Informe |
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Es el único complejo arqueológico de la ciudad Ciudadela de Pillu en peligro Piedra sobre piedra, los Churajón nos dejaron una herencia muy rica. Uno de los mayores vestigios se encuentra en Socabaya: el complejo arqueológico de Pillu. Un conjunto de habitaciones de hasta mil 200 años de antigüedad, un cementerio y hasta petroglifos prehispánicos, que están siendo destruidos. El lugar no sólo ha sido tomado por invasores, sino que ha sido convertido en letrina pública por quienes viven en las zonas aledañas.
Churajón es la cultura madre de Arequipa, que habitó estas tierras entre los años 800 a 1400 d. C, antes de la llegada de los Incas. Los churajón dejaron en Pillu la evidencia más grande de su existencia, siendo en la actualidad el único conjunto arqueológico de la ciudad. Tiene una extensión de 95,76 hectáreas entre los cerros Pillu de Socabaya. El complejo está dividido en 5 zonas: viviendas, cementerio, petroglifos, andenería y caminos. "Fue aquí donde se inició la ocupación de Arequipa", comenta la arqueóloga Lucy Linares Delgado, responsable de esta área en la sede regional del Ministerio de Cultura. En esta zona hay gran cantidad de restos de cerámica churajón e incluso de la época colonial, que se reconocen por el vidriado. Además, muchas de las que parecen simples rocas, en realidad fueron los morteros y las jonas (tinas) de los antiguos arequipeños. Los muros que allí existen tienen una antigüedad promedio de mil 200 años Pero en tan solo unos meses, Pillu está siendo deteriorado por moradores de las invasiones aledañas. La más próxima a esta zona se llama Los Montoneros. Al respecto, el presidente de dicha asociación, Edward Chire, indicó que ellos están en el límite, pero no puede librar de responsabilidad a todos los asociados. Refiere que están tramitando su formalidad, para lo que requieren el permiso del Ministerio de Cultura. Afirma que están dispuestos a proteger la zona, pero la realidad lo desdice. Piedra sobre piedra Los churajón cultivaban en las zonas bajas de los cerros; en las laderas, construyeron sus viviendas. Para ello formaban terrazas, levantando muros de contención de piedra. Las primeras habitaciones fueron de un solo espacio. Las piedras eran colocadas alternadamente, de frente y de costado, para que el muro sea más resistente a los temblores. Eran unidas con una argamasa de barro con paja, según explica el arquitecto especialista William Palomino.
Estas mismas habitaciones fueron ocupadas en la época de los Incas, en la colonia y, luego, en la República, lo que las reviste de mayor trascendencia histórica. En Pillu existen antiguas construcciones que combinan muros de piedra y sillar, que corresponden a la etapa de transición entre la arquitectura indígena y la española y dan origen a la arquitectura propia de Arequipa, esa misma que nos ha valido el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad. Lo hispano aportó más ambientes a las casas, como la sala, el patio y el comedor. Así se observa en los restos de una de las casas, que correspondería a la época colonial, por el labrado del sillar en las puertas y ventanas. También se han encontrado pisos, laboriosamente armados en piedra. El cementerio Unos metros más allá de la zona de vivienda, se ubica un cementerio preinca. En medio de cactus y mucha tierra es posible encontrar los orificios circulares que usaban los churajón para enterrar a sus difuntos, junto a sus ofrendas. "Los enterraban de cuclillas o en posición fetal, sentados", precisa la arqueóloga Lucy Linares. Las paredes de las tumbas eran reforzadas con piedra. En algunos casos, en todo el contorno; en otros, sólo en un extremo, pues el tipo de terreno permitía la conservación de los cuerpos. Otras tumbas están delimitadas por rectángulos de piedras. Este modelo es similar a los restos encontrados recientemente en el parque Selva Alegre, indica la arqueóloga. También hay tumbas colectivas. Eran selladas con grandes piedras, casi planas, unidas con una argamasa de barro. Los petroglifos Al cruzar los cerros, se puede apreciar enormes piedras de ignimbrita grabadas con diversas imágenes: seres antropomorfos, camélidos y aves; además de figuras humanas que siempre están en posición de adoración.
Uno de los petroglifos más claros es el llamado Señor de Las Culebras (ver imagen). En el mundo antiguo la culebra representaba al agua, elemento al que se le rendía culto, porque se vivía principalmente de la agricultura. "Estos petroglifos eran hechos sobre ignimbrita, que es el tipo de roca más dura que hay. Son mucho más duras que las rocas de Toro Muerto", refiere la especialista. En Pillu también quedan los restos de muros hechos de enormes piedras a manera de murallas, lo que implica que en algún momento Pillu fue un centro protección. En tanto, los andenes de la zona eran principalmente para la vivienda. Además Pillu, hasta inicios de este siglo, formaba parte de la ruta de arrieros que trasladaban mercadería de la sierra hacia el litoral. Dramática realidad Pero toda la riqueza que guarda Pillu está en peligro por la falta de conservación y protección. Las antiguas habitaciones están llenas de basura y otros desechos. Este conjunto arqueológico se ha convertido en el baño público de los asentamientos humanos cercanos, pues son invasiones que carecen del servicio de desagüe. Muchos de los muros de Pillu han sido derruidos, pero no por el paso del tiempo. En una de las casas que tiene muros de sillar y piedra, manos inescrupulosas han retirado bloquetas de las esquinas, con lo que se provoca la caída de todo el muro. "Existe la clara intención de invadir la zona", refiere Lucy Linares.
En la visita realizada para esta nota, se encontró pintas con indicaciones de manzaneo en una de las piedras de Pillu y un nuevo camino que no existía, a decir del arquitecto Palomino, quien visitó la zona hace dos meses. Además, parte de las habitaciones ya no existen, pues se las están trayendo abajo. El pasado miércoles se hizo una constatación policial de los daños. En Pillu está ubicada la asociación Los Montoneros, que forma parte de los pueblos jóvenes de La Mansión. Esta invasión se produjo en la zona hace más de 8 años, y ahora pretende ser reconocida como legal, e incluso han iniciado sus trámites ante la sede regional del Ministerio de Cultura, para que se reduzca el tamaño del conjunto arqueológico y puedan obtener su formalización, lo que es imposible pues toda esta zona es Patrimonio Cultural de la Nación, desde el año 2002. (Milagros Tairó)
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