Salud

Un millón y medio de peruanos tienen problemas con el alcohol

Enfermedad que se bebe

La adicción al alcohol representa la segunda causa de enfermedades y muertes en el país, según información del Ministerio de Salud (MINSA). Pero sus efectos no sólo repercuten en la salud de los afectados, sino también en la estabilidad emocional y hasta económica de su familia y entorno inmediato. Es un problema social de grandes dimensiones.

Sin remedio. El alcoholismo es una enfermedad tratable, pero no tiene cura conocida.

El alcoholismo es una enfermedad progresiva, crónica y degenerativa; con síntomas que incluyen una fuerte necesidad de tomar a pesar de las consecuencias negativas.

La enfermedad está caracterizada por daños físicos en todos los sistemas del organismo, siendo los más complicados los que se relacionan con el sistema cardiovascular, el sistema nervioso y el hígado.

Cuando el consumo de bebidas alcohólicas es exagerado o recurrente se produce tolerancia. Es decir, el organismo requiere una mayor dosis de alcohol para obtener las mismas sensaciones. Esta situación facilita la adicción, la cual es acompañada de grandes dificultades por detener el consumo cuando se empieza a beber. Al suspender la utilización de alcohol, se desarrollan síntomas como náuseas, temblores y ansiedad.

La adicción al alcohol está vinculada a los accidentes de tránsito, la violencia familiar, los homicidios, los suicidios y otras conductas de riesgo que ponen en peligro la vida no sólo de los afectados sino también de sus familiares.

Cifras

  • La mayoría de peruanos afectados por este problema son varones adultos de zonas urbanas.

  • Las regiones donde se presentan los mayores problemas de alcoholismo son Callao, Cuzco, Lima, Junín, Arequipa, La Libertad y Tacna.

  • El primer contacto con el alcohol se da al interior de los hogares.

  • Los niños de 9 a 10 años prueban licor cuando algún familiar les invita el resto de lo que queda en sus copas.

Efectos

Los efectos se presentan en una secuencia de etapas, siempre que el individuo continúe bebiendo y de acuerdo con la cantidad y el tipo de bebida ingerida. Influye también el volumen de alimentos que se encuentran en el estómago, el peso corporal de la persona y las circunstancias en que se bebe.

Lo que sucede es que cuando una persona ingiere una copa, el 20 por ciento del alcohol presente en esa bebida es absorbido en forma inmediata a través de las paredes del estómago y pasa a la sangre. El otro 80 por ciento es procesado un poco más lentamente y también se absorbe, desde el intestino delgado, para circular en la sangre.

Después de un tiempo de abusar del consumo de bebidas alcohólicas, se presenta un deterioro en diversos órganos como el estómago, el hígado, los riñones y el corazón, así como en el sistema nervioso.

Existen una serie de enfermedades que se relacionan con el consumo reiterado de bebidas alcohólicas, como la cirrosis hepática y las enfermedades cardiacas. Algunos estudios señalan que quienes se inician en el abuso de las bebidas alcohólicas desde jóvenes, tienen una expectativa de vida 5 a 10 años menor que los que no experimentan esta situación.

El alcohol es una de las drogas más peligrosas para la mujer que está embarazada, ya que en el cuerpo de la mujer el alcohol se transforma en sustancias dañinas para las células que son absorbidas por el feto. En cantidades abundantes aumenta el riesgo de nacer con defectos, como el "síndrome alcohólico fetal", que implica la formación de un cráneo pequeño, facciones anormales, retardo físico y mental.