El Consejo Regional de Arequipa declaró de interés regional la iniciativa privada de la empresa Luz del Sur para la construcción de las centrales hidroeléctricas de Lluta y Lluclla, proyecto que resulta un componente importante del proyecto Majes Siguas II.
Según indicó el gerente de Promoción de la Inversión Privada del gobierno regional, Brunno Gambetta Paredes, se notificará la decisión del Consejo Regional a la empresa, para que presente su carta fianza. Luego de ello se podrá iniciar el concurso público durante 90 días en el que podrán participar otras empresas.
Finalmente se firmará el contrato de suministro de agua, lo que permitirá a la empresa ganadora iniciar la fase de obtención de la concesión eléctrica a través del Ministerio de Energía y Minas (MEM), cuyo requisito indispensable es contar con el estudio de impacto ambiental aprobado por las entidades correspondientes.
“Todavía hay procedimientos que cumplir. El objetivo de la actual gestión es dejar el contrato firmado, y adjudicada la iniciativa para garantizar su ejecución en los plazos que correspondan. De no hacerlo, este importante proyecto quedaría en incertidumbre”, explicó Gambetta.
Sobre los plazos, el gerente regional refirió que en 3 años podría obtenerse la concesión definitiva, mientras la construcción requerirá 4 años y medio, según el cronograma elaborado. “Es el cronograma natural para un proyecto de esta envergadura que demanda una inversión de 970 millones de dólares. Es preciso indicar que los plazos están alineados al cronograma de construcción de Majes II”, precisó.
El proyecto Majes-Siguas II tiene 4 componentes, concebido principalmente para irrigar 38 mil hectáreas de área agrícola con la construcción de infraestructura hídrica; pero además tiene las condiciones para la generación hidroeléctrica con las centrales de Lluta y Lluclla, por el salto de agua aprovechable de 1804 metros que motivaron el interés de inversionistas privados.
Desde el 2015, la Gerencia Regional de Promoción de la Inversión Privada realizó las gestiones para darle viabilidad al componente hidroenergético de manera independiente, es decir, para tener la autonomía de calificarlo sin tener que depender de la evaluación de Proinversión.