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Poeta Javier Alvarado: “el trabajo literario todavía no se ve como un trabajo”

Poeta Javier Alvarado en Arequipa
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Poeta panameño Javier Alvarado en Lima (Fotografía: Harold Alva Viale).

Javier Alvarado (Santiago de Veraguas, 1982) cuenta que él tuvo la suerte de que su madre le leyera cuentos todas las noches cuando era niño (aún conserva un libro de los Hermanos Grimm). Así también una abuela que era un “cofre de tradiciones, leyendas y cuentos del pueblo”, y un tío acordeonista cuyas letras eran poéticas. O aquellas cantinas, frente a la casa de su abuela, donde los boleros, cumbias y canciones le dieron otra perspectiva.

Todas estas situaciones fueron acondicionando una sensibilidad que se vio reforzada cuando una profesora de secundaria empezó a incentivarlo con la literatura. Pero sería la muerte de su abuela hizo que sintiera un “fuerte llamado a la poesía”.

Entre sus referentes literarios de ese tiempo recuerda a Tristán Solarte, Ricardo Miró, Gaspar Octavio Hernández, Demetrio Korsi y Demetrio Sevillano. Así como sus maestros, César Young Núñez y Moravia Ochoa.

Veinte años de carrera y una decena de libros y premios

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En el 2001 se publicaría su primer libro “Tiempos de vida y muerte”. Actualmente cuenta con 18 poemarios, entre los que se encuentran Caminos Errabundos y otras Ciudades (2002), Poemas para caminar bajo un paraguas (2003), Aquí, todo tu cuerpo escrito (2005), No me cubre de edad la Primavera (2008), El mar que me habita (2011) o Acuérdate de mí cuando estés en tu paraíso (2021).

Asimismo, a lo largo de su trayectoria ha acumulado un sin número de reconocimientos. Como el Premio Nacional de Poesía Joven de Panamá (en el 2000, 2004, 2007 y 2014) o el Premio de Poesía Pablo Neruda (2004). Su talento con las letras también lo llevaron a alzarse con el Premio Centroamericano de Literatura Rogelio Sinán (2011) y el Premio Ricardo Miró (2015).

Recientemente obtuvo el Premio Gabo de Literatura en Traducción y Textos Multilingües (2020) y el Premio Rey David de Poesía Bíblica Iberoamericana (2021). Asimismo, es poeta residente por la Fundación Cove Park (Escocia, Reino Unido).

A todo esto le preguntamos, ¿cuál ha sido el mejor reconocimiento que ha podido obtener?

Considera una gran satisfacción el haber tenido la oportunidad de acercarse a historias personales o colectivas y luego llevarlas a la poesía. Como con el libro Epopeya de las Comarcas (2017), abarca el conflicto de los indígenas panameños con el gobierno para la preservación de los bosques. “Al leer los poemas esos hermanos se sentían identificados y muchos lloraron recordando a sus parientes que fueron masacrados por defender sus derechos”, señaló.

Javier Alvarado con su libro Epopeya de las comarcas, en una ceremonia realizada en las instalaciones del Ministro de Cultura en Panamá
(Fuente: En Segundos Foto: MiCultura).

Durante su visita a la Ciudad Blanca nos contó sobre su proceso creativo, los obstáculos que enfrentó en su carrera, lo que significan las redes sociales para los artistas y la importancia de alzar la voz en tiempos de injusticia.

¿La escritura es algo que haces diariamente o cuando te viene la inspiración?

Yo he tenido las dos posibilidades de trabajo. Ha habido una inspiración llamada cuando siento que tengo que decir algo y expresarlo en poesía. Pero también me he propuesto tener una disciplina de trabajo. En Panamá, usualmente escribo en las mañanas, leo en las tardes y en la noche trato de descansar un poco. A veces me trasnocho corrigiendo o escribiendo. Considero que hay que tener una disciplina de trabajo porque eso es un compromiso que uno adquiere. Yo no lo veo como un hobbie, esto es un trabajo y una disciplina.

¿Qué obstáculos te has encontrado a lo largo de tu carrera? ¿Ha sido difícil vivir de la poesía?

Es una prueba de fuego. Sobre todo porque nuestra sociedad está condicionada a un trabajo y a acumular cuotas para una jubilación. Y el trabajo literario no se ve como un trabajo per se. Yo recuerdo que alguien me decía “tienes que tener un trabajo de base y eso tenerlo como un hobbie”. Y sí, me he jugado todo. Tengo veinte años escribiendo y no tengo ninguna cuota de seguro social, pero tengo poemarios.

Puedo decir que uno de los obstáculos que he encontrado es la publicación. Yo no he podido pagar un libro, he tenido que buscar mecenas o fondos, y decidí hacerlo mediante los concursos. En Panamá es muy caro publicar. Yo comparo los precios de publicación con otros países y Panamá es una cosa enorme. Para publicar un libro hay que tener 2 500 dólares mínimo. Es uno de los obstáculos que hay.

Hoy en día las redes sociales pueden ser una gran ayuda para los artistas, ¿consideras que son una ventaja o un reto?

Yo las veo como una ventaja. En el sentido que, por ejemplo, antes algo que César Moro o Blanca Varela publicaban en una revista, esta demoraba en llegar. Ahora publica un poeta de China y todos lo leemos inmediatamente. Eso puede ser una ventaja.

Pero también hay una desventaja en cuanto a la calidad. Porque uno puede ver que ahora se publica de todo, y pienso que la calidad se ha descuidado mucho. Es una manera de ver lo que se está haciendo, pero también hay que hacerlo de una manera crítica. A veces en esa manera crítica de ver lo que se está produciendo, lo que uno se cuestiona es si las redes están haciendo realmente daño a la literatura. Es algo para debatir, pero también para reflexionar.

Durante tu estadía tal vez has podido ver la situación del país. Aquí en Arequipa, diversos artistas se unieron a las protestas, ¿crees que es importante que los artistas alcen la voz?

Creo que en América Latina tenemos un mal común: ese desencanto por los gobiernos. Uno se pone a reflexionar y pensar que tenemos pueblos con grandes culturas, ventajas de recursos naturales y mentes brillantes. ¿Por qué de repente el destino de nuestros países lo llevamos (porque también hay una votación de por medio) a personas que después en el camino quedan sucediendo cosas? Eso no solo pasa en Perú, pasa en Panamá y en todos los países que he podido visitar.

Y claro, si los artistas no están de acuerdo con algo o ven una injusticia social, también hay un llamado a manifestarse. Porque es increíble, el pueblo siempre es el que termina afectado, queda una inestabilidad y siempre vemos esa desigualdad que, en vez de achicarse, lo que hace es expandir la brecha. Si los artistas o escritores ven que hay una situación donde hay que levantar la voz, hay que levantarla y unirse. Pienso que hay que luchar por ese bien y por otra manera de manejar las cosas. Siempre viendo el bienestar nuestro y de las generaciones futuras.

Si pudieras darle un consejo a tu joven autor que recién iniciaba y a otros jóvenes poetas, ¿cuál sería?

Bueno, si pudiera darle un consejo a ese autor joven es que no desfallezca. Uno va a encontrar opiniones en contra o una serie de situaciones que no sean propicias para la creación. Sobre todo la confianza y perseverancia es importante. Algo que hice en ese momento, que lo volvería a hacer y lo sigo haciendo, es beber de las raíces de la tradición poética de tu país y después probar con otras realidades. Pero siempre apreciando el tesoro que se tiene. No solo lo escrito sino la tradición oral y cultural, que a veces se soslaya. Creo que es importante la lectura y la autocrítica también.

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