Gustavo Adrianzén, el premier en la cuerda floja por las cuatro mociones de censura tras la matanza en Pataz, decidió amenazar al Congreso con la carta bajo la manga: la disolución del Parlamento. Con la elegancia de un elefante en una cristalería, recordó que, si censuran su gabinete y al siguiente, la Constitución le daría a Dina Boluarte el pase libre para disolver el Legislativo. Eso sí, con prisa: tiene hasta julio del 2025 antes de que el reloj constitucional se le eche encima.
¿En serio quieren jugar a la ruleta rusa con la gobernabilidad?, pareciera decir Adrianzén. “Si yo supiera que dar un paso al costado renunciar significaría una mejora en este proceso, no dudes que lo haría», indicó.
¿Alguien tiene un manual de supervivencia política?
Políticos se cuelgan de la noticia de la elección del nuevo papa León XIV: desde la presidenta Dina Boluarte hasta el Congreso
Diosito, en un gesto de compasión con el Perú, nos regaló por primera vez a un papa que decidió nacionalizarse peruano. Y como ejemplo, en su primer discurso no saludó al país donde nació, sino directamente a su querido Chiclayo. Pero claro, la alegría no podía durarnos mucho, porque apenas se supo la noticia, algunos políticos—como garrapatas—se colgaron del evento. Dina Boluarte fue la primera en apurarse con un mensaje de “amor y esperanza”, olvidando convenientemente las masacres de su gobierno y cómo ignoró la tragedia de Pataz.
Tampoco dijo ni pío cuando Prevost, en su momento, no pudo abandonar el país por la represión en las protestas y los muertos que sumaba su Gobierno. En aquel entonces, León XIV le pidió que respete la democracia y detenga la violencia.
Mientras tanto, desde el Congreso celebró la noticia con aplausos y poses de santidad. No faltaron los congresistas de Chiclayo inflando el pecho, como si fueran parte del milagro. No les caería mal recordar aquellas palabras del nuevo papa en las que criticaba a los políticos que solo buscan el poder para servirse a sí mismos.
Dina Boluarte asegura que su gobierno devolvió la esperanza al país y que no se victimiza al repetir su origen andino
Parece que más que unos retoquitos, a Dina Boluarte le practicaron una lobotomía. Con la percepción de la realidad totalmente alterada, la operada presidencial volvió a llenar de elogios a su gobierno. La tía aprovechó una entrega de 700 fusiles a la PNP para asegurar que su gobierno fue el que devolvió la esperanza al país. Es más, se atribuyó el mérito por la construcción de puentes y colegios, la recuperación de la economía y otras numerosas obras que hablan por cuenta propia. Pero no fue su único disparate. La mandataria dijo que ella no se victimiza al poner énfasis en su origen como mujer andina, sino que lo hace porque sabe lo que sufren los pueblos.
Como palteas, Dina. Encima de frívola, mentirosa.