#Hace20Años: El Congreso da vergüenza, doble traición a la democracia

Luego de la renuncia de Alberto Fujimori, el país se preparaba para ir a un proceso electoral en el año 2001. Sin embargo, el Congreso de la República, aún dominado por el fujimorismo perturbaba el proceso

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El 8 de diciembre del 2000 se publicó la edición N° 31 del semanario El Búho, donde se aborda las ‘movidas’ que el Congreso realizó en aquel momento, cercano a las primeras elecciones presidenciales, tras la caída de Alberto Fujimori.

Congreso

La inercia autoritaria es más fuerte que los aires democráticos que ingresaron tras abrir ventanas insurgentes en el Congreso Nacional, colectivo político que una vez más juega con los electores a la gallinita ciega.

Votos del Congreso contra la democracia

Como era de esperarse, una mayoría calificada pero clandestina votó la pasada madrugada del martes contra el Distrito Electoral Múltiple, asegurándose así unas mayores cuotas de esperanza en un voto aluvional contra el fujimorismo sin Fujimori, en las elecciones del 8 de abril del próximo año. Para ello no les ha importado recurrir al sigilo y nocturnidad, del que ya hemos escrito anteriormente, para tirar la piedra al pueblo, pero sin que se note la mano.

Democracia terminal

La aparente indecisión mostrada por los parlamentarios de diversas bancadas tiene poco que ver con pruritos de democracia proporcional o con la premura del tiempo, como enemigo para elaborar un sistema de distrito electoral adecuado a las circunstancias de la época. El rosario de calamidades sobre la moral pública que, cuenta a cuenta, está cayendo sobre la opinión ciudadana, impide valorar la verdadera dimensión que tiene la decisión adoptada el martes pasado en el Congreso.

Bajo condiciones de moral pública saludable, esta decisión nos hubiera llamado a calificar la opción como un resultado aberrante, pero a estas alturas, todo es comprensible; y en vez de causar encono, la verdad es que nos causa una profunda lástima comprobar que los parlamentarios de una representación congresal, mayormente espuria, nacida del anforazo y las triquiñuelas informáticas de la ONPE, sigan actuando del mismo modo que una banda de orates libres, con permiso para mentir y con licencia para actuar, a sabiendas que no tienen mayor legitimidad que la que les ha provisto el pueblo, haciéndose de la vista gorda con ellos, porque sabe que son los últimos días que se les concede a los miembros de una democracia terminal.

A subirse al huayco

Sin embargo, detrás de la votación, hay factores muy concretos y que tienen nombres muy concretos también; y es que en ausencia de partidos políticos en los que haya democracia interna y que existan elecciones primarias y que en éstas puedan participar los militantes, y que estos , a su vez, sean individuos conocidos y de una trayectoria partidaria que les aporte credibilidad, no queda otra cosa que hacer lo mismo que se hizo en las siniestradas elecciones pasadas, recurrir a la componenda de la lista, pagando cupos a la cúpula; y tanto mejor si la cúpula tiene arrastre, de modo que sólo hay que subirse al huayco y no acabar al pie del cerro, sino la cima del próximo Congreso.

Los imanes electorales

Nadie duda que, por ejemplo Alejandro Toledo es en términos electorales un gran imán y, con el sistema de Distrito Único, aquellos que logren colgarse en los primeros números de la lista parlamentaria, sin duda tendrán posibilidades de engancharse en el Congreso. Esto sin que realmente les importe si Alejandro Toledo llegue a la presidencia o no. Igual cosa sucederá con la presencia de Alan García, quien seguramente es el soñado candidato presidencial para el oportunismo aprista, en la medida que haga las veces de imán electoral, importándoles poco a los apristas si el camino electoral está expedito legalmente o si Alan alcance o no la presidencia, lo importante es coger curul y sueldo parlamentario.

No es ajeno a esta pretensión el propio secretario general del Apra, Jorge del Castillo, quien ha dejado entrever su preferencia por el Distrito Único. Lo irónico, en estos casos, es que apristas que durante la pasada campaña electoral, hacían muecas para tratar el tema de Alan García y lo consideraban poco menos que un apestado político, ahora se sientan “muy cercanos” a él, e incluso, como Mercedes Cabanillas, hayan viajado hasta Bogotá para ganarse alguito, aunque infructuosamente, por cierto, pues no es mucho lo que han podido sacarle al ex presidente.

Otro tanto ocurre en las filas de Somos Perú, donde parece haber empezado el desbande de los “somos topos” que de alguna manera intentan convencer al alcalde limeño de que en verdad tiene opción presidencial. Sin embargo Andrade es un hombre canchero y es muy poco probable que se deje convencer por los promotores de su candidatura pública, pero con el fin de dejarlo colgado a él sin presidencia, pero ellos si con residencia en el Congreso.

El pacto contranatura

Pero más allá del tema del distrito múltiple, la componenda tras la cual eligió una nueva junta directiva del Congreso ha dejado atónito a todo el país. Y el shock de confianza que el gobierno de Paniagua se empeñó en aplicar, ha sido en la práctica derrumbado. Otra vez la llamada clase política ha exhibido su nefasta debilidad por los cargos y los membretes. Lamentable lastre para la candidatura de Toledo será la alianza nada menos que con Absalón Vásquez, segunda encarnación del fujimorismo cuya figura está irreversiblemente bajo sospecha por la falsificación de firmas de Perú 2000, tema que al parecer ya no será investigado.

Este grave error táctico o de fondo de Perú Posible, le costará caro durante la campaña que ya se adivina extremadamente disputada. Sumando a eso la presencia del indefinible Manuel Masías y el lio que ha provocado dentro de la representación de Somos Perú, la figura de Ferrero, impecable hasta hace poco ha sufrido una mella indeleble a menos que, antes de que sea demasiado tarde renuncie al cargo menos honroso que seguramente tendrá en su historia política. Presidir este Parlamento fruto del fraude electoral en el voto preferencial y de la compra innegable de los tránsfugas, repleto de personajes indeseables y casi nauseabundos para la política, no es ningún mérito u honor. Así, una vez más, la vanidad humana le juega una mala pasada a un político brillante y a un partido con muchas posibilidades. A este paso el Congreso, en verdad, bien haría en cerrarse a si mismo.

Los partidos de “clase”

Aunque no son marxistas, los empresarios de “clase” también empiezan a moverse y algunos ingenuamente pretenden llevar como siglas “El gran partido de la minería”; casi como si es su época, los barones del azúcar, hubiesen formado un “Partido del Azúcar”. No se sabe si felicitarlos por la sinceridad o burlarse por lo ingenuos; tal vez confíen en arrastrar el voto de los miles de mineros que trabajan en condiciones infrahumanas y a razón de S/. 2.60 la hora en jornadas de 10 horas laborales de lunes a lunes.

Pero los verdaderos “clasistas” no son nada ingenuos. Y jamás se les ocurrirá presentarse como “El partido de Telefónica”, o el “partido de Leche Gloria”. Su oficio es más sutil y sin duda tratarán de “infiltrar” candidatos en todos los movimientos y partidos; de modo que puedan jugar a varios cachetes, pero en un solo y firme lobby congresal.

Partidos regionales al Congreso

El no tener un colectivo o combi electoral a la mano para subirse y transitar la avenida electoral del próximo 8 de abril, tiene sumidos en el vacío existencial a aquellos que se han pasado la vida trajinando la burocracia pública y desdeñando el trabajo político ciudadano serio. Se han dado cuenta que creerse líderes regionales, o creerse políticos redomados; o de presumir que la historia tiene una cita con ellos al final de la recta democrática, no es suficiente; se han dado cuenta que todas estas cosas no bastan.

Entonces están recurriendo a buscar un “candidato” enganchable en cualquier plancha presidencial, pero a condición que jale su “paquete” de parlamentarios locales adentro. Va a ser de lo más bonito. Sólo hay que tener paciencia y dejar que se enciendan las pasiones al calor de hoguera de las vanidades; y vamos a ver matrimonios contra natura entre las más variadas especies políticas.

De La Habana al cielo

La semana que concluye ha dejado a la prensa peruana respirando un aire de obituario. Murió en Cuba el segundo alcalde socialista de América Latina (el primero fue el arequipeño Villalobos). Murió como vivió, sin quejarse, seguramente haciendo un chiste antes de partir; y murió sobreviviendo la agonía del neoliberalismo implantado por las grandes corporaciones en el país.

Contra el sanmiguelino Barrantes, en vida, no solamente complotaron su páncreas, sino la impaciencia y el fanatismo suicida de la izquierda; construyendo así la antesala en donde apareció la metralleta, el falk, el tiro al guardia por la espalda; el balazo al propio camarada disidente y a partir de allí, la metalización cerebral de la dialéctica: los fierros antes que los versos; la tropa antes que la prosa y la columna guerrillera antes que la marcha democrática. El resultado: una generación perdida en el cementerio clandestino o en el basurero de la historia.

Alfonso Barrantes Lingán, el frejolito, frente a la tragedia de la izquierda peruana, fue lúcido, incluso hasta cuando no lo estaba. En una reunión acalorada sobre candidaturas electorales izquierdistas; cuando la ubicación en las listas se peleaba palmo a palmo, súbitamente se acordó de Cesar Vallejo y de que había hermanos, muchísimo que hacer; entonces supo que el día había llegado, se puso el saco y, antes de salir, mando a toda la izquierda, precisamente a la mierda. Cuánta razón tuvo entonces.

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