Luego de ser elegido con 97 votos a favor, 26 en contra y cero abstenciones como Presidente de la Mesa Directiva del Congreso de la RepĆŗblica, Francisco Sagasti Hochhausler, dirigiĆ³ un discurso a sus colegas congresistas.
El jefe del Parlamento, quien jurarĆ” maƱana como presidente de la RepĆŗblica, asegurĆ³ que desde este poder del Estado se buscarĆ” ofrecer confianza a la poblaciĆ³n para superar la crisis polĆtica generada tras la vacancia de MartĆn Vizcarra.
No es un dĆa de celebraciĆ³n
Quisiera empezar diciendo que como todos sabemos, como todos lo reconocemos y nos damos cuenta, que hoy no es un dĆa de celebraciĆ³n. Y no es un dĆa de celebraciĆ³n porque hemos visto la muerte de dos jĆ³venes en protestas
Francisco Sagasti
No podemos cambiar eso, no podemos retroceder, no podemos volverlos a la vida, pero sĆ podemos, desde el Congreso, desde el Ejecutivo, tomar las medidas para que esto no vuelva a suceder.
Tarea conjunta
“Tenemos una tarea conjunta entre todos nosotros, perfeccionar el marco legal de tal forma que las protestas pacĆficas puedan desarrollarse; y al mismo tiempo podamos prevenir los posibles y aislados actos de violencia que no deberĆamos permitir en nuestro paĆs.
AdemĆ”s de los dos fallecidos tenemos algunos heridos de mayor o menor gravedad en los distintos hospitales que estĆ”n esperando recuperarse de la violencia que recibieron por manifestarte en gran parte y casi en su totalidad de manera pacĆfica.
AdemĆ”s tenemos desaparecidos, es decir, cuando uno piensa en la enormidad de las tareas que tiene nuestro paĆs en un momento tan crĆtico, pero no solo las tareas en tĆ©rminos generales, sino piensa tambiĆ©n en las tragedias personales, piensa en las familias, piensa en aquellos que han perdido sus hijos, nos hace pensar de la enorme responsabilidad que tenemos los 130 congresistas con toda la ciudadanĆa.
Hay una frase que siempre me conmoviĆ³, ācuando un peruano muere, mĆ”s aĆŗn si es joven, todo el PerĆŗ estĆ” de duelo, y si muere defendiendo la democracia, al luto se suma la indignaciĆ³nā. Y lo que estamos viendo en la calle ahora es esa indignaciĆ³n que debemos reconocer, aceptar y encauzar por caminos pacĆficos y por caminos que nos ayuden como paĆs a prosperar.
Ćsta es una de las tareas centrales que tiene el Estado Peruano. Ahora me dirijo a todos ustedes como congresista. Lo que hemos visto en estas manifestaciones es un poderosĆsimo llamado de atenciĆ³n. No bastĆ³ la pandemia, la crisis econĆ³mica, tuvimos que esperar la muerte de dos jĆ³venes para darnos cuenta de la realidad y que nos motive a trabajar de una manera mĆ”s decidida para lograr un desarrollo y un progreso mĆ”s justo y equitativo para todos.
La vocaciĆ³n de servicio
En mi juventud a principios de los 60Ā“salĆamos a protestar pacĆficamente a marchar, tenĆamos ideales. Y aprendimos una idea central, que todavĆa inspira a muchos de mi generaciĆ³n, que empieza a inspirar a los jĆ³venes de una manera explosiva y que desgraciadamente perdimos por un tiempo en los tiempos de violencia, de crisis que vivimos y Ć©sa frase es āla vocaciĆ³n de servicioā; la vocaciĆ³n de entregar lo mejor que tiene cada uno de nosotros en servicio a los demĆ”s, que se es lo que los trae a todos aquĆ.
Me han hecho reconectarme con aquella cosa que las cosas acadĆ©micas me han hecho alejarme. Estoy aprendiendo a reconectarme con mi paĆs. QuĆ© ofrecemos: confianza, confĆen en nosotros. Estaremos cumpliendo nuestras promesas. La empatĆa para sentirnos cercanos a la ciudadanĆa es fundamental, la responsabilidad es fundamental y la vocaciĆ³n de servicio. La responsabilidad para asumir las consecuencias de nuestros actos, sin arrojar la piedra.
Todos ustedes son representantes de una ciudadanĆa preocupada, no solo por la pandemia, sino por la crisis. Haremos todo lo posible para devolver la confianza a la ciudadanĆa. Soy un convencido que solo podemos salir adelante trabajando juntos, colaborando. Estamos a pocos meses del Bicentenario, que este Bicentenario no sea una ocasiĆ³n de amargura sino de alegrĆa, esperanza y de vislumbrar que nuestro paĆs pueda convertirse en una verdadera RepĆŗblica con oportunidades para todosā, finalizĆ³ Francisco Sagasti.
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