Hay
que heredarles el cinismo,
necesitan
dejar esta prisión,
y
que sonrían ante la estupidez.
No
pueden germinar con el llanto
la
arrogancia de una despedida,
esa
luz que, marchita, ocupa su
grandeza.
Por
qué tanta tortura, les preguntan,
qué
desdén de la vida los acosa,
ellos
no saben, no quieren ver
que
este mundo inventado
es
estúpido y feo,
¡pero
canta!,
y
florece cuando lo vemos bien.
[Sociedad]
Reclamamos
enterrarnos,
o
hundir nuestros abismos en ella;
y
qué sorpresa: de amar y odiar
para
que esta armonía victimaria
funde
una historia, una costumbre
de
casas, familias y fortunas.
[Recuerdos]
Hagas
lo que hagas
te
inclinarás al viejo calendario.
Si
en tu brazo derecho
o
en la muñeca de tu mano
hay
una cicatriz o una señal,
vendrá
de aquellos días.
Nada
puedes hacer,
el
olvido te deja,
te
ultraja la memoria
desde
el presentimiento.
En
el último piso,
o
a la diestra de un árbol,
una
calle perpetua
o
estos mismos caminos
se
nombran tus recuerdos.
Vuelve
atrás y no temas,
el
caballo de palo que galopa
da
a la infancia su juego.
Hoy
mi voz que ya tiembla
pronuncia
aquellos nombres,
el
instante me tiene:
el
tiempo ahí me deja…
[Patria]
Habremos
de soñar con los cadáveres,
hemos
de abrir la sangre devastada,
y
un himno solitario sin dominio
ha
de tocar la herida de este nombre:
Patria:
qué hueco de verdades,
qué
falso testimonio de la nada…
[Mortales]
Y
saberse tan frágiles,
tan
dóciles al tiempo;
acabados,
gastados, destruidos,
inventamos
el día, su memoria,
los
íntimos momentos de las horas.
Se
abre la flor y muere,
nace
el mañana y sucumbe,
la
piedra siempre callada,
el
hombre derrotado se miente,
sueña
más allá de sí mismo.
A
dónde eternidad que acabas…
[Libertad]
El
prisionero es una celda,
límite
y cárcel:
toda
emancipación
que
él desea
lo
lleva con espanto y horror
a
otros encierros…
[Ficción]
Sería
maravilloso todo esto,
que
nos cortaran la cabeza
y
la tuviéramos en nuestras manos,
que
alguien frente a nosotros
volara
de verdad, sin mentira,
o
se volviera pequeñito o gigante,
quisiéramos
el sueño sin preguntas,
vivir
las pesadillas y habitarlas,
quedarnos
para siempre en las
creencias.
Todo
esto sería maravilloso, es cierto,
si
no tuviéramos la estúpida sonrisa
de
inteligencia y razón,
si
no hubiera otra mirada:
de
falsedad y de mentira.