condena”, argumentó la juez Yeni Magallanes, en la lectura de la sentencia, quién además indicó que se conducirá informes al Ministerio Público para que se investigue la labor del médico legista, Carlos Saavedra, quién realizó la necropsia, que concluía que Norita habría muerto de una pancreatitis crónica.
Argumento, que fuera esgrimido por la defensa de los acusados, y refutado por otros peritos quienes afirmaron que era imposible que una pancreatitis produjera la muerte.
El levantamiento del cuerpo sin la presencia de un médico legista y la no verificación de los restos de sangre, tierra y prendas en el lugar del deceso, también hizo que el juzgado inste investigue a los peritos integrantes de la investigación en el 2007.
El fiscal, Nicolás Izcarra Pongo, apelará la sentencia en el lapso correspondiente de 5 días.(Vea las incidencias de la sentencia en el Búho TV)
Es una pena, obiamente las grandes influencias que tiene los implicados pesan.. que pena. Asi es nuestro sistema judicial