Columnista invitado

Reynaldo Roberts B. (*)


El problema del gas

Durante los pasados meses, diferentes medios de información han dado cuenta, con mayor o menor detalle, de un conjunto de ocurrencias y singulares fenómenos, en torno al controvertido tema del gas de Camisea en vista de su próxima exportación, ya que debe dársele mejor uso en el ámbito nacional y a favor de los peruanos.

Los ciudadanos peruanos hemos asistido a un despliegue de perniciosos "fuegos artificiales", como noticias generadas a efecto de confundir a la ciudadanía, con aspectos secundarios como las supuestas cantidades de reservas de gas en los lotes 88, 56, 57 y 58, que por cierto, fueron todas descubiertas y regaladas al Perú por la Shell cuando tal empresa las descubrió en el Lote 42 (ahora lotes 88 y 56) y en el Lote 38 (ahora 57 y 58) en los años 1981 al 1986, en que dicha empresa realizó su campana exploratoria en las áreas contractuales referidas. En ese mismo marco de desinformación y confusión mediática a la ciudadanía, hemos visto insertarse ahora en estos recientes pasados días, empresas que han identificado la oportunidad de materializar un nuevo mega-negocio, con las ya antes descubiertas reservas de propiedad del Estado Peruano, por tanto de todos los peruanos.

Nuestra posición de reflexión se centra y convoca a abstraernos de los temas que distraen y centrarnos y poner atención en lo sustantivo y estratégico.

Lo sustantivo, no es "¿Cuándo nos llegará el gas al sur?" o "¿habrá suficiente gas para exportación?", sino que: NO DEBE EXPORTARSE NI UNA SOLA MOLÉCULA DEL GAS DE CAMISEA, en principio, por ser de propiedad de todos los peruanos, puesto que fue descubierto por la Shell y este fue entregado al Estado Peruano. La disponibilidad de Gas es el mejor instrumento que la naturaleza ha dado el país para lograr la anhelada DESCENTRALIZACIÓN, puesto que "por donde gas pasa, desarrollo queda" o sea el medio más seguro, inmediato e inequívoco que permite la transición hacia el desarrollo. Negarlo a los peruanos -para beneficiar a otros-, es traición. EI gas no puede ser un buen negocio, para un grupo de hábiles negociantes en tiempo pasado y/o presente.

Invocamos la inmediata actuación de los diferentes órganos del Estado y la Sociedad Civil del Perú. En principio, al Ministerio Publico, a efecto de tipificar los presuntos delitos cometidos en: 1) La adjudicación arbitraria del Lote 56; 2) el uso de las reservas del Estado Peruano del lote 56, con fines de exportación por un actor privado; 3) EI ilegal uso del Gasoducto Camisea Lima -el mismo que hemos subvencionado todos los peruanos-, para el transporte de gas, con fines de exportación; 4) EI sospechoso rol cumplido por los Ministros de Energía y Minas y de Economía y Finanzas del régimen pasado en el cambio del horizonte de garantía de abastecimiento para el mercado interno, con el gas de los lotes que poseen las reservas de hidrocarburos que la Shell le regaló al Perú, cualquiera que sea su magnitud; 5) los diferentes actores que modificaron vía generación "Contratos Ley" y/o artificiosos dispositivos legales, para posibilitar el gran negocio de una empresa privada con bienes del Estado.

La inminente exportación del gas, que tiene como origen el usufructo del gas -como bien del Estado Peruano- para beneficio de intereses privados, -vinculados a intereses políticos- y teniendo como agravante la postergación del derecho al desarrollo de los peruanos, está enmarcada en un contrato plagado de vicios de nulidad. Aun en el hipotético negado caso que por incapacidad de nuestras entidades se exonerara de culpa en la suscripción del absurdo contrato de exportación, este contrato se inició bajo condiciones que hoy devienen en irreales e irrealizables; (la realidad de hoy es muy diferente a la de la época en que se firmó) en consecuencia, demandamos denunciar el hecho ante los fueros pertinentes. Y si para deshacer este entuerto hubiera que pagar a los inversionistas lo invertido en la planta de licuefacción, US $ 3,000 millones aproximadamente) quedaría plenamente justificado este pago ante la pérdida que la exportación produciría bajo las condiciones pactadas. La proporción costo/beneficio para los peruanos del mañana, justifica largamente el eventual resarcimiento a que hubiere lugar.

La exportación que se anuncia para este mes es, a ojos vista, una operación sospechosa de ser un acto gigantesco de corrupción dado el ínfimo precio de venta al exterior y el ridículo aporte a favor del Estado peruano en tal operación

En ningún caso conviene la exportación a otros países, pues se pone en riesgo el futuro energético del Perú, en momentos en que la contaminación es un problema mundial y el gas es uno de los combustibles menos contaminantes. Se mutila de raíz, las posibilidades de desarrollo real del Perú y del Sur del Perú en particular.

 

(*) Presidente de Foro Sur 21