Artes & Letras

Poesía

Felipe Mendoza (México, 1968).- Poeta y ensayista. Ha publicado en más de 50 revistas literarias de México y el extranjero. Es autor de los libros de poesía: Acertijo de color (Editorial DIFOCUR, 1993), Fatiga para la luz (Cronopia Editores, 1995) Fruto de soledad (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2001), Los vientos enemigos (Ediciones sin nombre y DIFOCUR) y Temas literarios (Colegio de Sinaloa Editorial, 2004). Ha participado en el Festival Internacional de Poesía "Cielo abierto" en Lima, en 2008. Definiciones Perennes es su último título publicado en conjunto con el Instituto Sinaloense de Cultura de México y Cascahuesos Editores de nuestra ciudad

[Tristes]

 

Hay que heredarles el cinismo,

necesitan dejar esta prisión,

y que sonrían ante la estupidez.

No pueden germinar con el llanto

la arrogancia de una despedida,

esa luz que, marchita, ocupa su

grandeza.

Por qué tanta tortura, les preguntan,

qué desdén de la vida los acosa,

ellos no saben, no quieren ver

que este mundo inventado

es estúpido y feo,

¡pero canta!,

y florece cuando lo vemos bien.

 

 

[Sociedad]

 

Reclamamos enterrarnos,

o hundir nuestros abismos en ella;

y qué sorpresa: de amar y odiar

para que esta armonía victimaria

funde una historia, una costumbre

de casas, familias y fortunas.

 

 

[Recuerdos]

 

Hagas lo que hagas

te inclinarás al viejo calendario.

Si en tu brazo derecho

o en la muñeca de tu mano

hay una cicatriz o una señal,

vendrá de aquellos días.

Nada puedes hacer,

el olvido te deja,

te ultraja la memoria

desde el presentimiento.

En el último piso,

o a la diestra de un árbol,

una calle perpetua

o estos mismos caminos

se nombran tus recuerdos.

Vuelve atrás y no temas,

el caballo de palo que galopa

da a la infancia su juego.

Hoy mi voz que ya tiembla

pronuncia aquellos nombres,

el instante me tiene:

el tiempo ahí me deja…

 

 

[Patria]

 

Habremos de soñar con los cadáveres,

hemos de abrir la sangre devastada,

y un himno solitario sin dominio

ha de tocar la herida de este nombre:

Patria: qué hueco de verdades,

qué falso testimonio de la nada…

 

 

[Mortales]

 

Y saberse tan frágiles,

tan dóciles al tiempo;

acabados, gastados, destruidos,

inventamos el día, su memoria,

los íntimos momentos de las horas.

Se abre la flor y muere,

nace el mañana y sucumbe,

la piedra siempre callada,

el hombre derrotado se miente,

sueña más allá de sí mismo.

A dónde eternidad que acabas…

 

 

[Libertad]

 

El prisionero es una celda,

límite y cárcel:

toda emancipación

que él desea

lo lleva con espanto y horror

a otros encierros…

 

 

[Ficción]

 

Sería maravilloso todo esto,

que nos cortaran la cabeza

y la tuviéramos en nuestras manos,

que alguien frente a nosotros

volara de verdad, sin mentira,

o se volviera pequeñito o gigante,

quisiéramos el sueño sin preguntas,

vivir las pesadillas y habitarlas,

quedarnos para siempre en las

creencias.

Todo esto sería maravilloso, es cierto,

si no tuviéramos la estúpida sonrisa

de inteligencia y razón,

si no hubiera otra mirada:

de falsedad y de mentira.