El Gobierno de Dina Boluarte parece inspirado en la Alemania nazi cuando ya estaba perdiendo la Segunda Guerra Mundial: cree que con puro bombardeo de propaganda estatal podrá cambiar la percepción de la gente. Así de retrógradas son las ideas de este gobierno, que sorprendió el fin de semana con un proyecto de ley que busca imponer una «franja informativa» en los medios para obligarlos a difundir los «logros» de su lucha contra la criminalidad, con la esperanza de maquillar su nivel de rechazo.
Ante la ola de críticas, el premier Gustavo Adrianzén salió a aclarar que todo es un «malentendido» y que no se busca imponer una agenda, sino simplemente «invitar a la prensa» a visibilizar las acciones del gobierno. Pero mientras él intentaba convencer con su versión, su propio viceministro revelaba en entrevista que el proyecto ya contempla horarios fijos en los que los medios deberán transmitir las «cifras oficiales», con hasta 40 minutos diarios de contenido obligatorio.
Aseguró que solo se mostrarán datos oficiales, pero convenientemente no mencionó cifras del SINADEF sobre homicidios o el colapso de las morgues. Además, sostuvo que esta franja informativa no es una imposición, sino un llamado a los medios a «ponerse la camiseta» y colaborar con la causa, un discurso reciclado de los empresarios abusivos que explotan a sus «colaboradores».