Parece que en el país del “cumple, pero no paga”, la lucha contra el terrorismo también tiene su cuota de “perro muerto”. Tres informantes clave, apodados “Ángel”, “Diablo” y “Orejas”, pusieron en riesgo sus vidas para entregar datos que permitieron la captura de cuatro descendientes de la cúpula del Militarizado Partido Comunista del Perú (MPCP), encabezado por Víctor Quispe Palomino.
Sin embargo, ahora denuncian que la recompensa prometida brilla por su ausencia, dejándolos expuestos a represalias y sin medios para huir a zonas seguras. Con su información, las autoridades detuvieron a José Quispe Zúñiga, hijo del cabecilla terrorista, y a Marcos Quispe Vargas, hijo del fallecido “Gabriel”, entre otros.
Mientras los operativos avanzan con éxito, el pago a quienes hicieron posible estas capturas parece haberse extraviado en algún oscuro escritorio burocrático. Mientras tanto, los informantes siguen esperando que el gobierno pague su ‘arruga’.