Un grupo de presos del penal de Pucchún, en la provincia de Camaná, se amotinaron esta tarde solicitando atención médica. La razón es que existen internos con síntomas de la Covid-19 y no reciben atención médica, informaron sus familiares.
Los amotinados alcanzaron los techos del penal y quemaron colchones, mientras demandaban la presencia del defensor del Pueblo y de la prensa. Ellos pedían la asistencia de médicos dentro del establecimiento para que puedan hacerles las pruebas de descarte.
“Los detenidos están exigiendo justicia, porque no tienen alimentos, ni medicinas, los maltratan. Hay detenidos extranjeros y peruanos que tienen síntomas del virus y no les quieren atender ni dar tratamiento”, señaló una mujer que dijo tener a su familiar dentro del penal.
Otro reclamo fue por la lentitud con que marchan los procesos judiciales, debido al Estado de Emergencia. Esto ha impedido que las solicitudes de cese de prisión demoren, perjudicando a los reos.
Retorno del control en Pucchún
La Policía Nacional y el Ejército desplegaron a su personal para apoyar al INPE y sofocar la revuelta. El general Víctor Zanabria dijo en RPP que 50 policías y 30 soldados se trasladaron hasta Pucchún para retomar el control.
El INPE no se ha pronunciando hasta el momento, por lo que se desconoce si hay personas heridas tras el amotinamiento. El fiscal de Camaná, Jorge Medina, se hizo presente en el lugar para verificar la situación y constatar si hubo heridos.
El penal de Pucchún se encuentra totalmente desbordado. Actualmente alberga a 450 personas, cuando solo tiene capacidad para 78 personas, según informe de abril de la Defensoría del Pueblo.
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