Arequipa festejó el primer centenario de la Batalla de Ayacucho

"Una vez terminada la procesión cívica, los socios de la “Sociedad Tacna Arica y Tarapacá”, se trasladaron al Distrito de Cayma con el objeto de rendir homenaje a los restos del General Trinidad Morán, que están en el templo de aquel lugar"

Indudablemente que la Arequipa que se aprestaba a celebrar el Primer Centenario de la Batalla de Ayacucho, era una ciudad con un crecimiento vigoroso, tanto por la acción del gobierno de Leguía, como por su propio dinamismo local y privado. Los empresarios, trabajadores e instituciones arequipeñas se comenzaron a recuperar de la disminución del comercio exterior y la pobreza que les dejó las secuelas de la primera guerra mundial, y contribuyeron sostenidamente al progreso de La Ciudad de los Libres.

Previamente a las celebraciones de este centenario se hicieron varias obras de significación (que, en cada caso, registro con detalle en la sección Cronología), como por ejemplo: En 1923 se inauguraron los Monumentos a Miguel Grau y a Mariano Melgar. El Tranvía Eléctrico se construyó, y en 1924 inauguró y puso en funcionamiento su línea a La Antiquilla.

En 1924 se construyó e inauguró el nuevo Cuartel de Tingo. Se terminó e inauguró el acueducto para conducir el agua e irrigar las pampas de Cayma (hoy Irrigación Zamácola). En junio, se terminó de construir y se permitieron visitas al Orfelinato Chávez de la Rosa, dejando su inauguración para las fiestas del Centenario. Por donación de la Duquesa de Goyeneche se inauguró la Iglesia y colegio de Las Esclavitas, o Las Esclavas como eran conocidas. Estaban en la tercera cuadra de la calle Palacio Viejo. Se inauguró el Monumento al Coronel Luna, en la “Plaza Azángaro” del distrito de Miraflores.

También en 1924 el Tranvía Eléctrico inició la instalación de las líneas para llevar sus servicios hasta el Panteón General y al distrito de Paucarpata. En agosto puso en funcionamiento la primera etapa que llegaba hasta la primera torrentera. Y en setiembre las segunda y tercera secciones, hasta el sitio denominado “Hacienda de los Duques de Tristán” (hoy Urbanización Tristán).

A mediados de octubre llegaron a la ciudad los primeros guardias civiles, egresados de la Escuela de Policía de Lima. Los flamantes policías eran los primeros que llegaban a Arequipa producto de profunda reforma que hizo a la policía peruana el gobierno del Presidente Leguía. Contrató para eso a la Misión de la Benemérita Guardia Civil de España.

Faltando un mes para el Centenario de Ayacucho, los preparativos para su celebración eran intensos. Llamaron mucho la atención el tendido de cables eléctricos por las torres y toda la fachada de la Iglesia Catedral para la iluminación extraordinaria que se preparaba, de acuerdo a los planos trazados por la Sociedad Eléctrica en trabajo mancomunado con el Municipio y, por supuesto, los ensayos de encendido de los cientos de focos que se hicieron en los días anteriores al Centenario.

A propósito de la Municipalidad de Arequipa, causó inmensa expectativa el pedido que hizo el Alcalde de la Ciudad José Miguel Forga, mediante comedidos oficios, para que los bancos, empresas y casas comerciales gratifiquen con un sueldo a sus empleados, “con motivo del centenario de la Batalla de Ayacucho”. El sábado 6 de diciembre gran alegría causó entre los destinatarios y en la población saber que la Casa Comercial José Salomón y Hermanos había decidido obsequiar a los presos de la cárcel pública 50 centavos por persona, que tuvo la fineza de entregarles el martes 9 de diciembre, día de la Batalla de Ayacucho, en la fiesta de agasajo que les dio en la cárcel.

Por la mañana del lunes 8 de diciembre Víspera del Centenario de la Batalla de Ayacucho y Día de La Inmaculada Concepción, se inauguró el Orfelinato Chávez de la Rosa. El grandioso edificio relucía adornado con banderas peruanas y guirnaldas. Las autoridades civiles, eclesiásticas y militares y numerosos invitados fueron testigos del acontecimiento. Se abrió la sesión con el Himno Nacional que fue interpretado por la banda de músicos que conformaban los huérfanos que habían aprendido música y a tocar instrumentos para la ocasión.

A iniciativa del socio de la Beneficencia Pública Dr. José Miguel de la Rosa, el Sr. Prefecto invitó a toda la concurrencia a ponerse de pie “para rendir un homenaje de gratitud y admiración al Ilustre fundador del Orfelinato al Iltsmo. Sr. Obispo Don Pedro José Chávez de la Rosa Galván y Amado”. Después del homenaje el Director de la Sociedad de Beneficencia Pública hizo uso de la palabra y entregó el nuevo edificio a la Ciudad de Arequipa. El Sr. Alcalde, quien recibió la obra en nombre del pueblo de Arequipa, pronunció un discurso de recepción y agradecimiento por la destacada labor realizada por la Sociedad de Beneficencia e invitó a sus directores a que lo acompañen a develar la Placa colocada por el Concejo Provincial, en nombre de Arequipa, como homenaje a la Sociedad de Beneficencia por la construcción del Orfelinato.

“El Centenario de Ayacucho en Arequipa. Entusiasmo popular –la procesión de antorchas – Concierto sinfónico – Misa de campaña y desfile – Los agricultores y su famoso desfile – Castillos – Inauguración del Orfelinato – Paseo de atletas y deportistas – Las verbenas. El importante desfile cívico. – Finalizado el acto religioso se inició el desfile cívico organizado por el concejo en homenaje a los Libertadores. Iban a la cabeza las siguientes Instituciones: Círculo de Obreros Católicos; Centro Social Obrero; Tranelec Foot Ball; Sociedad Unión de Empleados; Sociedad Unión de Sastres, Federación de Zapateros; y Sociedad Unión Chauffeurs.

Durante la procesión cívica que abarcaba más de tres cuadras, grupos de distinguidas señoritas arrojaban ramilletes de flores a los manifestantes. Llevaban banderas, gallardetes e iban quemando cohetillos en todo el tránsito.

Romería a la tumba de Morán

Una vez terminada la procesión cívica, los socios de la “Sociedad Tacna Arica y Tarapacá”, se trasladaron al Distrito de Cayma con el objeto de rendir homenaje a los restos del General Trinidad Morán, que están en el templo de aquel lugar.

En la conmemoración del Centenario de la Batalla de Ayacucho el año de 1924 y a pedido de Francisco Mostajo, el Colegio de Abogados de Arequipa, el Colegio Arequipa de Juan C. Rossel, otras instituciones y personalidades y campañas de los diarios “El Deber” y “El Pueblo”, el Senador por Arequipa. Eliodoro M. del Prado consiguió que el Senado de la República acordara la erección de un monumento al Prócer. El acuerdo fue tomado en cuenta por el Presidente Leguía quien lo aprobó.

Magnífico por todos los conceptos, resultó el desfile de los agricultores. El número se ha realizado por primera vez entre nosotros y ha alcanzado contornos sobresalientes. Abría el desfile el carro de Arequipa representando un molino de agua, todo él confeccionado de flores naturales. Sucesivamente, aparecían los carros de todos los Distritos irreprochablemente adornados. También se presentaron animales que revelan el adelanto de nuestra industria ganadera (un toro de raza “Duraham”, “Mellizero”, un “Campeón de pelea”).

El aludido desfile ha constituido después de la procesión cívica, uno de los números de más aliento, presentados hasta la fecha. Festival. Terminaron los festejos con castillos y fuegos artificiales que se quemaron en la Plaza de Armas. (El Pueblo 9 de Diciembre de 1924).

En la noche de ese festivo martes 9 de diciembre, 8:30 p.m., se inauguró la Exposición Artística Histórica y Bibliográfica, organizada por el Concejo Provincial. En ella se exhibieron un gran número de preciados objetos antiguos prestados por las familias más distinguidas de la ciudad. Entre ellos libros, medallas, fotografías, vestidos, muebles, cuadros con pinturas, etc. El Concejo Provincial de Arequipa, en homenaje al Centenario de la Batalla de Ayacucho, publicó el libro: “Documentos primitivos del Cabildo”. Fue preparado y prologado por M. Ladislao Cabrera Valdez. (Guillermo Galdos Rodríguez: “Aportes de la compilación histórica documental de los Archivos de Arequipa” El Pueblo 9 Marzo 1980).

Así fue la celebración en Arequipa del Primer Centenario de la Batalla de Ayacucho. Cuando no solo el gobierno nacional se esforzó porque alcanzara brillo. La Municipalidad de Arequipa, la Beneficencia Pública, los empresarios, artesanos, benefactores, agricultores y toda la población ofrendaron su reconocimiento a los Libertadores y a la Patria por nuestra Independencia.

Juan Guillermo Carpio Muñoz

Texao. Arequipa y Mostajo. La Historia de un Pueblo y un Hombre

Tomo VI. Págs. 30 – 34

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