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La risa de Larissa Es paraguaya y su fama se sustenta en un brassiere que se presume 38-B. La novia del mundial, Larissa Riquelme, llegó de improviso a Arequipa para una firma de autógrafos y la más extraña conferencia de prensa vista en esta ciudad. Sí, está rica.
Un plátano y un vaso de yogurt desataron la histeria. Bastaba que Larissa le diera una mordida al fruto tropical para que la audiencia emitiera un gemido freudiano. Cuando lo remojó en el yogurt fue el clímax de unas fantasías demasiado mostradas en público. ¡Ohhhhh! decían sus fans mientras ella saciaba su hambre ante miles de cámaras de celular. Ella sabe cómo encender la chispa. Desde que su celular la hizo famosa en el mundo entero, Larissa Riquelme ha capitalizado los atributos que Dios le dio, y algún cirujano moldeó, en viajes, contratos y publicidad. Como si el mundo antes no hubiese visto un par de esas bien puestas. La conferencia de prensa se planteó como un desafío. Sin actuar, cantar o bailar (artes muy bien valoradas por el público patrio, que le otorga picos de rating magníficos a los realities de danza), la prensa apuntaba a extraerle "el lado humano", mientras sus fans alistaban el poster para la firma de rigor y cuchicheaban sobre las cosas que le harían de tenerla cerca. "Mucha ropa" era la frase más escuchada por esos libidinosos que alucinaban verla calata. Luego del plátano y el yogurt, el resto era kindergarten. Posa por aquí, posa por allá, enséñanos esto, mueve esto otro. Y se acabó. La baba de sus fans iba humedeciendo el piso del escenario preparado para el evento, mientras ella decía adiós. Algunas muchachas soltaban el malhumorado "no sé qué le ven" mientras comparaban la evidencia en carne propia. Un par de reporteros consiguieron la exclusiva de la entrevista privada, para redundar en la belleza de su sonrisa, la dimensión de sus medidas y el ringtone de su celular. Y es que la chica es guapa y punto. Tampoco era para preguntarle sobre cómo funciona el colisionador de hadrones. |