Informe | |||||||||||||
D�cadas de operaci�n en Moquegua y Tacna generan desconfianza El plomizo legado de Southern La empresa Southern tiene m�s de 50 a�os operando en nuestro pa�s. Pero ha dejado una estela de da�os ambientales que empiezan en las alturas de Tacna y Moquegua y terminan en sus costas, donde todav�a se puede observar la continua muerte de especies marinas por la acci�n de relaves mineros. Adem�s, las filtraciones de agua contaminada son usadas para el riego de cultivos por los pueblos que fueron desplazados por la minera.
En la bah�a de Ite, media docena de cuerpos de lobos marinos en descomposici�n muestran los dientes como si desde el m�s all�, la muerte les contara una broma cruel. Pero lo que verdaderamente cuentan esos huesos blancos embarrados con relaves mineros no es una broma, sino la historia de una tragedia ambiental que empez� hace cincuenta a�os con la llegada de la minera Southern Per�. Un drama que no s�lo se limita a las costas de esta playa moqueguana sino que empieza a miles de metros sobre el nivel del mar, en los departamentos de Moquegua y Tacna, regiones que est�n recorridas por muestras de un impacto ambiental y social que la minera se empe�a en ignorar. Depredador de agua En 1956, la empresa Southern se asent� en Tacna para producir concentrado de cobre. Us� un sistema que extrae el mineral por flotaci�n, utilizando grandes cantidades de agua. Southern, en poco tiempo, recibi� licencias para extraer el recurso h�drico de las cabeceras de cuencas de esa regi�n, para su mina en Toquepala (Tacna) y luego en Cuajone (Moquegua). Sus licencias le permit�an extraer, tanto aguas superficiales, como subterr�neas. Pero con el paso del tiempo, la utilizaci�n de agua de pozos impact� en las cuencas y en los bofedales. Un ejemplo de este efecto son los bofedales moqueguanos de Titijones, que pr�cticamente han desaparecido y ahora son extensas zonas resecas. Empezaron a desaparecer debido a la sobre explotaci�n de la laguna de Suches, un espejo de agua lim�trofe entre Moquegua y Tacna. Peor a�n, esta laguna hace mucho tiempo que se habr�a secado sino fuera porque la minera excav� los pozos TP11, TP12 y TP15, con los que mantienen artificialmente el volumen de agua de esta laguna. A�n as�, la merma en su nivel de agua es evidente, pero la minera sigue utilizando este recurso para los procesos en ambas minas de cobre. La minera necesita mil 700 litros por segundo de agua limpia para sus operaciones. Un tajo social La laguna de Suches, que la minera Southern sobre explota, es uno de los afluentes del r�o Huaytire, en cuyas riberas se asienta una poblaci�n con el mismo nombre. Antes de la llegada de la transnacional, los pobladores de Huaytire, Gentilar y Vizcachas se dedicaban a la ganader�a y alimentaban sus animales con los pastos naturales que crec�an en esa zona. Cuando empezaron a disminuir los bofedales y las nacientes de agua, sus pastos desaparecieron y empez� la migraci�n a la ciudad. De la alto andina provincia de Candarave muchos se trasladaron a la zona costera de Jorge Basadre. Pero luego, en esa provincia, Southern ubic� su cancha de relaves, en un lugar denominado Quebrada Honda. Un espacio donde coloca los desechos que ya no le sirven en el proceso de flotaci�n. La materia que llega a la cancha de relaves es un barro plomo. La minera no ha canalizado la totalidad de los vertederos que llevan el material, por lo que los relaves llegan a la cancha en un riachuelo sobre la tierra desprotegida. Aunque se supone que no deber�a tener filtraciones, la cancha de relaves filtra grandes cantidades de agua contaminada de los relaves. Se estima que las filtraciones llegan a 800 litros por segundo. Esta agua contaminada ha dado lugar a una irrigaci�n llamada Pampa Sitana creada por los migrantes de los poblados de Candarave y otras zonas alto andinas, donde la minera sobreexplot� el agua. Sacando cuentas, los pobladores de pampa Sitana riegan con la que alguna vez fue su agua, pero ahora llena de minerales pesados. Lo peligroso es que muchos cultivan or�gano y otras hortalizas de tallo corto, aunque tambi�n han empezado a sembrar tara. La minera se ha limitado a tratar de desalojarlos, sin resarcir los da�os que origin� al obligarlos a salir de su lugar de origen.
Pampa Sitana ya tiene 8 a�os de existencia informal, incluso cuenta con un colegio primario. Canalizaron las filtraciones y los ni�os juegan desnudos en el agua contaminada mientras sus madres lavan la ropa con el agua de relave. Pero su situaci�n podr�a ser peor. Sus habitantes ahora se enfrentan a la posibilidad que su irrigaci�n desaparezca si la minera ampl�a sus operaciones y recupera las filtraciones que dej� discurrir irresponsablemente. En Pampa Sitana son conscientes que no pueden seguir regando con agua contaminada, pero ya no tienen a donde ir. La minera no dialoga ni les da posibilidad que se trate las filtraciones, o que les provean de otra fuente de agua. Cementerio de cobre Casi dos d�cada atr�s, antes que la minera hiciera su cancha de relaves, sus desechos eran arrojados directamente al mar, en la bah�a de Ite utilizando 21 kil�metros del cause del r�o Locumba. Este da�o ecol�gico se perpetr� durante 38 a�os, hasta principios de la d�cada del 90. Aproximadamente, se depositaron 119 mil toneladas por d�a contaminando 300 kil�metros del litoral con restos de cobre, ars�nico, plomo, mercurio y otros metales que le dan una tonalidad verdosa y amarillenta a la arena de ese lugar. El pasado mi�rcoles, este semanario recorri� la zona infestada de cad�veres de aves y lobos marinos. Algunos parecen tener muchos a�os all�; y otros, llevan apenas algunos d�as. Pero algo igual de grave es que la minera, en un intento por ocultar este desastre ecol�gico, coloc� una capa de tierra en varias hect�reas y en donde luego hizo crecer pasto. No obstante, en la zona existe una enorme poblaci�n de ganado caprino y ovino. Estos comen los pastos contaminados y transitan por las lagunas sulfurosas llenas de restos de mineral. Lo peor es que su carne es comercializada.
Mina del hortelano En el Puerto de Ilo se encuentra la refiner�a de Southern, apostada a unos metros del mar. Durante cuarenta a�os, las escorias que quedan de la fundici�n tambi�n fueron arrojadas al mar. Hasta hoy, las costas cercanas est�n llenas de estos desechos. La minera asegura que son inocuos, sin embargo, los pescadores de la zona aseguran que murieron las algas. Dentro de la poblaci�n ile�a, muchas personas buscan cobre en la basura de la minera arrojada en la playa, para venderla. Southern coloca vigilantes para evitar que hurguen en su escoria. Por otro lado, aunque la mina ha modernizado su sistema de emisi�n de gases con una chimenea que, aseguran, retiene el 95 por ciento de los gases, los agricultores de Ilo, donde se siembra principalmente olivo, sostienen que por las noches la fundidora arroja humos en grandes cantidades. Hasta hace un par de a�os, estos agricultores recibieron una indemnizaci�n por los humos que mataban sus plantas. Luego de la modernizaci�n de la chimenea, la minera dej� de pagar. Pero los agricultores sostienen que sus �rboles quedaron gravemente afectados y piden una compensaci�n con el financiamiento integral de un proyecto de desarrollo agr�cola para la zona. Los pasivos ambientales son una realidad a�n visible y un tema que Southern deber�a sanear completamente antes de empezar nuevos proyectos como T�a Mar�a, en el valle del Tambo, pues la desconfianza de los habitantes de Cocachacra es comprensible. (Jos� Luis M�rquez) Nota del editor: La informaci�n se apoya en informes ambientales realizados por el Programa de Vigilancia Social de las Empresas Transnacionales y en los estudios de la ONG Labor "Contaminaci�n por metales pesados T�xicos producidos por las operaciones Minero - Metal�rgicas de la SPCC". Adem�s del recorrido del redactor y los testimonios recogidos en la zona los d�as martes 4 al jueves 6 de mayo.
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