Carlos Rubina: el maestro y pintor arequipeño que se sentía puneño

Llegó a ser tres veces alcalde de Puno, la región en la que, decía, nació espiritualmente. Se le considera un artista completo y destacan su legado pol¿itico, artístico y humanista

Dicen que los arequipeños nacen donde quieren. Esto, en alusión a quienes no siendo originarios de Arequipa, se sienten como uno y llevan consigo toda la cultura y el sentir de quienes sí vieron la luz primemra en esta tierra volcánica, pero viven en otras latitudes. Pero también se da el caso que, habiendo nacido en Arequipa, algunos de sus hijos sienten amor y pertenencia a otras regiones hermosas de nuestro país.

Este es el caso de Carlos Conrado Rubina Burgos, quien nació físicamente en Arequipa, pero “espiritualmente en Puno”, como él solía decir. Ya que en este departamento lacustre no solo vivió desde muy niño, sino que cuando adulto, por el amor que le inspiraba, se puso a su servicio y al de sus conciudadanos.

Ya sea como maestro o como autoridad, lo hizo con rectitud y justicia, como lo reconocen quienes lo conocieron y observaron en su desenvolvimiento personal y profesional.

Además, gracias a sus dotes artísticas dejó sellado el amor por su ‘madre adoptada’, al retratar en sus dibujos y pinturas, los paisajes y usanzas de esta ciudad sureña que le era tan entrañable.

Una vez, al ser entrevistado por un diario, le preguntaron ¿qué sentía por Puno? Y Carlos Rubina respondió con convicción que era su razón de vivir. Fue este sentimiento el que lo hizo aceptar, el que consideró como el más grande Honor: ser su alcalde. Y lo fue por tres veces. Una de forma consecutiva y otra por aclamación popular.

Se le recuerda como maestro infatigable. Formó a más de tres generaciones en el emblemático Colegio Nacional San Carlos, donde él mismo estudió. Con su ímpetu de indomable puneño y carolino, los alumnos que lo conocieron recibieron sus enseñanzas y sus consejos de padre y maestro.

Don Carlos Rubina, como se le conocía, realizó sus estudios primarios en la Escuela 881 del gran maestro José Antonio Encinas. La secundaria la hizo en el Colegio Nacional San Carlos.

Allí inició como docente cuando todavía cursaba el tercer año de secundaria en 1923. Esto, debido a sus virtudes, talento y capacidad artística, bases por las que fue nombrado profesor de dibujo, trabajo manual, canto y música.

Luego, en 1933, con una resolución ministerial de Educación, es nombrado como Profesor de Artes del Colegio San Carlos. Inicia formalmente su docencia con gran disciplina, carácter, puntualidad y “carolinismo”, que siempre matizó con sus grandes anécdotas.

Tres veces alcalde de Puno

Carlos Rubina fue tres veces alcalde de la ciudad de Puno. La última vez, fue elegido por voluntad popular, en un cabildo abierto organizado por el Colegio de Abogados.

Según cuentan, al terminar la reunión se generó una gran marcha que llegó hasta su casa. De allí, los pobladores llevaron a Carlos Rubina en hombros hasta el local del Concejo, donde el pueblo le otorgó la dirección de la ciudad. Y también le entregó su cariño a la población que lo acompañó siempre hasta el día de su despedida.

Como alcalde, ejerció tres periodos entregando a Puno sus enseñanzas, ejemplo y honestidad. También dejó dinero en las arcas del municipio para que sus sucesores puedan continuar las obras no concluidas. Solía decir: “aquí no se ha hecho mucho, se ha hecho lo que se debe hacer”.

Se le reconoce el haber buscado la colaboración del cuerpo edilicio, con el que ejecutó diversas obras para la ciudad. Entre las que destacan la continuidad de la conducción del agua de Totorani a Puno. Además, la pavimentación de las calles, una subvención para la construcción de la carretera Moquegua – Puno, la creación de la Escuela de Bellas Artes y la ampliación del Mercado de Puno.

También oficializó el Himno a Puno el 13 de octubre de 1955, del compositor Rosendo Huirse con letras de Manuel A. Quiroga. Estableció con carácter oficial los colores simbólicos de la ciudad: el celeste y blanco. Propulsó la reapertura de la Universidad del Altiplano. Y también, los nuevos motores para el fluido eléctrico para dotar de energía las 24 horas del día y así lograr la Industria en Puno.

Otras obras que se le reconocen son la construcción y pavimentación de veredas en las calles Arequipa, Puno, Grau y Av. la Torre, la instalación de adoquines de la Calle Lima. Y la construcción de los parques Daniel A. Carrión y Parque San Román y del comedor Popular frente al Camal Municipal.

La instalación y creación de sucursales de los Bancos Hipotecario, Industrial y de Fomento Agropecuario, también fue obra de su gestión. Y la realización de los estudios para la construcción del nuevo mercado de abastos en Puno, lo que hoy es el Mercado de Laykakota.

El maestro Rubina, como le decían, es considerado uno de los más destacados artistas completos de Puno y el Perú. Fue músico, pintor, escultor, arquitecto y también deportista de Puno.

Como dibujante y pintor, es reconocido como el mejor retratista usando el carboncillo. Destacaron los retratos de los presidentes, obras que se exhibían en las diferentes salas de los clubes de Puno, así como innumerables óleos en colecciones particulares y en los vapores Ollanta e Inca del Lago.

También hay obras suyas en varios museos, colegios y diversas salas del país y del mundo. Entre los más difundidos y copiados se tiene “Tempestad En El Lago”, el mismo que se exhibe en el museo central de New York.

De Rubina, dijo el artista y maestro Francisco Montoya Riquelme: “Carlos Rubina Burgos nos ha dejado en sus obras una perfecta lección de maestría plástica. La perfección del dibujo y del colorido de sus obras nos hablan de sus vastos conocimientos pictóricos y de los secretos de la pintura, que pocos llegarán a dominar como él lo hizo”.

También destacó en la cerámica artística y en los altos y bajos relieves. Como arquitecto fue constructor de su casa, la primera a las orillas del Titicaca, en la Avenida El Sol y Av. El Puerto. La construyó bajo la premisa, de que un pobre también puede hacer casas bonitas y cálidas en nuestro altiplano.

Carlos Rubina falleció un 2 de enero de 1959. Descansa junto a sus padres en el cementerio de Laykakota. En el homenaje que le hiciera el Rotary Club de Puno, dijeron recordarlo “porque los dignos hijos que nacieron en Puno saben llevar en lo más profundo de su corazón la reverencia y gratitud para los hombres que de su vida hacen docencia y decencia”. Y eso que nació en Arequipa.

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Martha Valencia
Martha Valencia
Periodista. Estudió en la Universidad Católica de Santa María de Arequipa. Trabaja en El Búho desde el 2020 y antes en medios escritos y radio.

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