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El color del Sicuri

En Juli, la capital de la provincia de Chucuito, se reunieron por primera vez cientos de sikuris. Aymaras y quechuas arribaron con el esplendor de su música costumbrista y la diversidad de sus trajes. Quedó demostrado que la vigencia de los sikuris es firme y se va fortaleciendo con el tiempo. 

Garatía, Cuyo Cuyo y Taquile fueron los grupos que participaron del evento. Sus sedes se encuentran a una distancia muy significativa de Juli. Estos músicos realizaron un largo viaje para participar de este Congreso Internacional del Siku y del Sikuri.

De Bolivia también llegaron artistas: el Centro Interdiciplinario "Wiñanpacha" Tiwanaco y Sikuris Pueblo Nuevo de La Paz y los del Jatun Ayllu P`otojsimanta de la ciudad de Potosí. Además de los integrantes de la Asociación "Qheshwa Marka" de la ciudad de Pisac – Cusco, como los de Wayra Marka de Juliaca.

Tradición y música

La pequeña Roma de América, como se le conoce a esta localidad ubicada a más de dos horas de la ciudad de Puno, se engalanó con un pasacalle cultural, que por vez primera reunía los distintos estilos de música ancestral. Los sikuris demostraron que aún se mantienen vigentes a pesar de los siglos y la humillación que sufrieron por quienes invadieron sus dominios.

En los tres días que duró este evento, volvieron las manifestaciones culturales tradicionales. Llamó la atención el almuerzo que hicieron frente al atrio del templo en la Plaza Ludovico, donde todos los participantes consumieron una "Huatiada" acompañada de la tradicional occopa.

Esta reunión internacional sirvió para que la gente conozca a los diversos grupos de sikuris en sus distintas manifestaciones y estilos, al igual que sus grandiosos trajes que vestían. Además, el objetivo, desde la perspectiva del uso del siku, es lograr el equilibrio "Suma Q´amaña" (vivir en armonía), como reza la filosofía andina.

El último día de esta excepcional reunión se realizó un pago a la Pachamama a orillas del lago sagrado de los incas, el Titicaca. El rito lo efectuó un yatiri aymara acompañado de un líder taquileño, quienes luego de agradecer a la madre tierra hicieron un pedido para su protección en el futuro.

La música nunca se hizo extrañar, pues los diversos grupos, siku en mano, entonaron sus melodías según su propio estilo y armonía. Nació entonces una hermandad andina que se ha comprometido a fortalecer sus expresiones. (Rivana Flores)

Todas las sangres. Sikuris de Bolivia y Perú reunidos para el Congreso.

 

Comiendo rico. Papa y chuño fueron estrellas a la hora de la cena.

 

A orillas del lago. Majestuoso Titicaca fue testigo del evento.

Por las calles. La fiesta se trasladaba por todos los rincones de Juli.

 

Magia. Ceremonia tradicional juntó a los grupos.

 

Generaciones. Ritmos tradicionales también son apreciados por los más pequeños.

 

Ancestral. Siku retumba desde la profundidad de su sonido.