Minutos antes de entrevistar a los protagonistas de este texto, en uno de los canales del cable, estaban pasando ‘El Show de Truman’ (1998). Curiosamente, sentí que la película transmitía con su final, la misma búsqueda de ambos: la verdad, el futuro. Este año, el Festival de Cannes escogió el póster del filme de Peter Weir y Jim Carrey como afiche oficial de su edición, usando la premisa de que “así como Truman escapa de un mundo falso a medida que sube una escalera, el Festival, con su alfombra roja, ofrece a los espectadores la verdad acerca de los artistas que entran al teatro a ver cine”.
Para los que no la vieron (alerta de spoiler), este clásico del cine retrata el despertar emocional, intelectual y, también, existencial de Truman al descubrir que su propia vida ha sido una pantomima. No quiero decir que Santiago y Walter hayan vivido eso, sino que esas escaleras son una celebración poética de la búsqueda de la libertad, una libertad que, para ambos, es el cine. Por eso, también escogí como portada el póster de la película.
Santiago Fierro y cómo hacer resurgir el cine de género en el Perú
¿En el Perú se hace cine? Es una de las dudas que Santiago tenía de pequeño cuando se sentaba con su abuelo a ver ‘El Gran Chaparral’ y muchas películas western de Sergio Leone y Quentin Tarantino. Siempre tuvo ese gusto, sabía que ese era su camino; además, no le gustaban los números. Ingresó a Comunicación, trabajó en televisión, hasta que la oportunidad llegó.
Algunos de ‘saca copias’, otros de ‘mandaderos’, a Santiago le tocó ser el ‘jala cables’ en su primera visita al rodaje de un largometraje. Como muchos. Y es ahí donde descubrió que de verdad se podía hacer cine en el Perú. ‘Dilo Corto’, la empresa productora que formó con sus socios y amigos, Lucía Orozco y Elvis Huayta, nació en el aula de la Universidad Nacional de San Agustín. Sin saber mucho, se animaron a hacer una serie de cortometrajes, uno más exitoso que el otro. Gracias a eso, ahora ya están empezando a vivir del cine.
¿Se puede hacer cine de género en nuestro país?
“En el Perú no se hacen películas de género, mayormente predominan los dramas, producciones que hablan de la marginalidad. Está bien, pero creo que deberíamos darle más variedad al público peruano, no sé, puede ser un western”, comenta.
Solo tenemos dos películas western peruanas: ‘Pueblo viejo’ de Hans Matos en 2015 y ‘El fugitivo de los andes’ de los hermanos Luis y Mario Tarazona en 2021, que además está en quechua ancashino. Géneros como el terror, la ciencia ficción, el musical y el mismo western, no han sido muy abordados en nuestro país. Hay películas buenas, sobre todo en regiones, pero pocas. Santiago busca su resurgimiento. Pero, ¿cómo?
El cine de Santiago Fierro realza mucho las peculiaridades de sus personajes. Es introspectivo. Recurrentemente usa la voz en off como recurso para narrar sus historias. Visualmente, sobrio e impecable. Es en su último cortometraje, ‘El lamento del patriota’ (que aún no se estrena, pero pude ver), en donde todas sus características ensamblan casi a la perfección. Quizás, su mejor trabajo. Ambientado en la Batalla de Umachiri, con trajes de época y toques western, es una pincelada al cine de género al que aspira Santiago. Incluso con referencias al Django de Tarantino.
Este año cumple 28 años, y ‘Dilo Corto’, seis. Actualmente se encuentra llevando varios diplomados de cine en Colombia para especializarse, mientras alista su primer largometraje. Su meta: hacer cine comercial, pero del bueno.
“El cine para mí es una forma de sentir y de vivir. Es el motivo de despertarte todas las mañanas”.
Walter Manrique, la abogacía y el cine con “yapa”
Combinar Derecho y cine, puede parecer algo inconexo. Para Walter no. Empezó a grabar ‘Mercado’, su ópera prima, cuando cursaba el cuarto año de la universidad. En el documental, aborda las historias de los protagonistas del histórico mercado San Camilo. Ese proceso de rodaje fue el punto de partida para descubrir, no solo su pasión por el cine, sino también para crear el colectivo ‘Yapa Films’, con amigos de la universidad y de la vida. De hecho, el nombre proviene de la ‘yapa’ que te dan en el mercado.
Aunque acaba de terminar de producir un largometraje de ficción grabado en lenguas originarias, Walter disfruta más haciendo no ficción. Luego de estrenar su serie documental ‘Contrapunto. Huellas vivas del zapateo afroperuano’, llegó el luctuoso cautiverio pandémico y con él, se vinieron abajo muchos proyectos, pero nacieron otros. Por azares del destino, el algoritmo de Tik Tok le muestra la historia de Ale Araya, quien sube a esa red social los pasajes donde atraviesa sola el duelo por la muerte de su esposo. Es así como se construye ‘El Tik Tok de Ale’, un corto de innovador formato donde recopila sus vivencias.
Si lo viste, es probable que, en su momento más conmovedor, te hayas cuestionado si lo que estás viendo es ficción o no. Porque el duelo de Ale es tan real que no parece real. Así es el cine de Walter Manrique. Historias convincentes con personajes reales que te llevan a la reflexión y el descubrimiento. Cine con ‘yapa’ diría yo. Una ‘yapa’ a la que él mismo le llama cuestionamiento.
¿Hay una problemática en el cine peruano?
“Necesitamos una escuela. Es difícil que podamos construir una producción cinematográfica si no tenemos un espacio democrático donde todas las personas podamos acceder a formarnos. Pasa todavía por el privilegio. Hacer cine es caro”, explica.
Como director, aprendió mucho de sus rodajes y de los cursos que llevó. Ahora, ya trabaja en tres nuevos largometrajes. Actualmente, también hace asesoría jurídica a producciones cinematográficas y es asesor legal de DOCUPERU. El cine lo ha llevado a explorar nuevos caminos. Cuando le pregunté si tuviese que escoger entre Derecho y el cine, Walter no dudó en escoger este último.
“Para mí, el cine es una herramienta, y como toda herramienta es útil en la medida que sepas utilizarla. Es muy poderosa. Permite vernos, reconocernos, identificarnos, cuestionarnos”.
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