Hermosa basura: recordando el último gran álbum de Garbage

"Sabedores de que la radicalidad grunge unida a la sensibilidad de la música electrónica era un filón que aún no se había aprovechado, se decidieron a llenar ese nicho en el mercado"

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Garbage es el proyecto de Duke Erikson y Butch Vig (este último, famoso productor de “Nevermind”, ni más ni menos). Cuando lanzaron el proyecto, en 1994, ambos ya tenían una carrera en el mundo musical haciendo mezclas para U2 o para Depeche Mode. Sabedores de que la radicalidad grunge unida a la sensibilidad de la música electrónica era un filón que aún no se había aprovechado, se decidieron a llenar ese nicho en el mercado con Garbage.

Vig recuerda que durante las primeras sesiones del proyecto (en aquel entonces Shirley Manson aún no había sido contactada) alguien gritó: “This shit sounds like garbage!”, lo cual le dio una idea prometedora. Para hacer más legendario el relato, aquel mismo día Vig escribió en su diario: “I hope that all this garbage will become something beautiful!” Y así se visualizan ya los tres álbumes que, en el transcurso de los siguientes seis años, lanzarían.

Por supuesto, “Beautiful Garbage” no logró la aceptación que tuvo el álbum homónimo debut ni la original “Version 2.0” de 1998. Alguien ha dicho que ello se debió a que fue lanzado pocas semanas después del 11-S y que esa indelicadeza debilitó enormemente las ventas.

Es claro que “Beautiful Garbage” no se parece a los dos primeros álbumes (que se parecen entre sí). Es claro también que los dos primeros álbumes contenían piezas que han definido el universo sonoro de quienes vivimos nuestra adolescencia en la segunda mitad de los noventa. “Stupid Girl”, “Queer”, “Vow”, “Push it”… son temas que difícilmente vamos a olvidar y que, cada vez que suenen, nos van a llevar a ese territorio de ensueño que fue la adolescencia y la primera juventud. Quizá por eso, los oídos se resisten a “Beautiful Garbage”. Porque suena distinto y porque no dice las mismas cosas que se decían cinco años atrás (aunque algunas sí).

Aquel año 2001, el furor de internet y de los nuevos medios hizo que Shirley Manson llevase un blog que continuamente actualizaba y que le brindó una nueva perspectiva de las cosas, acaso más intimista y humana. La banda se reunía todas las noches en el sótano de los estudios Smart y en los trabajos de composición fueron dejando de lado los sintetizadores y se decantaron por un sonido más sencillo, más crudo, más directo.

En “Beautiful Garbage” hay predominancia de guitarras, bajo, batería y de la voz sin retoques de Shirley. Después de recoger las trece pistas y darle forma al álbum, vino el trabajo de postproducción y de mezcla y fue entonces que Vig y compañía decidieron darle un rumbo distinto a su proyecto. La esencia alternativa – post-grunge se mantiene, pero el giro hacia el pop también es evidente. Incluso sorprende toparse con una balada de los sesenta como “Can’t cry these tears”.

Volviendo la vista atrás, lejos ya de los reflectores que tanta expectativa generaron tras el “Version 2.0”, resulta curioso decir hoy que quizá “Beautiful Garbage” es el álbum más personal de la banda y su apuesta más honesta y creativa. Vale la pena, desembarazados de prejuicios, tomar el disco de la estantería y ponerlo a girar una vez más, ahora más viejos, más tranquilos y más sabios. A ver cómo nos suena.

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