El desempeƱo electoral de las izquierdas

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Los 2.5 millones de votos que recibieron las cuatro listas parlamentarias de las izquierdas, que equivalen al 18.2% del total de votos vĆ”lidos[1], tienen un significado ambiguo. Por un lado, premian la ejecutoria anticorrupciĆ³n de los parlamentarios del Frente Amplio en el Congreso cerrado y confirma el potencial de su discurso contra el modelo neoliberal, pero por otro lado, significa el respaldo de sĆ³lo una dĆ©cima parte del electorado y reafirma, para muchos, la idea de que el principal problema por el que la gente no escoge a las izquierdas es por la escasa voluntad unitaria que observa en sus dirigentes.

Foto: El Comercio

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Sin embargo, si se analiza los resultados en cada uno de los distritos electorales, el archipiĆ©lago izquierdista se muestra como la primera fuerza electoral en cinco: Amazonas (con el 20.4% de votos vĆ”lidos del FA), ApurĆ­mac (18.3% del FA), Cusco (12.6% con DD), JunĆ­n (11.3% de PL) y Lambayeque (11.5% de JP). En el 2016 en esos mismos distritos el FA obtuvo el 12.5%; el 39.2%; el 32.1%; el 15.8% y el 8.8%, respectivamente, y ganĆ³ en siete distritos: ApurĆ­mac, Cajamarca (con DD), Cusco, Huancavelica, Puno y Tacna. Esta vez es segunda fuerza en el Callao (8.6% de PL); en Huancavelica (12.5% con DD); y en Puno (con 14.1% de FA). La dispersiĆ³n demuestra que los liderazgos nacionales izquierdistas han sufrido mella, y en particular, el de VerĆ³nika Mendoza, cuya participaciĆ³n no parece haber ayudado a los candidatos de Juntos por el PerĆŗ en las zonas que visitĆ³.

Si bien el cambio de nombre y logo puede haber afectado a los candidatos de Nuevo PerĆŗ, como la falta de recursos para una campaƱa a gran escala; puede ser que el problema principal haya estado en la mente de los voluntarios de esa y las otras listas que sostuvieron la campaƱa. ĀæAcaso han sentido que se traiciona el ideal revolucionario cada vez que se participa en una elecciĆ³n, como pensaban los militantes de Izquierda Unida hace una generaciĆ³n? Educados en la denuncia de la falsedad de la democracia burguesa, de la inutilidad del ā€œestablo parlamentarioā€;Ā  y en la importancia de la lucha callejera, los izquierdistas de base vacilaban tremendamente a la hora de afrontar la lucha polĆ­tica y, en particular, la competencia electoral con liberales, populistas y fascistas. ĀæCuĆ”nto de eso se ha transmitido a la nueva generaciĆ³n?

El simpatizante que se entrega en la lucha huelguĆ­stica o en las tomas de carreteras, trabaja a media mĆ”quina en las campaƱas, para no ser tildado de ā€œelectoreroā€; o, mĆ”s grave aĆŗn, de ā€œcaviarā€.[2]Ā Ese adjetivo infame impuesto por el nieto del Amauta, ha desecho en pocos aƱos el puente necesario entre intelectuales y obreros y campesinos; que tanto esfuerzo y dĆ©cadas les tomĆ³ a GonzĆ”lez Prada, MariĆ”tegui y Haya de la Torre para sacar adelante al PerĆŗ. ĀæCuĆ”ntos jĆ³venes izquierdistas, han caĆ­do en el antiintelectualismo, atrapados en su celular, y no dedican el tiempo a la lectura que dedicĆ³ la generaciĆ³n anterior? ĀæO les basta con leer el semanario del liberal Hildebrandt como orientaciĆ³n polĆ­tica?

La relaciĆ³n entre reforma y revoluciĆ³n, asĆ­ como la llamada ā€œcuestiĆ³n democrĆ”ticaā€, siguen siendo temas cruciales para la definiciĆ³n de la acciĆ³n polĆ­tica de quienes se reclaman socialistas. Parece que no se ha estudiado a profundidad la compleja formulaciĆ³n de Piero Gobetti que el Amauta MariĆ”tegui asume con ā€œamorosa asonanciaā€ en uno de sus Siete Ensayos: ā€œEl realistaĀ  sabe que la historia es un reformismo; pero tambiĆ©n que el proceso reformĆ­stico, en vez de reducirse a una diplomacia de iniciados, es producto de los individuos en cuanto operen como revolucionariosā€¦ā€[3]

Pero no hay que desahuciar al paciente izquierdista antes de tiempo. Desde la transiciĆ³n democrĆ”tica, los simpatizantes y votantes de las izquierdas han mostrado su realismo polĆ­tico (a veces sin la venia de la dirigencia), al apoyar a Toledo contra Alan GarcĆ­a; a Humala contra GarcĆ­a, salvo en los casos del apoyo a Humala contra Keiko y, finalmente; a PPK contra Keiko, en los que un sector importante de dirigentes tomaron decisiones sensatas aunque arriesgadas. Los observadores dicen que se trata de un realismo mĆ”s cercano a la praxis de Pepe Mujica y los extupamaros, que al ejercicio de la supuesta dictadura proletaria de los Maduros y Ortegas, masacradores de sus pueblos.

Ese mismo mito revolucionario puede generar un problema polĆ­tico adicional al ver que sus candidatos han sido sobrepasados por la votaciĆ³n de UniĆ³n por el PerĆŗ-Frente PatriĆ³tico; que ha conseguido trece escaƱos. Ā El respaldo a la estridencia del discurso incendiario de Antauro Humala expresa la protesta, la impaciencia y hasta la rabia de sectores populares, particularmente del centro-sur andino; contra el elenco estable de polĆ­ticos que han visto desfilar por el gobierno y Congreso, demagogos que rĆ”pidamente traicionaron los programas de cambio prometidos. Pero, como toda reacciĆ³n emocional, lo mĆ”s probable es que sea pasajera. El realismo (o la eficacia) en polĆ­tica empieza por las propuestas econĆ³micas y, tal como ha demostrado Pedro Francke, para espantar a las simpatĆ­as ultras, el antaurismo no tiene ninguna.

MĆ”s allĆ” de lo que prefieran la razĆ³n y los intelectuales, este aƱo polĆ­tico probablemente no sea el de las reformas; sino mĆ”s bien el del acomodo para la carrera presidencial que empezarĆ” en octubre. En esa las derechas tienen mĆ”s problemas que las izquierdas. Si bien en la bancada del Frente Amplio puede haber la tentaciĆ³n de acercarse al antaurismo[4]; Javier Mujica advierte otra: la de regalar prematuramente a la derecha los puentes hacia el FREPAP. OjalĆ” persistan en buscar un camino propio que le viene cuesta arriba, sin la rabia contra la que nos advirtiĆ³ Arguedas en su ā€œĆšltimo Diarioā€. Hay que persuadir a los electores de la importancia vital de la lucha contra la corrupciĆ³n para el futuro del PerĆŗ.

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[1]Ā Como Juntos por el PerĆŗ, Democracia Directa y PerĆŗ Libre no lograron superar la valla del 5% de votos vĆ”lidos; sĆ³lo habrĆ” nueve congresistas del Frente Amplio, menos de la mitad de los que obtuvo en el 2016. Su lĆ­der, FernĆ”ndez ChacĆ³n ha tenido 115 mil votos preferenciales, mĆ”s que los candidatos mejor votados de AcciĆ³n Popular; de Alianza para el Progreso; del FREPAP; de la UPP; y de Somos PerĆŗ.

[2] Sorprende comprobar que cuajados dirigentes de izquierda desconocen cĆ³mo funciona el procedimiento matemĆ”tico de la cifra repartidora. Defecto que no tiene, por supuesto, la cantante-candidata, a la que hace unos aƱos le gustaba el sabor de la pĆ³lvora y la dinamita.

[3] MariĆ”tegui, JC Siete Ensayos de InterpretaciĆ³n de la Realidad Peruana. Ed. Amauta, Lima 1992, p. 229

[4]Ā Ya FernĆ”ndez ChacĆ³n ha calificado a su lĆ­der de ā€œpreso polĆ­ticoā€, sin que le cause resquemor que Ć©ste haya calificado al cuestionado excontralor AlarcĆ³n; hoy flamante congresista UPP por Arequipa, como ā€œun verdadero patriotaā€.

(Publicado en Noticias Ser)

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