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La Columna |
MABEL CÁCERES CALDERÓN |
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Botar o votar Vencido el plazo para que las organizaciones políticas designen a sus candidatos al Congreso de la República, muy pocas sorpresas pueden esperarse entre los aspirantes a representar a Arequipa que esta vez tendrá seis cupos parlamentarios. Dado que, históricamente, la votación para el Parlamento sigue de cerca a la votación presidencial, es previsible que, por arrastre, resulten elegidos los candidatos que figuran en los primeros lugares de los partidos cuyos candidatos presidenciales aparecen como favoritos. Esto es: Luis Castañeda, Alejandro Toledo, Keiko Fujimori y, tal vez, Ollanta Humala. Muy difícilmente el Apra y la Alianza para el Gran Cambio de PPK lograrán colocar un parlamentario representando a Arequipa. Aunque, como siempre, no se descartan las sorpresas electorales. Ahora, la calidad de la representación parlamentaria mistiana, que en otros tiempos era motivo de orgullo, dependerá de la votación preferencial que, en las últimas elecciones, ha seguido mansa y ciegamente los dictados de la propaganda electoral. Así ha ocurrido con la elección de Álvaro Gutiérrez, en el 2006, junto a la "robaluz" Rocío Gonzáles y Pedro Santos, el único que se salva de esa representación vergonzosa, colocada en el Congreso por el arrastre de Ollanta Humala en la primera vuelta de esos comicios. Y también es el caso de la vicepresidenta Lourdes Mendoza, impulsada por la abundante propaganda en el canal de televisión local de mayor audiencia (aunque notablemente distanciado de los limeños, ejerce su influencia). Si es verdad que Arequipa viene progresando al galope en los aspectos económico y cultural, sería hora de que la ciudadanía aspire también a ejercer su calidad de ciudadanos con un estándar mínimo que no permita que "pasen" personas impresentables, farandulescas o francamente corruptas, como los hay entre los aspirantes. Esta elección es la oportunidad para que los electores den un golpe de timón en la lamentable dirección que han venido mostrando sus opciones parlamentarias y reeditar, con cierto nivel intelectual y ético, las memorables actuaciones de las bancadas arequipeñas, célebres en la historia parlamentaria del siglo XX. Bueno, soñar no cuesta nada. Y pensar un poquitín, antes de emitir un voto inconsciente, tampoco. |