En los últimos días se han hecho públicos dos hechos trágicos, cuya causa debe ser atendida con la mayor celeridad posible. En pleno 28 de julio una joven de tan solo 17 años, quien ayudaba a su madre a empujar la carreta con la que habían salido a trabajar, inesperadamente, cayó en un pozo que se encontraba abierto.
Su desesperada madre buscó ayuda y, a pesar de los intentos de bomberos y rescatistas, Mabet murió y dejo enlutada a toda una familia.
Hace días también se hizo público el caso de un pequeño de 2 años, quien también perdió la vida a causa de un pozo sin cerrar. Lamentablemente la pandemia ha invisibilizado cientos de problemas recurrentes que hasta ahora no se solucionan.
Uno de ellos es la falta de señalización y seguridad en pozos y buzones. Este abandono se debe, en algunos casos, por simple dejadez de las autoridades competentes. O por la delincuencia, pues se han denunciado reiteradas veces que las tapas de estos buzones son robados.
Arequipa tampoco es ajena a este problema, pues hay buzones y pozos abiertos en diversas vías. Es importante que la población no olvide estas tragedias y exija mayor fiscalización en estos puntos. Solo así, se evitarán más muertes innecesarias
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