El 19 de enero del 2001 se publicĆ³ la ediciĆ³n NĀ° 34 del semanario El BĆŗho, con un reportaje en el que se profundiza sobre los personajes, entre funcionarios y polĆticos de Arequipa, que conformaban la cĆŗpula fujimontesinista; y que salieron bien librados, tras la caĆda de Alberto Fujimori, y su asesor Vladimiro Montesinos.
NOTA ORIGINAL
Vladimiristas libres
Andamiaje local goza de impunidad gracias al centralismo y inacciĆ³n de la fiscalĆa. Aquel dĆa inolvidable, tras una maƱana entera de protesta espontĆ”nea en la Plaza de Armas, los fujimontesinistas locales apoyados en la fuerza bruta de un comando especial de la PolicĆa Nacional, traĆdo desde Lima, desesperaban por la falta de tiempo que habĆan perdido echando a todos los arequipeƱos, -ciudadanos libres y con todos sus derechos-, de la Plaza de Armas. Eran aproximadamente las 3 de la tarde del 22 de mayo y Daniel Postigo mĆ”s conocido como “Vladimirito”, ordenaba a una decena de hombres con apariencia de matones, mayores medidas de seguridad,
entre ellas perseguir a un periodista que le tomĆ³ una foto con la indicaciĆ³n de arrebatarle la cĆ”mara a como diera lugar.
Su telĆ©fono celular, no dejaba de sonar, usualmente era el general Abraham Cano, quien se encontraba al otro lado de la lĆnea, nerviosĆsimo por el retraso. Fujimori llegarĆa cuando mucho a las 5 de la tarde y aĆŗn no se habĆa terminado de amar el estrado. Instalar lo mĆ”s importante de aquellos mĆtines: el equipo musical por donde se emitirĆa aquel pegajoso “baile del chino” destinado a acallar las protestas y la falta de elocuencia y argumentos del mandatario de entonces.
Postigo, era entonces un funcionario estatal en Arequipa y como tal estaba prohibido de participar en actos proselitistas, pero el peligro de que el aparato de poder paralelo, montado alrededor de su excompaƱero de carpeta Vladimiro Montesinos, cayera y con ello acabaran todos los privilegios y gollerĆas, era muy grande como para arriesgarse. Por otro lado, gran parte de la prensa local se hallaba sometida a este poder gracias a jugosas campaƱas publicitarias y ofrecimientos de puestos de trabajo que hacĆa Olga Escudero, jefa de Periodistas Unidos, una agencia de prensa que entrĆ³ en operaciones con motivo de la campaƱa electoral municipal del candidato gubernamental Gustavo RondĆ³n OlazĆ”bal y que luego tuvo como objetivo central, asegurar el apoyo local de la prensa a la reelecciĆ³n de Fujimori.
TambiĆ©n actuĆ³ como agencia de publicidad manejando todo el dinero destinado a la campaƱa, y cuya procedencia aĆŗn no se ha aclarado.
AsĆ, varios periodistas del medio encontraron una manera de sobrevivir en una Ć©poca en que el desempleo entre los colegas se habĆa agudizado al extremo, mientras los que tenĆan empleo cobraban sĆ³lo de vez en cuando debido a la crisis a la que el mismo gobierno empujĆ³ a las empresas periodĆsticas.
La periodista tambiĆ©n accionaba aparatosamente sobre el estrado junto a otra colega mĆ”s joven. Y mĆ”s allĆ” el director regional de PesquerĆa, Jorge PĆ”ucar Cornejo, colaboraba sin rubor alguno, a pesar de lo cual, hoy continĆŗa ejerciendo el cargo y se alista para permanecer en Ć©l un buen tiempo.
Varios vehĆculos de AUTODEMA (Arequipa) conformaban parte de la logĆstica y aunque RubĆ©n TerĆ”n apareciĆ³ sĆ³lo durante el mitin, desde temprano estuvo dedicado sĆ³lo a coordinar su apoyo, desde su despacho oficial.
Otra pieza clave era Olger VĆ”squez VĆ”squez, presidente del Gobierno Transitorio de AdministraciĆ³n Regional que habĆa tenido que ceder a varias exigencias del jefe de campaƱa oficioso, Felipe DomĆnguez. Estas exigencias incluĆan el otorgar apoyo en obras sĆ³lo a los alcaldes alineados con el rĆ©gimen, firma de convenios con todo aquel que contribuĆa a la campaƱa, por ejemplo el propio DomĆnguez que manipulaba a humildes pobladoras del cono norte y a otros con la promesa del lote.
Como se pedĆa evidencias de la retribuciĆ³n, a estas alturas, ya estaba firmado el convenio con la AsociaciĆ³n Fantasma SeƱor del Gran Poder para ocupar terrenos de uso industrial en RĆo Seco.
En este afĆ”n proselitista, Olger VĆ”squez habrĆa llegado a firmar convenios de apoyo por 16 millones de soles cuando el presupuesto total anual era de apenas 3 millones, segĆŗn informaciĆ³n reciente del nuevo secretario tĆ©cnico.
Sonia SĆ”nchez coordinaba la asistencia de “sus” clubes de madres, aquellos a los que mĆ”s se favorecĆa eran infaltables. Mientras mĆ”s de un centenar de miembros del servicio de inteligencia ingresaban tranquilamente a la Plaza de Armas de Arequipa, acordonada una cuadra a la redonda. Todo el aparato pro reeleccionista estaba pasando su prueba de fuego y, a pesar de todos los recursos empleados, no pudo pasarla con Ć©xito. El abucheo no pudo ser acallado por la vana letra de la tecnocumbia fujimorista. Ana Kholer y su baile provocador pasĆ³ totalmente desapercibida. Cientos de contramanifestantes eran brutalmente reprimidos, hubo decenas de heridos, entre ellos uno muy grave cuando una de las bombardas desviĆ³ su rumbo y le impactĆ³ en el cuerpo. Nunca se supo su identidad ni su estado de salud, posterior al accidente.
El prefecto Javier Quezada, por su parte, siempre habĆa sido sĆ³lo una pieza simbĆ³lica, tanto que ni siquiera lo incluyeron en estas operaciones, asĆ como tampoco en los probables negocios que siempre crean fraternidades, como ocurriĆ³ con la cĆŗpula militar.
Fujimori se fue entre abucheos, pero curiosamente la ODPE armada por RubĆ©n CalderĆ³n, casi terminĆ³ dando la victoria en Arequipa al expresidente. Conforme aumentaba el porcentaje escrutado, la abismal diferencia entre las preferencias manifestadas por Toledo desde antes de la elecciĆ³n y las reeleccionistas, iba disminuyendo hasta hacerse nada. Y paralelamente, la votaciĆ³n de Luis CĆ”ceres VelĆ”squez crecĆa vertiginosamente hasta convertirse en el mĆ”s votado en Arequipa, a pesar de su desastrosa gestiĆ³n municipal, siempre seguido de su hijo RĆ³ger. Si se descubriĆ³ fraude en la votaciĆ³n preferencial en mĆ”s de una jurisdicciĆ³n electoral, ĀæquĆ© nos garantiza a los arequipeƱos, que el mismo fraude no se haya producido en nuestra jurisdicciĆ³n sobre todos porque fue CalderĆ³n quien seleccionĆ³ a la mayor parte de los trabajadores de la ODPE de entonces?.
A pesar de todo ello, todos los nombrados, han salido airosos del escĆ”ndalo que ha abochornado al paĆs y, como si con ellos no fuera la cosa, hoy disfrutan de la tranquilidad de haber asegurado su futuro. RubĆ©n TerĆ”n alista su campaƱa reeleccionista, Olger VĆ”squez niega todo entre lĆ”grimas, Jorge PĆ”ucar sigue en su puesto, a Abraham Cano sĆ³lo le han descubierto un millĆ³n de dĆ³lares pero aĆŗn nadie ha indagado la fuente de su exitosa empresa con sede en Miami. Y el “vladimirito” Daniel Postigo, se fue a la tierra de las cigueƱas.
Daniel Postigo bailarĆ” su Ćŗltimo tango en ParĆs
Es falso que Daniel Postigo se encuentre experimentando un retiro y reposo en La Joya; muy por el contrario, a pesar de que personajes de su entorno
ha hecho circular esta versiĆ³n, solamente como maniobra distractiva sumada a una anterior, de que se habĆa ido poco despuĆ©s de la Ćŗltima reuniĆ³n del directorio de EsSalud, lo cierto es que, siempre de acuerdo a fuentes confiables, Daniel Postigo habrĆa viajado desde Arequipa con rumbo a ParĆs, Francia, hace una semana; presumiblemente acompaƱado por un personaje femenino de su entorno privado e Ćntimo.
Su familia habrĆa viajado mucho antes. De modo que uno de los personajes locales mĆ”s importantes de la dictadura, en este momento tendrĆa asegurada una relativa tranquilidad; tranquilidad de la que seguramente no goza su par uniformado Abraham Cano Angulo, quien se encuentra impedido de salir del paĆs, aunque de momento no sufre prisiĆ³n domiciliaria.
Tranquilidad relativa
No es posible precisar con exactitud si Daniel Postigo tenĆa la misma vocaciĆ³n cinematogrĆ”fica que su mentor Montesinos; pero en todo caso, las evidencias apuntan a que el agente de inteligencia, quien segĆŗn algunas fuentes tambiĆ©n gozaba del respeto y consideraciĆ³n de importantes miembros de la sociedad arequipeƱa, quienes lo habrĆan hecho socio de un exclusivo club del balneario de MejĆa. Con lo cual, el Vladimirito local se habrĆa blanqueado un poco, lo necesario para establecer una lucrativa sociedad con importantes empresarios que, curiosamente en una Ć©poca donde casi todos los empresarios han terminado quebrados, Ć©stos Ćŗltimos, gozan de un bienestar muy boyante en Arequipa.
Bueno, en cualquier caso es muy probable que, siempre segĆŗn nuestras fuentes, Postigo haya montado una salita especial de 4 x 4, al fondo del salĆ³n central, en donde invitaba a pasar solamente a unos pocos elegidos, quiĆ©n sabe en base a quĆ© mĆ©ritos, y en donde seguramente hablaban “temas privados”, cuyo contenido habrĆa quedado registrado en algĆŗn soporte magnĆ©tico, cuyos ojos avizores se encontrarĆan convenientemente camuflados entre los cuadros, asĆ como en la estanterĆa que no solamente habrĆa estado adornada con libros sino tambiĆ©n con dispositivos encargados de asegurar que nada de lo dicho quedara en el aire.
De modo que los habitĆŗes a la Maison d’ Elise, si bien han tomado unas cuantas bocanadas de aire puro, no va a ser suficiente, porque si hay algo que es muy sencillo de hacer, es sacar copias, por si acaso, de cualquier cassette. Entonces serĆ” momento para recordar, por ejemplo, uno de los cumpleaƱos de Postigo, donde segĆŗn algunas fuentes, habrĆan estado muy solĆcitos y gentiles, tratando de agradar a Vladimirito, nada menos que el actual alcalde de Hunter y seguro candidato de Arequipa al Congreso, por la agrupaciĆ³n Solidaridad Nacional, SimĆ³n Balbuena MarroquĆn, quien hacĆa pareja con Abraham Cano para agasajar a Postigo.
TambiĆ©n habrĆan estado allĆ compartiendo el mismo espĆritu fraterno, el poderoso Marcio Soto de quien no sabemos si habrĆ” “condecorado” a Vladimirito con la misma facilidad que condecorĆ³ a la catatĆ³nica selecciĆ³n de fĆŗtbol sub-20, igualmente, siempre en condicional, tambiĆ©n habrĆa estado en dicha fiesta, otro posible aspirante a cualquier movimiento polĆtico que quiera honrar sus filas con el intachable y a todas luces prĆstino alcalde de Yanahuara: Ernesto AlarcĆ³n. HabrĆa acompaƱado a todos ellos, el entonces prefecto Javier Quesada Rivas.
Todos ellos respiran ahora tranquilos, como tambiĆ©n numerosos empresarios; lĆŗcidos periodistas, agudos asesores, fecundos columnistas, quienes ahora recuerdan a Postigo como aquĆ©l Hemingway andino y moreno, aficionado a las cacerĆas y con su pipa colgando como signo de interrogaciĆ³n de sus labios, de los cuales sĆ³lo proferĆa una retĆ³rica seca y escueta, pero muy efectiva, mientras al aire se llenaba de humo por las bocanadas de blended american tobacco; aunque este humo, pueda terminar dĆ”ndoles de acĆ” a algĆŗn tiempo muchos sofocos y mĆ”s de un ahogo.
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