El Vaticano expulsó ayer a Luis Figari del Sodalicio, después de 11 años de haber sido acusado públicamente de pederastia y torturas.
Hace un año, la Santa Sede envió a Lima una misión integrada por los sacerdotes Charles Scicluna y Jordi Bertomeu. Con los resultados de lo compilado por los curas, se ordenó la expulsión de Luis Figari del Vaticano. Sin embargo, el proceso judicial en Perú apenas continúa en medio de dilaciones y acoso judicial a periodistas.
Luis Figari, quien no era sacerdote, sino un laico consagrado, fundó la organización ultraconservadora “El Sodalicio”, en 1971. El “Sodalicio de Vida Cristiana” creció hasta tener presencia en cinco continentes y estaban principalmente representados en Luis Figari. Esta red tenía como núcleo valores de extrema derecha, pues surgió en contraposición a la Teología de la Liberación.
En el 2000 aparecieron los primeros apuntes sobre las torturas psicológicas y sexuales contra menores de edad, perpetradas presuntamente por los jerarcas del Sodalicio. José Enrique Escardó Steck, un exintegrante de esta organización religiosa, denunció el infierno que se vivía en los retiros “espirituales”. Sin embargo, el escándalo estalló en 2013 cuando otro exintegrante del Sodalicio hizo públicas una serie de denuncias que se seguían contra Luis Figari.
Pese a las acusaciones hechas por las víctimas en medios, un libro que reúne los sensibles testimonios de los sobrevivientes, el acoso judicial a periodistas que investigan el caso, y un pedido de prisión preventiva, Luis Figari fue aislado por orden de la Iglesia Católica, lo cual permitió que el presunto abusador pueda evadir la justicia peruana.
Es así que el fundador del Sodalicio vive en Europa desde el 2015. Ese mismo año, los periodistas Paola Ugaz y Pedro Salinas publicaron el libro “Mitad Monjes, mitad soldados” donde se relata el perturbador caso. Tiempo después, estos investigadores fueron blanco de procesos judiciales, lo cuales no cerraron en contra de los periodistas.
¿Investigación o marketing?: La visita a Lima de Scicluna y Bertomeu
El año pasado, la Santa Sede, jurisdicción central de la Iglesia Católica, envió a Lima una misión papal. La visita de los sacerdotes Charles Scicluna y Jordi Bertomeu fue para comprobar la validez de las denuncias. Esta decisión se dio recién ocho años después del aislamiento en Europa que beneficiaría Luis Figari por orden de la misma Iglesia Católica.
Scicluna y Bertomeu se reunieron con alrededor de 10 víctimas en su estancia en Perú. Tras evaluar el informe de la visita, El Vaticano resolvió expulsar a Luis Figari del Sodalicio. Esta sanción sería simbólica, ya que no tiene ningún efecto de reparación en el sistema judicial peruano.
En 2017 la Iglesia Católica ordenó a Luis Figari que “no regrese al Perú salvo por motivos muy graves y siempre con permiso por escrito“. Ante las solicitudes de justicia, El Vaticano intentó aclarar un año después que la medida de alejamiento decretada a Luis Figari buscaría “reparar el daño causado por él, y el escándalo resultante”.
¿Perdonan el delito pero no el escándalo?
Pese al aislamiento que juega a favor de Luis Figari, la Iglesia Católica emitió ayer el oficio que apunta en el comportamiento del fundador del Sodalicio como “causas incompatibles y, por tanto, inaceptables en un miembro de una institución de la Iglesia”. En la misma línea señala el caso de “causa de escándalo y grave daño al bien de la Iglesia”.
José Enrique Escardó Steck, quien actualmente es periodista y fue el primer denunciante del Sodalicio, se pronunció a través de sus redes sociales. Escardó cuestionó la presunta expulsión y la condición en la que realmente estaría Luis Figari. Además, hizo notar que el documento “no es explícito que sea por casos de violencia sexual”. Tampoco detalla las consecuencias reales en cuanto a administración de justicia. Así mismo, la supuesta expulsión no señala cuáles son las medidas reparativas específicas para las víctimas.
Escardó Steck, también presidente de la Red de Sobrevivientes del Perú, mediante el diario español El País, señaló que el Estado peruano debe mejorar el acceso a justicia sin revictimización:
“El reconocimiento por parte del Vaticano de los delitos de Figari debe ser el empuje final que necesita la Fiscalía para denunciar de una vez a los abusadores y meterlos a la cárcel. También para ordenar reparación integral y digna para las víctimas. El Estado debe implementar políticas eficientes de acceso a la justicia, evitando la revictimización y la estigmatización”.
José Enrique Escardó Steck, periodista y presidente de la Red de Sobrevivientes del Perú.
Por su lado, el Sodalicio se llamó “gesto de caridad” la supuesta expulsión de Luis Figari. Además, intentó marcar distancia del ex laico consagrado: “Es el fundador histórico, pero no es un referente espiritual para nuestra comunidad ni para la familia sodálite”.
En 2016, Luis Fernando Figari Rodrigo, acusado de abusar sexual y psicológicamente incluso de hasta menores de edad mientras ejercía como “superior general” en el Sodalicio declaró que no le consta si hay víctimas. También agregó que si las hubiese le produce mucho dolor y enfatizó que vive en Roma por “retiro”:
“Si hay víctimas, a mí no me consta. Yo estoy acá en un retiro. Entonces no conozco la realidad de todas las personas, pero si hay víctimas me produce profundo dolor y creo que se les debe ayudar a promoverse de la situación que sea”.
Luis Fernando Figari Rodrigo fundador del Sodalicio y acusado de pederastia.
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