El Periodista Escolar |
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Celebración por el Día del Padre
Ya sabemos que el pasado tercer domingo de junio fue el Día del Padre, por lo que el nivel secundario de mi colegio ¨Libertadores de América ¨ no fue ajeno a esta celebración. Se presentaron muchos números artísticos. Esta vez estuvieron a cargo las secciones ¨D ¨, de primero a cuarto grado. Fue un numeroso grupo, a pesar de que la sección "D" de quinto año de secundaria no participó. Hubo fonomímicas, danzas, bailes modernos, actuaciones teatrales y sketchs; además de sorteos, a cargo del municipio escolar y de la APAFA (Asociación de Padres de Familia), entre otras sorpresas más. Todo con el fin de agasajar a los padres de la institución educativa. Y como siempre, la promoción no podía faltar. Teníamos que estar ahí a como dé lugar y participamos con dos números muy buenos. Primero, con una danza de lujo: la saya; luego, una toba, danza proveniente del Ecuador. Los alumnos del quinto "C" bailaron la saya; y la toba, los chicos de las tres secciones restantes del quinto año de secundaria. Todos querían que los padres pasen un lindo día. Fue así como se celebró el Día del Padre, porque nunca es tarde. Y aprovechamos la oportunidad para mandar un caluroso saludo a todos los papis arequipeños. Mery Pinto Guevara del Quinto Año "C" de secundaria – Institución educativa "Libertadores De América" El amor hecho mujer Desde los primeros años de primaria observaba cómo las alumnas de la promoción se consagraban a la Virgen María, en una de las ceremonias más emotivas del año. Todo rodeado de flores, para el momento cumbre de coronación a la Virgen.
En mi mente de niña, era muy lejano el día en que yo también dejaría mi flor y mi corazón a los pies de nuestra Madre. Pero se acortaron las distancias y ese sueño se cumplió el pasado 31 de mayo, y lo considero el día más importante de mi vida. Mi promoción lleva el nombre: "Queen of Angels - 2010", y se consagró a esa mujer espectacular o, mejor dicho, al amor hecho mujer. Culminando con gran devoción el mes que dedicamos a nuestra Virgen del cielo, 43 almas entregaron sus vidas y corazones al servicio completo de Dios y de los demás. El pasado 31 de mayo quedará guardado siempre en nuestros corazones porque fue un momento muy importante para la promoción. Todas unidas con un solo objetivo. Estamos prontas a separarnos y tomar nuevos rumbos; pero una consagración como la nuestra, como personas que hemos pasado la mayor parte de nuestra vida juntas, nunca se va a repetir; y lo más importante es que empezamos una vida nueva, entregando a nuestra madre nuestros defectos y virtudes, nuestra familia, nuestros amigos; sabiendo que siempre vamos a estar bajo su manto protector. En este día especial, dos de nuestras compañeras, que son símbolo de sus virtudes y auténticas dominicas, Shaunny Fernández y Maryoli Zamudio, tuvieron en sus manos el honor de imponer el Rosario y coronar a María, como la Reina de nuestros corazones. Estoy segura que este día va a quedar grabado para siempre en nuestra mente y en nuestros espíritus; no sólo por ser nuestra consagración, sino porque nosotras somos la promoción 2010, "Reina de los Ángeles", y esa mujer reinará siempre en nuestros corazones. Andrea Herrera – Club de Periodismo de la Institución Educativa Sagrados Corazones Sophianum
Hablando de mi papá
Desde muy pequeña respeté y tuve mucho cariño a la imagen que tenía de mi padre y el puesto que ocupaba en mi familia. Era él quien le dio carácter a mi madre, para decidir y escoger lo mejor para nosotros. Era mi padre ese gran hombre que con un pensamiento podía controlarnos a mis hermanos y a mí; aquella persona luchadora y guerrera que nos enseñó que el cielo no está muy lejos y que puedes tocar las nubes con sólo desearlo. Ese hombre, ese gran ser humano que convenció a mi madre de tener una mascota y que me inculcó el valor de lo que una vida significa. Fue él quien me enseñó que Dios existe y quien me dijo cómo orar. Aquél que no me permitía llegar tarde a ningún lado, con el fin de que aprendiera que el "tiempo es oro." Mi padre, que no me dejaba llegar tarde o regresar sola con algún muchacho que él no conocía, puesto que a pesar de la plena confianza que me tenía desconfiaba rotundamente de cualquier hombre que no fuera él. Ese hombre que a mis ojos nunca envejecerá, pues siempre será joven y valiente. Ese maravilloso hombre que una vez fue hijo y que me enseñó a serlo siendo el mismo, un día, padre. Luego de haber celebrado el Día del Padre, siempre quiero agradecerle por cada segundo de mi vida, por cuidarme eternamente, porque sé que en él puedo confiar. Hoy recuerdo que soy huérfana de padre, pues murió cinco meses antes de que yo naciera. Recuerdo que nunca lo vi, pero que siempre lo tuve presente. Hoy lo que más recuerdo es que él fue quien, con su ausencia, a mi madre le dio carácter; que con su memoria, a mis hermanos y a mí nos controló; que con su muerte, nos enseñó la cercanía al cielo; y con sus sueños, las nubes nos dio. Recuerdo también que fue su espíritu y mis oraciones quienes, como en un susurro, le comentaron a mi madre -que silenciosamente me escuchaba rezar-, lo mucho que deseaba una mascota. También puedo estar segura que aún de muy pequeña, era él quien antes de dormir me hacía rezar al que a su lado estaba, me dijo cómo se llamaba y que era mi amigo. Su nombre era Dios. Creo también que fue él quien me hizo ser puntual, pues con su ejemplo aprendí a valorar el tiempo en vida y afirmar que, con toda certeza, sé que no era por celos que mi madre no me permitía llegar tarde o con un amigo, puesto que sé que era mi papi, el que le decía que no estaba bien. Hoy a mi padre no puedo verlo envejecer, pues sólo una foto tengo de él; pero sé que su espíritu siempre me ha de proteger. Gracias papá, soy tu hija, y a mucho orgullo tendré que decir: huérfana de nombre; pero, el alma de mi padre tiene vida y me acompaña. Sol Montalván Reyes- Club de periodismo de la Institución Educativa Sagrados Corazones Sophianum |