Un artista atormentado intenta escribir la obra de su vida, pero un bloqueo creativo absoluto le obliga a hurgar en su pasado intentando buscar la chispa que necesita para comenzar. Mientras reflexiona sobre las heridas que creía cicatrizadas, el ruido de las palomas lo distrae, pero… ¿Serán solo las palomas?
Sinopsis de “A dos alas de la libertad”.
Para cerrar con broche de oro las tablas de este 2022, Teatro Umbral presenta “A dos alas de la libertad”. El dramaturgo, Víctor Zegarra nos trae esta puesta en escena que se ha hecho en España, Francia, Argentina y ahora, por primera vez, en la Ciudad Blanca.
En esta propuesta de “teatro físico”, el principal medio de creación y expresión es el cuerpo. Usa elementos artísticos como la danza, el mimo, la acrobacia o las artes marciales, en lugar de los aspectos psicológicos en la creación del personaje.
La obra es coproducida por la compañía de Teatro Umbral y la Compañía de Teatro de Víctor Zegarra. Cuenta con las actuaciones de Gustavo Casal Hernández, Raúl Pilco Justo, Yeny Sardón Mamani y Víctor Zegarra Montes.
El estreno será el viernes 9 de diciembre a las 19:40 horas, y la temporada es de viernes a domingo hasta el 18 de diciembre. Las entradas se podrán adquirir en la boletería del teatro o por WhatsApp al 963 058 913.
Además de los precios especiales para estudiantes y los precios en preventa, el público arequipeño podrá disfrutar de la obra a través de la “Búsqueda de libros”. Esta consiste en buscar entradas escondidas en libros por todo el Centro Histórico de la ciudad.
A dos alas de la libertad, una obra que se cuestiona todo
El actor, director y dramaturgo cuenta que escribió la obra hace diez años. En ese momento presentaron un ensayo general de esta a gente cercana, pero quedó ahí porque estaban con otro montaje. No obstante, le compraron los derechos para hacerla en España, Francia y Argentina.
A puertas de su estreno en Arequipa, señala que después de tantos años el texto sufrió algunos cambios (algunos modismos que escribió cuando estaba en España), pero también su manera de dirigirla. “No es lo mismo dirigirla con la mentalidad que tenía en ese entonces. Ahora tengo otro existencialismo”.
Agrega que, si bien no se trata de un proyecto autobiográfico, tiene pasajes de su vida llevados a las tablas. Asimismo, es una propuesta de teatro físico, el cual “tiene que ver más con el movimiento. Un poco con la acrobacia, con la danza…el impulso que nace desde el movimiento”. Por lo cual eligió trabajar con artistas que vienen del mundo de la danza y el circo.
Además, explica que A dos alas de la libertad tiene técnica de bufones. Es decir, aquellos personajes que han perdido su sociabilidad y sus buenas maneras, y se burlan de todo y de todos. Seres que hablan de todos nuestros tabús y aquellas cosas que no mostramos al mundo. Por lo que, “es una obra que se cuestiona todo. La existencia, la vida…nos hace pensar si es que hemos elegido el camino correcto”.
Esta obra es dura. Lo que busco es incomodar, no desde una forma visual ni vulgar…al contrario, es un texto muy limpio. Incómodo en la forma de hacer el teatro, en el sonido. Hay momentos en que el sonido te va a empezar a disgustar seguramente. La incomodidad del protagonista, que le incomoda la ropa o le incomoda él como persona. Lo que me interesa es que la gente venga al teatro y sienta que también es un viaje para ellos. Es un sueño.
Víctor Zegarra, escritor y director de “A dos alas de la libertad”.
Retos al hacer teatro en Arequipa
Zegarra recuerda que, en su infancia, sus padres lo metían a diversos cursos en verano para no perder el tiempo. Futbol, matemática, karate…y un día a teatro. Le gustó tanto que cuando terminó el colegio les dijo que quería seguir la carrera profesional.
Sin embargo, en Perú no había una. Así que se fue a estudiar a la Universidad Nacional del Arte de Argentina y, posteriormente, se especializó en Interpretación en la Escuela de España.
En el 2018, de gira con la compañía de España, regresó a su país natal por tres meses. Lo invitaron a Umbral y por cosas de la vida se quedó hasta el día de hoy. Actualmente enseña en la Universidad La Salle.
Durante este tiempo se dio cuenta de los retos para hacer teatro en la ciudad, como el financiamiento público y la falta de apoyo por parte del gobierno. Aunque es consciente que después de la pandemia lanzaron algunas convocatorias, considera que “no hay como un orden. Creo que hay compañías que están haciendo cosas maravillosas en Arequipa, pero creo también que hay compañías que no”.
Le apena que el gobierno no tenga en cuenta eso, porque al final en lugar de incentivar lo que hacen es desmotivar a la gente. Por otro lado, señala la falta de profesionalismo a nivel teatral o artístico y el hecho de que no haya una carrera o licenciatura como tal.
Creo que el arte dramático debería estar dentro de la currícula estudiantil, deberían llevar como asignatura el teatro. Creo que te ayuda en las habilidades sociales…pero creo también que el teatro debería llegar a los conos. Esto es un privilegio, en Perú todo es clasismo…si estudiar es un privilegio, imagínate el teatro…Acá hasta que no cambien esa pregunta de “¿A qué te dedicas? – Soy actor. – Ya, ¿pero que más haces?”, entonces no va a cambiar. Es una lucha constante.
¿Qué le aconsejaría a quienes quieren dedicarse al teatro, pero no se animan?
El dramaturgo resalta que tienen que saber que el teatro no es complaciente. Incluso el clown, que ahora está de moda, se trata de un trabajo súper duro en el que hay que entender la soledad de un personaje que fracasa constantemente y es víctima de burlas. “El clown existe porque hay un actor o una actriz detrás y si no tienes esa base no vas a conseguir nada”.
Deben ser conscientes que se van a enfrentar a un montón de prejuicios y pensamiento moral y social. “Acá creemos que todos tenemos el camino correcto. Pero, ¿cómo sabes si vas por el camino correcto, si nunca has ido por el equivocado? Entonces creo que hay equivocarse también. Que prueben”.
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