Especial

Arequipeña Madeleine Molina, la mujer de acero

El mejor cuerpo del Perú

El gimnasio es su lugar favorito. Casi las tres cuartas partes del día las pasa allí, entre máquinas de cardio y pesas de más de veinte kilos. Sus brazos y piernas, forjados a punta de ejercicios, son la mejor prueba de que no existe peso que no se pueda levantar. Sumados a su atlético carisma, sus abdominales son la mejor carta de presentación.

Ganadora. Sus trofeos hablan por ella. Sus músculos también.

Se declara amante de los tatuajes, pero su deporte no le permite más que los cuatro que ya tiene. Podrían restarle puntos de calificación en un certamen de fisicoculturismo y body fitness. Su favorito es el caballo alado en su hombro izquierdo; ella dice que simboliza la estricta disciplina en todo lo que hace y, posiblemente su condición física también resulte aludida. Ligerita como una pluma, contundente como un músculo tonificado, Madeleine Molina no compite en carreras de velocidad, ni mucho menos se cansa en una cancha con un balón. Su deporte consiste en estar siempre en forma. Regia y firme, con los músculos bien puestos. Se ejercita para guardar proporción entre su espalda, vientre y piernas. Ella es una chica de gimnasio.

Hasta aquí, Madeleine podría ser una mujer común, con estudios de Economía y experiencia laboral destacada, que pasa sus ratos libres con sus dos hijos, (una adolescente y un niño de ocho años), alistarlos para el colegio y prepararles el almuerzo. Pero Madeleine se convierte en súpermamá no sólo por regentar el hogar. Ella cumple doble papel en casa y no existe razón más evidente para hacerlos. La fuerza le brota naturalmente. Es campeona entre cuerpos a nivel nacional.

En vivo y directo

Cuando Madeleine llega a nuestro encuentro es inevitable no sentirse intimidado por su figura, casi colosal. Y aunque en estatura mida aproximadamente metro con setenta centímetros, es suficiente con ver sus sólidos abdominales para darse cuenta de que la cosa es seria, y que el ejercicio es una rutina añeja.

Ella es toda una "Sporty girl" o mejor aún, una " Sporty barbie girl", como ella misma aclara. "No practico el Fisicoculturismo, mi disciplina me exige desarrollar músculos, pero no dejar de ser femenina". Y es cierto. Las lycras rosadas que usa hoy, no son solo divertidas, sino que resultan toda una delicadeza; la joya incrustada en su ombligo brilla como sus ojos bien delineados y sus labios no podrían lucir mejor color.

Cuesta caro. Pero rinde frutos. Rutina de Madeleine empieza a las 5 am.

Por supuesto que los músculos de Madeleine se aprecian mejor si es que están aceitados, y son los jueces quienes tienen la tarea de revisión, mientras realiza las poses de rigor.

Las más altas calificaciones le permitieron erigirse como la dueña del Título Nacional Body Fitness 2010, certamen que se realizó en Tacna y en donde participaron atletas de la misma talla. Madeleine dice que este deporte no es exclusivo, sino poco difundido. Como casi en todas las disciplinas, salvo el fútbol, el Instituto Peruano del Deporte permanece ausente.

Querida Rutina

Para ella, los días comienzan por la madrugada. Las cinco horas son momento para comenzar con una rutina de cardio y pesas. Un desayuno ligero y una serie de suplementos nutricionales contribuyen a su magnífica figura. Luego viene el turno de sus hijos para desayunar e irse al colegio. Madeleine pasa las horas ejercitándose y ayudando a otras personas a hacerlo. Trabaja como entrenadora personal, labor que la sostiene y que también la reconforta. La jornada por estos tiempos se torna más dura.

El esfuerzo físico no termina allí, sobre todo ahora que se viene el certamen selectivo este 3 de julio y el sudamericano en Chile para setiembre. Molina y sus espléndidos músculos nos representarán en el sur y, una vez más, probará que la fuerza femenina es también de temer.

DATO

Madeleine Molina tiene una dieta diferente y estricta, tres días antes de cada competencia: sólo pollo hervido, regimen que, con malestar, tiene que seguir.