Luego de una larga persecución judicial, basada en noticias falsas y el apoyo de un ecosistema mediático de apoyo al Sodalicio, a la periodista Paola Ugaz le han dictado una medida judicial de levantamiento del secreto de sus comunicaciones.
La resolución judicial, emitida hace casi un año, recién fue de conocimiento de la periodista, cuando ella realizaba una diligencia. Una vez enterada solicitó examinar el expediente, lo que le fue negado por los órganos judiciales donde se juzga un supuesto caso de enriquecimiento ilícito.
La decisión judicial implica una abierta violación al derecho de reserva de fuentes de un periodista y podría favorecer a sus persecutores, respecto al conocimiento de las investigaciones en curso, algunas relacionadas precisamente al Sodalicio, entidad a la que la periodista ha denunciado, revelando una serie de prácticas ilícitas que acabaron en la expulsión de su jefe máximo, Fernando Figari y la intervención del mismísimo papa Francisco y el Vaticano.
Ocurrió el 5 de setiembre, cuando el fiscal Néstor Rivera Navarro envía la apelación al pedido del control del plazo que otorgó el Poder Judicial a Carlos Rivera, abogado de Ugaz en este caso.
Solo al leer el texto se percatan de que el fiscal pide se cumpla con la orden aprobada de levantar el secreto de las comunicaciones, realizado el 24 de agosto del 2023.
El 6 de setiembre, refiere Paola Ugaz, acudió al primer y octavo juzgado penal de corrupción de funcionarios. Allí le informaron que no pueden mostrarle el documento porque está “en reserva” al haberse desempeñado como funcionaria pública.
Luego, el fiscal coordinador de los casos anticorrupción confirmó que le han abierto el secreto de las comunicaciones sin notificarla. Y, como el caso está en reserva, no le pueden dar la información sino hasta el final del análisis.
Persecución sin fin desde el Sodalicio
La acusación por enriquecimiento ilícito, formulada por un allegado al Sodalicio de Vida Cristiana (SVC), se abre -curiosamente- por los mismos hechos con los que ya se le investigó por el supuesto delito de Lavado de Activos. La anterior denuncia acabó archivada definitivamente.
Esta serie de denuncias -otras por Difamación- ocurrieron luego de que Paola Ugaz y Pedro Salinas publicaran la premiada investigación “Monjes o soldados”. La revelación de la verdadera naturaleza del Sodalicio, continúo con una serie de publicaciones que expusieron hechos desconocidos.
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