En un país donde el crecimiento económico es la verdad absoluta del Estado y la respuesta infaltable para resolver los problemas, a pesar que las mayorías ciudadanas desconozcan vivencialmente sus beneficios, no es de asombrarse que quieran convertir al Perú en una “Marca”,difundiendo vídeos donde hacen hablar al Perú oficial desde los lugares más excepcionales del interior del Perú, muchos de ellos recién hoy tomados en cuenta por el Estado para atraer el turismo. Uno de los últimos vídeos de “Marca Perú”, estuvo dirigido a resaltar la Amazonía peruana, específicamente Loreto mostrando a una de las comunidades de la selva peruana, como es la Bora1.
Semanas después de publicitado este vídeo, con mucho mayor rebote periodístico y atención nacional salió la noticia de los comentarios hechos por conductores de un programa de TV chileno sobre el reality “Amazonas” en donde actores chilenos vivían en la selva peruana junto con la comunidad Bora. Comentarios explícitamente discriminatorios y racistas, que fueron desde calificar los Bora como “come wawa” es decir “come niños” hasta decir que “están llenos de piojos”. El intercambio posterior de la diplomacia peruana y chilena trató de apaciguar los ánimos exasperados, sobre todo en nuestro país en donde, con escasas excepciones, hasta el menos enterado estaba genuinamente indignado.
Pero, más allá de esta situación, y de otras que cada cierto tiempo aparecen y que por un rato “ponen a prueba” la dignidad peruana ante el país vecino del sur, lo real de este hecho es que el imaginario construido de los chilenos hacia los peruanos esta cruzado por una relación asimétrica, cuyo telón de fondo es un racismo muy arraigado y apenas contenido o disimulado.
La “marca Perú”, la “Alianza del Pacífico” (que suena demasiado parecido a la “Guerra del Pacífico”) y el TLC – ACE con Chile aparecen evidentemente fracasadas como instrumentos para conseguir respeto a nuestro país, sus habitantes y sus culturas, en Chile.
Tal vez sea buen momento para preguntarnos: ¿Cuánto de la política oficial del Perú hacia Chile en lo político y económico es responsable de mantener o alimentar esta situación permanente de desprecio al sur y resentimiento al norte de la frontera chileno peruana? ¿Podría seriamente un gobierno peruano hacer algo más, algo nuevo y diferente, para avanzar de una vez y realmente hacia un trato auténticamente equitativo y respetuoso entre ambos países? ¿No será tiempo de repensar el enfoque unilateralmente economicista con que se busca enfrentar todas las realidades y desafíos desde el Perú oficial?
Por: Lucía Alvites (Tomado de www.otramirada.pe)
