Raúl Samillán, presidente de la Asociación de Víctimas de Juliaca, denunció el abandono de las autoridades hacia las víctimas de las masacres ocurridas en el sur del país. En una entrevista para la Red de Medios Regionales del Perú, Samillán señaló que las demandas de justicia y reparación están lejos de cumplirse.
“El Estado no ha mostrado voluntad para atendernos. Hemos sufrido mucho daño y nos ignoran”, afirmó. Además, mencionó que las investigaciones enfrentan constantes obstáculos. “Las fuerzas policiales y militares no entregan documentos clave sobre las órdenes y armamento usado en los operativos”, detalló.
Según el dirigente, las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) tampoco han tenido avances significativos. “Se requiere atención en salud, educación, trabajo y vivienda. Nada de esto se ha cumplido hasta ahora”, aseguró.
Samillán criticó la indiferencia de las instituciones peruanas, a las que calificó como “controladas por la dictadura”. Para las víctimas, alcanzar justicia en este contexto resulta prácticamente imposible.
La lucha desde las regiones
Samillán destacó la resistencia de las regiones del sur. “El 13 y 14 de noviembre, las provincias demostraron coraje y paralizaron totalmente. Sin embargo, Lima sigue dormida”, afirmó. Lamentó que en la capital no exista el mismo nivel de movilización.
El dirigente también mencionó que durante las marchas en Lima, algunos ciudadanos muestran apoyo moral, pero no participan activamente. “Nos aplauden y gritan arengas, pero no se suman a la lucha. Eso debe cambiar”, agregó.
Temor a denunciar
Samillán expresó que muchas víctimas no denuncian por miedo a represalias. “El Estado persigue a quienes exigen derechos. Abren carpetas por terrorismo o disturbios, lo que siembra temor en la población”, denunció.
Indicó que solo en Juliaca hay más de 500 heridos no registrados oficialmente. Muchos se atendieron en sus casas o en clínicas privadas por temor a represalias.
El caso de Marco Antonio y el olvido institucional
Samillán recordó a Marco Antonio, un estudiante de Medicina y Biología asesinado durante las protestas. “Salvó vidas arriesgando la suya. Solo recibió un título honorífico, pero nada más. Merece ser reconocido como un héroe”, reclamó.
El dirigente hizo un llamado a la universidad donde estudiaba Marco Antonio para que otorgue becas o algún tipo de apoyo a su familia. “Él dio su vida por la humanidad y merece un homenaje digno”, añadió.
Unidad como estrategia
Samillán insistió en la importancia de la unidad entre las regiones y las organizaciones sociales. “Debemos dejar de lado diferencias políticas e ideológicas. Solo juntos podremos enfrentar a este gobierno”, afirmó.
Finalmente, advirtió que la movilización social continuará creciendo. “El pueblo se está organizando mejor. Si Lima despierta, cualquier gobierno cae. Dina Boluarte no llegará al 2026”, aseguró.
Samillán expresó solidaridad con los heridos de Arequipa y con las familias afectadas por la represión. “No queremos más asesinatos. Luchamos para que este tipo de masacres nunca más se repita en nuestro país”, concluyó.
