La pandemia está en ascenso en tres regiones del país: Ica, Trujillo y Arequipa. El ministro de Salud, Víctor Zamora, explicó que se trata de un incremento pronunciado; en contraste al promedio nacional de contagios, que refleja una sutil tendencia a la baja.
Las cifras locales avalan el pronóstico ministerial. La última semana, la mayor virulencia del coronavirus se hizo sentir en Arequipa. Solo en números oficiales se contabilizaron 48 muertes por la enfermedad. Es decir, más de la tercera parte del total de fallecimientos por COVID-19.
El incremento de muertes coincide con la saturación de camas de cuidados intensivos. Cada vez son más los pacientes con cuadros graves que no encuentran respiradores mecánicos. Algunos perecen a la espera de su internamiento en una UCI. Edward Gratelly, jefe del Comando COVID Arequipa, reconoció la gravedad de la situación el último sábado. “Atravesamos un momento difícil en que el contagio ha puesto al límite nuestra capacidad hospitalaria”, advirtió.
Donde mejor se refleja la propensión al alza es en las cifras de decesos diarios, reportados por la Gerencia Regional de Salud. Desde el 27 de mayo se observa un incremento en la línea de tendencia de media móvil. Pero a partir del 7 de junio, las cifras se disparan. El promedio de fallecimientos diarios pasa de 2,86 hasta un pico de 7.
La tendencia se repite en las cifras de muertes no violentas de la región, publicada en el Sistema Informático Nacional de Defunciones (SINADEF). Aplicando el análisis de media móvil, la tendencia en el registro se mantenía por debajo o alrededor de las 20 defunciones diarias. Pero comenzando el 27 de mayo, la gráfica muestra una escalada casi continua. Arrancó en un promedio de 20,43 y llegó a un pico de 30,29 muertes por día.
Como se puede apreciar en ambas estadísticas, el 27 de mayo marca la escalada de muertes en Arequipa. Los respectivos picos de las métricas también se producen en el mismo periodo. El 8 y 9 de junio fueron los días record de muertes por COVID: 10 en cada uno. Mientras que, para muertes no violentas, el zénit se registró el 9 de mayo, con un total de 39 muertes.
El pronóstico para los próximos días no es alentador. “Los meses de junio y julio van a ser muy críticos para Arequipa. Y eso implica que tenemos que sumar todos los esfuerzos de toda nuestra capacidad hospitalaria para enfrentar este problema”, señaló Ángel María Manrique, jefe de la Oficina Defensorial de Arequipa.
Panorama de contagios en Arequipa
La curva de contagios diarios por COVID también presenta incremento. De acuerdo a los reportes de la Gerencia Regional de Salud, la aceleración se hizo pronunciada desde el 7 de mayo. La media, hasta ese día, era de 31 por día. Un mes y una semana después, el promedio de casos diarios es de 218. Es decir, se septuplicó.
Estos indicadores coinciden con una mayor cantidad de pruebas aplicadas. El promedio diario para la misma fecha era de 504,86. El mismo que, a la fecha, también se septuplicó, alcanzando los 3 mil 367 al día. La misma ratio que se vio con los casos diarios.
Sin embargo, esto no termina de explicar el superávit más reciente. Justamente, la última semana, se reportaron un total de 1 mil 526 contagios. Esto representa casi la cuarta parte de todos los casos diagnosticados de COVID-19 en Arequipa.
La importancia de los datos precisos
Por diversos motivos, la data de la Gerencia Regional de Salud es diferente a la que el gobierno nacional presenta diariamente. Para el 14 de junio, el Ministerio de Salud cifraba en 5 mil 115 los casos de Arequipa. Mientras que los informes regionales reportaban 6 mil 365 para el mismo día, y 6 mil 099 el 13 de junio. Una diferencia que fluctúa alrededor del millar.
Este desfase es manifiesto en los datos abiertos con los que trabaja el gobierno central y están a disposición de investigadores particulares. Pero entre la información que sí se registra, hay algunas imprecisas. Más de doscientos casos carecen de fecha y ubicación certera. Solo se conoce que corresponden a la región Arequipa.
Con la reactivación económica en curso y la llegada de la nueva normalidad, gana fuerza la propuesta de cuarentenas focalizadas. No obstante, se trata de una solución que depende mayoritariamente de proyecciones y diagnósticos en base a datos sólidos. Realizarlas con bloques de información imprecisa, solo conduciría a decisiones riesgosas para el control de la pandemia.
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