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Claudia Nuñez sobre “La Mariscala”: es una transgresión a la historia tradicional

Claudia Nuñez Hay Festival Arequipa
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(Fotografía: Fernanda Nuñez)

Francisca Zubiaga y Bernales nació el 11 de septiembre de 1803 en Cusco. Conocida como “La Mariscala”, fue una figura política importante en nuestra historia ya que lideró al país junto a su esposo Agustín Gamarra en el siglo XIX. Por eso es considerada la primera presidenta del Perú.

Sabía cabalgar, manejar la espada y la pistola. En general, disfrutaba de actividades que en esa época no eran consideradas “para las mujeres”. Cuando Gamarra asumió la presidencia del Perú, en 1829, ella asumía el poder en su reemplazo.  Sin embargo, murió exiliada en Chile el 8 de mayo de 1835, a causa de una tuberculosis.

En el pasado su historia ha sido contada, en su mayoría, por hombres. La han etiquetado como “excéntrica” o “loca”. Por ese motivo, Claudia Nuñez se propuso reivindicar su figura con el libro “La Mariscala. La historia no contada de Francisca Zubiaga y Bernales, primera presidenta del Perú”.

¿Por qué contar la historia de La Mariscala?

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Claudia Nuñez (Cusco) estudió arqueología en la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco (UNSAAC). Sus estudios siempre giraron en torno a la mujer y temas de género. Hizo una maestría en Historia, retrocediendo a los inicios de la República, y es ahí cuando conoce a Francisca.

Revisando entre libros de la época se encontró con “Peregrinaciones de una paria” de Flora Tristán. En el último capítulo descubre el encuentro entre Tristán y Zubiaga. Una partiendo a Europa y la otra hacia su exilio en Valparaíso.

Esta conversación me marca totalmente. Por lo que decido dedicar mi tesis, y también mis siguientes años de investigación, a recuperar su memoria y su historia.

Claudia Nuñez, autora de La Mariscala (2022).

La historiadora señala que Zubiaga es un personaje que fue tratado con mucha humanidad y cariño por parte de las mujeres del siglo XIX (como Tristán y Clorinda Matto). Sin embargo, durante todo el siglo XX su historia fue recogida principalmente por hombres, quienes la trataban de loca, marimacho, hambrienta de poder o “un ser esquizofrénico”.

Me daba mucha pena cómo había sido tratada y decidí trabajar sobre ella, pero haciéndolo de otra forma. Romper con la academia, romper con los cánones de la historia tradicional…dije: “Si vamos a regresar a La Mariscala al presente, hay que hacerlo desde un aquelarre de brujas históricas. Diferente. Con una voz contestataria que los haga renegar un poco a estos historiadores ortodoxos”.

Claudia Núñez, autora de “La Mariscala”

Lo primero que decidió fue que el libro sería narrado desde la historia de las mujeres. Planteando cómo sería la República si no la contaran como la historia tradicional, “donde parece que solo existieran hombres”.

Por eso en la obra habitan predominantemente mujeres. Las monjas, las chicheras, las primeras mujeres en ir al colegio o las rabonas. Junto a otros personajes feminizados en la historia, como las travestis o prostitutas. “Es una amalgama de personajes. Todas las parias de la historia se reúnen en el libro, para venir de regreso con La Mariscala”.

Llenando los vacíos en sus historias

Durante la recopilación de información, se encontró con vacíos. Explica que en los archivos se suele guardar datos un poco seleccionados. Entonces, ¿Qué hacer ante estos silencios?

Me pongo a pensar que la historia de mi abuela, o las historias de muchas hijas, madres, hermanas, amigas nuestras…no estarían puestas en un archivo. ¿Y por eso no merecen estar en la historia?

El primer silencio al que se enfrenta fue la mamá de Francisca, sobre quien no encontró nada. A diferencia de su padre, del cual descubrió que había estado en la misma época que Túpac Amaru en Lima, entre otras cosas. Pero Nuñez se negó a este silencio y se propuso utilizar todas las herramientas que tenía para ficcionar la historia de la madre.

Lo hizo en base a diversas problemáticas que atravesaba cualquier mujer de inicios del siglo XIX como la mortalidad infantil, la maternidad joven o el matrimonio. Pero para darle más humanidad y corazón a la historia, decidió mezclarla con la historia de su abuela (a quien había entrevistado antes de que fallezca durante la pandemia).

Es como un híbrido. Es la historia de una mujer del siglo XIX, pero con guiños y atributos de mi abuela. La historia de una mujer que juega con el espacio – tiempo…Es mi forma de negarme a ese silencio histórico. La historia te enseña que cuando hay silencios debes callar, entonces yo me niego a hacerlo. No me callo. Escribo.

El retorno de las otras mujeres junto a La Mariscala

La idea de escribir siempre estuvo presente, aunque no de la manera académica (que consideraba aburrida), así que se metió a diversos talleres de escritura creativa. Nuñez cuenta que la escritura de La Mariscala comenzó precisamente tras asistir a uno de Regina Limo.

Solo le tomó alrededor de cinco meses, un proceso rápido porque ya contaba con la información. Pero a su vez fue un proceso catártico, debido a que se encontraba de duelo por el fallecimiento de su abuela. Además, sentía que le debía un buen trabajo a Zubiaga, para reivindicarla.

 Y es que, si bien la historiadora considera a Francisca como “la paria más grande de la historia del Perú”, también comenta que su retorno es un “retorno colectivo”.

Porque cuando tú permites que un personaje como Francisca retorne, tienes que abrirle la puerta a una invasión de personajes que son sumamente incómodos para el statu quo de la historia.

Como los travestis o maricones de Lima, que eran personajes que ocupaban el espacio público al inicio de la República, pero sobre los que nunca nos han contado. “Que están guardados bajo ocho llaves porque interpelan a esa historia impoluta que quieren resguardar los historiadores canónicos”.

Nuñez explica que la Mariscala regresa para interpelar la historia tradicional. No regresa con las mujeres sumisas y bien portadas, sino que regresa con todas. Con la chichera la revolucionaria, la pobre, la afro y la indígena.

Escribiendo la historia para nosotras

El libro parte desde su niñez y transcurre por su vida hasta llegar a un hecho que la historiadora considera bastante simbólico. Cuando la Mariscala muere y deja en su testamento un último deseo. Pide que le abran el pecho y le saquen el corazón y lo lleven de regreso al Cusco, donde nació.

Sin embargo, este se perdió, al igual que su cuerpo. Y con ellos, parte de su historia. La obra precisamente cierra con una crónica del viaje que hace Nuñez hacia Valparaíso (lugar donde terminó su vida en exilio), en búsqueda del cuerpo.

¿Qué pasó con ella? ¿Tiene tumba? ¿Dónde está el cuerpo de nuestra mariscala? ¿Va a retornar? Es crear también un mito en torno a ella. Como un reclamo también, para que pueda regresar al Perú, que es el país que alguna vez gobernó.

Por otro lado, aclara que ella no escribió esta historia para los académicos. Ella escribe para su abuelita, para su mamá, para su amiga…Una manera distinta de escribir historia. Indica que no se trata de un cuento de heroínas, sino que es “una transgresión a esa historia tradicional”.

Recuerda con cariño que hace un tiempo, una persona le comentó que todas las noches le leía el libro a su madre (quien había perdido la visión) en voz alta. Esa es su mayor aspiración: que todas nos podamos encontrar en esta historia.

Yo quiero que tengamos esa historia donde no solamente vemos a esos grandes militares de traje, o a esas grandes mujeres aristócratas. Esas mujeres seleccionadas con el dedo que parece que pueden pertenecer a la historia. Yo quiero que esta sea una historia donde nos podamos imaginar que nosotras podemos ser parte de ella. Que sea una historia que se construya desde otras voces, no desde las voces tradicionales.

Su participación en el Hay Festival Arequipa 2022

Nuñez comenta que está muy tentada a escribir sobre brujas en un futuro. Le encantaría contar la historia de las brujas peruanas, pero traerlas con nombre y apellido. “¿Dónde están las brujas de nuestro país? ¿El aquelarre histórico?”.

Mientras tanto podremos verla en la Ciudad Blanca el próximo sábado 5 de noviembre en el Hay Festival. En él será parte de una mesa junto a Adela Muñoz Páez (química y escritora) y Emilia Erbetta (Radio Ambulante). Una cita imperdible en el Centro Cultural Peruano Norteamericano, al mediodía, donde compartirán historias de otras mujeres (en plural).

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