El Perú, como siempre, hace gala de su diversidad y no solo en cuanto a lenguas, tradiciones y cultura; sino, en cuanto a realidades. A continuación, solo tres ejemplos.
La discusión más acalorada en las redes sociales arequipeñas de esta segunda semana de noviembre ha sido el fútbol. Pero, no ha sido acerca del deporte, sino -como casi siempre- de la hinchada. Por un lado, están los episodios de violencia provocados por barristas de Alianza Lima en el centro de la ciudad; y por otro, una legión de fanáticos que ha decretado una condena por traición a la patria a todo aquél que, viviendo en Arequipa, no sea hincha del Melgar y con pena de deportación. Para promover la división somos campeones.
Viviana Boza Cansaya fue encontrada sin vida, en la casa de su pareja, Nelson Wilbert Luna, en Cerro Colorado. Cuando la Policía halló el cadáver presentaba lesiones en el rostro y en el cuerpo. La necropsia reveló que murió por asfixia externa. Él afirma que es inocente. Ella tenía 48 años y era la única que trabajaba para sacar adelante a sus tres hijos. Según el Programa Nacional Aurora del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Venerables (MINP), cada semana se registran 3 feminicidios en el Perú.
La disputa política del momento suena a trabalenguas. El primer ministro, Aníbal Torres, presentará una cuestión de confianza para que el Congreso debata una reforma constitucional sobre la cuestión de confianza. Nota previa: Martín Vizcarra logró cerrar el Congreso en 2019, presentando una cuestión de confianza sobre una norma para la elección de miembros del Tribunal Constitucional. Con esa experiencia, el siguiente Congreso hizo una modificación a la Constitución para restringir el uso de este recurso. Ante esto, el Ejecutivo pidió que ese cambio no se produzca; pero, hasta ahora el Parlamento no respondió. ¿Por qué Torres se acuerda de ese pendiente, justo ahora, y lo convierte en una cuestión de confianza? Porque la misión de la OEA está por llegar y el Ejecutivo parece querer dejar constancia de que la oposición es obstruccionista.
En resumen, entre hinchas que se enfrentan a balazos, violencia de género, alza del combustible y alimentos, los políticos se dedican a un ajedrez de quinta. Afortunadamente, los fines de semana, a muchos les queda espíritu y presupuesto para irse de fiesta.
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