Un nuevo cuerpo de lava se abre campo en el cráter del volcán Sabancaya, en la región Arequipa. Alrededor de 25 mil metros cuadrados de material ígneo, el equivalente a cuatro campos de fútbol, asoman en la cima del macizo en lo que es su quinto domo de lava, bautizado como ‘Pichqa’, por la palabra “cinco” en quechua.
De acuerdo con los vulcanólogos del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet), un domo es un montículo de lava muy viscoso. Este se acumula sobre el conducto de emisión de un volcán. Su forma usual es de cúpula y en área circular que crece lentamente en función de la presión interna.
Las primeras señales de la formación del cuerpo de roca fluida se produjeron en marzo de este año. Primero, mediante parámetros de monitoreo de investigadores del Observatorio Vulcanológico del Ingemmet (OVI). Estos se reafirmaron con el aumento del volumen de magma en el reservorio magmático principal, además de la deformación del suelo volcánico, actividad sísmica y mayor flujo de dióxido de azufre.
Con la formación del domo se contemplan dos escenarios posibles para la región Arequipa. La lava de ‘Pichqa’ podría incrementar su tamaño o se produciría su destrucción completa o parcial. De acuerdo con especialistas del Ingemmet, el segundo escenario es el más probable.
Respecto al proceso eruptivo, se esperan pequeñas variaciones al registrado hasta la fecha. Se estima el ligero incremento de la actividad en los meses venideros, con probabilidad de explosiones más violentas, columnas de emisiones más altas y mayor dispersión y caída de ceniza. Todas son consecuencias antes registradas en los domos que antecedieron al actual.
Estos pronósticos ya pueden constatarse en la actividad reciente del Sabancaya. En las 24 horas previas al 25 de mayo se registraron 17 explosiones de baja a moderada intensidad, además de emisiones de ceniza y gases sobre los 200 metros sobre el volcán. Desde Instituto Geofísico del Perú (IGP) se recomendó estar atentos a la posible caída de ceniza.
El Sabancaya se encuentra en proceso eruptivo desde el segundo semestre del 2016, y en etapa pre-eruptiva desde el 2013. Se ubica en las partes altas de la margen izquierda del Valle del Colca, en la región de Arequipa.
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