wilfredo ardito vega

Reflexiones peruanas


Bagua, doble espíritu de cuerpo

El año pasado, en la noche del 5 de junio, con muchas personas participé en una protesta contra lo que entonces creíamos que había ocurrido en la selva: una masiva masacre de indígenas que exigían sus derechos. De hecho, se hablaba de decenas o centenares de muertos y desaparecidos.

Actualmente, sabemos que ese día perecieron 34 personas, de los cuales 24 eran policías (incluyendo al desaparecido Mayor Felipe Bazán). Nueve de ellos fallecieron en el episodio más cruel de ese día terrible: la masacre de la Estación 6 de Petroperú, donde fueron asesinados a sangre fría mientras estaban maniatados.

¿Podría plantearse alguna justificación cultural cuando quienes cometen delitos tan atroces son indígenas? Aunque el artículo 149 de la Constitución reconoce a las autoridades de las comunidades nativas la facultad de administrar justicia, coloca como límite el respeto de los derechos humanos, por lo cual es inadmisible que un grupo de indígenas asesine o torture a una persona. Lo mismo establece el Convenio 169 de la OIT sobre derechos de los pueblos indígenas.

Un segundo tema que debe tomarse en cuenta es que buena parte de los civiles muertos no eran awajún, ni estaban en la Curva del Diablo. Eran habitantes de las ciudades de Bagua (Angel Pozo y Abel Ticlla) y Bagua Grande (Porfirio Coronel y Alejandro Salazar), todos ellos víctimas de la violenta represión policial que hubo en ambas localidades. Sus familiares recalcan que la policía les disparó a quemarropa y que ellos no estaban formando parte de las protestas. El accionar policial dejó centenares de heridos de bala, los cuales sólo se salvaron debido a la ayuda que brindó la Iglesia Católica en la zona, en Chiclayo y Lima.

A lo largo de estos doce meses, muchas personas han insistido que "lo ocurrido en Bagua no debe repetirse". Lamentamos informarles que sí se ha repetido: este año tuvimos los cuatro muertos de Piura, entre ellos dos escolares y los cinco muertos de Chala. En estos casos, como en varios otros, la policía pretendió enfrentar protestas y manifestaciones mediante una represión indiscriminada.

Al parecer, la reciente Ley de Consulta Previa, aprobada por el Congreso, permitiría una nueva relación entre el Estado peruano y los pueblos indígenas amazónicos. Y, con el argumento que se debe pensar en el futuro, algunos awajún, policías o políticos preferirían que las muertes fueran olvidadas. Yo creo que para pensar en el futuro es necesario que haya justicia.