De no ser por algunos medios independientes, la población peruana no se habría enterado que la fiscal que pretende allanar Palacio de Gobierno, Norah Córdova, es una fanática anticomunista. En sus redes sociales hizo campaña contra Pedro Castillo tildándolo de terrorista y corrupto, antes de que asumiera el gobierno.
La fiscal ha reconocido las publicaciones, pero señala que ocurrieron en el mes de junio, cuando ella no investigaba al hoy Presidente. Por esta razón, el abogado del mandatario ha solicitado que la fiscal se aparte del caso, a lo que ella ha respondido que no lo hará. Además, el órgano de control interno del Ministerio Público ha abierto una investigación contra ella por el mismo motivo, que aún no tiene resultados.
El hecho es que, tratándose de un caso tan delicado, lo menos que podría hacer esta magistrada es apartarse del caso. Su fanatismo no garantiza ninguna objetividad y la investigación podría quedar desvirtuada. Inaceptable que el fanatismo, de cualquier extremo, alcance incluso a las personas que debieran ser las más ilustradas; o aquellas que tienen responsabilidades estratégicas en el estado.
Aún así, anuncia que allanará Palacio de Gobierno. Norah, una vergüenza.
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