Lucho Gonzáles: la guitarra hasta el fin de mis días

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Ha sido guitarrista de Chabuca Granda, Mercedes Sosa, Tania Libertad, Eva Ayllon, Ana Belén, arreglista de Fito Paez y muchos artistas más. Viene de hacer una canción con el mito argentino del tango, Carlos Gardel. Como él dice, la madre música lo eligió. Su primera guitarra la tuvo a los 10 años y desde ese día no ha parado de hacer música. Está en Arequipa acompañado de la cantante Lidia Barroso y este jueves en el teatro del Cultural a las 7.30 de la noche, nos ofrecen Cuando habla el corazón.

¿Qué los motivó a juntarse?

Lidia Barroso: Bueno, primero que nada, quisiera comentarte que a Lucho Gonzales que es peruano, nosotros lo adoramos, lo queremos y lo respetamos como si fuera argentino. Desde hace muchos años escucho la música de Lucho, con  el trio de Lito Vitale, luego con los temas de Chabuca, siempre fui una gran admiradora de su música y de su forma de tocar, y la verdad lo que menos pensaba es que algún día pudiera concretar algo musical como este proyecto. Tuve la dicha de conocerlo hace tres años y ahora estamos aquí para presentar nuestra producción.

Recibió su primera guitarra a los 10 años. ¿Qué siente ahora con toda la experiencia vivida?

Lucho Gonzales: Mira yo soy muy creyente, soy un convencido de que la música es un regalo de doce sonidos que Dios nos ha dado desde siempre y para siempre, con esos doce sonidos se ha logrado desde el principio de la música y hasta el final de los días, hacer obras que nos representan a todos los miembros de este planeta y nos identifican de acuerdo a cada zona. La madre música nos elige a nosotros los músicos. Yo fui estudiante de derecho hasta el cuarto año en la Universidad Católica, pero ya tocaba a partir de los 10 años cuando mi padre me regalo la primera guitarra, a instancias de mi abuela. Porque mi padre no quería que yo tocara la guitarra, presumía que me iba a dedicar a la noche y a lo que en muchos casos en nuestro querido Perú ha significado ser músico. Desde entonces hasta hoy y creo hasta el fin de mis días la guitarra para mi será parte de mi cuerpo y parte de mi alma. De chico tenia las mismas características de un juguete, porque me divertía tanto, me solazaba tanto  escuchando y viendo a buenos guitarristas y sacando y sacando hasta sacar lo que yo quería sacar, creía que para todos los muchachos del colegio era igual, sin embargo mi compañero de asiento dibujaba con perspectiva a los 10 años y yo trataba de dibujar una vaca y me salía un sobre. Allí me di cuenta que cada uno viene para algo. He tenido mucha  suerte en el sentido de que mi padre estaba rodeado de buenos músicos, eso seguramente  reafirmó mis conceptos acerca de que la música era lo mío o que me  había elegido. Mi vida musical comenzó con alguien como Chabuca Granda, tiene que haber sido una bendición. Después fui a España y toque para Ana Belén, me hubiera quedado en España pero encontré a la señora Mercedes Sosa que me pidió que fuera su guitarrista y así luego un sin fin de bendiciones.

¿Desde cuándo canta?

Lidia Barroso: El canto nació dentro de mi desde que tengo uso de razón, me acompaña desde siempre. Me di cuenta que toda la vida iba a cantar, es como tu madre o tu padre, para toda la vida, está en los buenos y en los malos momentos, entonces pasa a ser tu compañero, parte de tu vida, de tu camino. La misión mía es estar en los escenarios, el canto es lo que tengo que hacer aquí.

Mercedes Sosa decía que hay dos tipos de cantantes, el que canta bonito y muestra su técnica y el que interpreta y es capaz de emocionar al contar la historia de la canción.

Lucho Gonzales: Estoy de acuerdo con Mercedes. Pero te encuentras gente como en este caso la señora Barroso que tiene las dos características, esta todo completo. Porque si de cantar bonito se trata, la señora Chabuca era una fumadora empedernida. No era precisamente muy cuidadosa de su garganta, ya había tenido un principio de cáncer que le afectó las cuerdas vocales. Cuando comenzó a cantar cantaba ciertas tonalidades, con el tiempo tuvo que bajar porque ya no llegaba a las notas a las cuales estaba acostumbrada, quiere decir que no tenía una linda voz. Ella decía: No tengo una linda voz, no tengo una buena voz, pero no molesto a nadie porque canto mis propias canciones. A falta de voz buenas son muecas, entonces tú la veías en el escenario con la túnica blanca, su pelo rubio suelto, moviendo sus brazos con la elegancia que tenía. Sabía lo que decía, encantaba al público como el que toca la flauta a la cobra y la interpretación era emocionante, porque sabía de lo que estaba hablando y sabía lo que estaba diciendo. Hay gente que se larga a cantar diciendo miren lo bien que canto pero no tienen idea de lo que están cantando, de que están hablando, de quien están hablando. La interpretación tiene que ver como tú le trasmites al público y le cuentas una historia. Si tú me preguntas una historia acerca de mi mamá, por ejemplo, yo te la voy a contar, seguro te voy a emocionar o viceversa, si tú me cuentas sobre tu mundo achorado allá en tu barrio seguramente lo vas contar con tanta pasión que yo lo voy a vivir. Eso pasa en el escenario, el que canta que es el que comanda, todos los demás somos los que remamos. Ese número 9 no puede fallar el gol, es una responsabilidad muy grande, cuando no tiene linda voz interpreta de maravilla: Chabuca Granda. Cuando tiene linda voz y además interpreta, te mata, como Mercedes Sosa, Ana Belén y en este caso la señora Barroso a quien no le gusta que lo diga delante de ella, pero de verdad, es una de las bendiciones de las que te he hablado, porque yo ya no estaba tanto para tocar, no es que me había retirado pero estaba más en producción, arreglos. En varias cosas más y descansando un poco después de tanta baqueta, pero el entusiasmo que me causó y el estímulo que me causó escuchar a una persona con esta calidad que reúne estos dos requisitos ha sido grande. Gardel, Frank Sinatra, Baglietto tenían voces tremendas pero te mataban con la interpretación.

¿Cómo escoge una canción?

Lidia Barroso: Muchas veces uno se acerca a la canción y otras la canción se acerca a ti. En la mayoría de los casos me sucede que escucho canciones que llegan sin buscarlas, creo que porque estoy en este camino, o que estoy muy abocada como no lo he hecho en otras etapas de mi vida, si bien canto desde los seis años de la mano de mi abuelo. Creo que ahora me llegan más las cosas, inclusive hay canciones que piensas que no las vas a elegir, porque las discriminas, porque es un vals, porque es antigua, porque es una chacarera, no, es la canción que te llega, uno está preparado para recibirla y ponerse al servicio de la canción, siento la melodía, veo la letra, me fijo si es lo que en este momento quiero decir. Tengo que ser fiel a mis emociones, a mis sentimientos. Yo me tengo que enamorar de las canciones si no, no podría interpretarlas en el escenario para que la gente se vaya con algo.

Lucho Gonzales: Las canciones son entes, son productos del esfuerzo y el trabajo de una persona que hace la música, otra la letra, o las dos cosas como la señora Chabuca. Te cuento, de pronto escuchas una canción del poeta Goitizolo a la que Paco Ibáñez le puso la música, que se llama PALABRAS PARA JULIA y tú dices: Dios santo que maravilla, como decirle a una hija: Nunca te entregues ni te apartes junto al camino, nunca digas, no puedo más y aquí me quedo, entonces siempre acuérdate de lo que un día yo escribí pensando en ti…Yo decía, que Dios me dé una hija para cantársela, que luego ella pueda cantarla conmigo y que después se la cante a mis eventuales nietas. Mira la ilusión a los veintitantos años, esa canción me hizo anhelar todo lo que te dije. Me pasó. Mi hija Alejandra grabo en un disco mío: Palabras para Julia y hoy se la canta a mis dos nietas mellizas, esa canción que empezó siendo un estímulo grande, hoy es para mí un himno.

¿La disciplina en su arte?            

Lucho Gonzales: es fundamental para esto, es una disciplina diaria. A la pregunta cuantas horas toca la guitarra al día, no tengo idea, puedo tocar una o catorce. Consiste en  la absoluta entrega, total pasión, es una suerte vivir de lo que a usted le gusta me dicen y tienen razón, he tenido grandes maestros te imaginas. La señora Chabuca me decía: No se me enamore de lo primero que haga, yo hacía un arreglo, ella me decía trabájelo, esto es un  porcentaje no muy grande de talento natural y un porcentaje muy grande de trabajo. Por eso si uno tiene la oportunidad de estudiar, hay que hacerlo, disciplina es respetar muchísimo a  la gente con quien compartes la música, es estar atento al otro, no encerrarse en lo que uno está haciendo si no estar abierto a compartir, eso es disciplina. El tratamiento del cuerpo, tomarse unos tragos, a quien no le gusta, pero se te tomas tres cuatro tragos se te emborrachan los dedos como decía la señora Chabuca, usted no puede estar jaraneando dos o tres días porque luego se siente en el escenario, te lo dicen por tu bien, entonces vas entendiendo, lo que tienes que hace es priorizar como el poeta que tiene la palabra inobjetable. No puedes dar a medias porque el que recibe espera algo maravilloso, que no puede hacer pero lo aprecia. Todo eso es disciplina, pero fundamentalmente es amor a la música.

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