Artes & Letras

Entrevista

Viejos asedios a José María Arguedas

El año 1995 Mario Vargas Llosa publicó el ensayo “La utopía arcaica”. Para muchos se trató de una afrenta a la memoria y la obra de José María Arguedas, para otros fue un ensayo de lucidez. Para hablar de esta lectura y otras, hechas a partir del autor peruano cuyo nacimiento esta semana celebramos, conversamos con el especialista José Gabriel Valdivia, quien nos plantea su propia lectura.

Retratos. Poeta José Gabriel Valdivia revisa lecturas sobre Arguedas.

¿La lectura que hace Vargas Llosa de Arguedas en su libro de ensayo, es actual, vigente?

Yo creo que los procesos de cambio y, fundamentalmente, los procesos de neoliberalismo en la sociedad peruana han sido tan violentos e instalados de una manera tan sorpresiva, que el propio Vargas Llosa escribe tres páginas para hablar del momento actual, de lo que él entiende, junto con Hernando de Soto, como el Perú informal, para poder así explicar o tratar de explicar que el mundo arguediano podía estar en relación con ese mundo informal, pero ese mundo informal debía ordenarse desde una perspectiva de la democracia y de un desarrollo capitalista. En esa medida entonces Vargas Llosa no explora el discurso arguediano en su posteridad, explora el discurso arguediano desde su perspectiva moderna y entiende que la utopía arguediana ve y se dirige hacia el pasado y eso no es lo conveniente. Creo yo que lo conveniente es ver cómo la dinamicidad de la sociedad peruana también era percibida desde la dinamicidad en Arguedas. No podemos negarla. Arguedas parte con el libro de cuentos “Agua”, en un pueblo chiquito como es Puquio y termina en Chimbote con “El zorro de arriba…” ¿No te parece que debió seguir pensando solo en el espacio andino?

¿Entonces por qué cambia de espacio?

Cambia el espacio porque entiende las dinámicas de las culturas, la dinámica de lo andino como que va a venir hacia la costa.

¿Eso lo entiende Vargas Llosa?

En las tres páginas que están al final él podía haber profundizado en eso, pero no lo hace pues está fuera del Perú, se abstiene de ingresar en estas meditaciones.

En esa medida ¿Vale calificar lo que dice Vargas Llosa como verdadero o falso, o hay que entenderlo en su contexto?

Yo creo que hay que entenderlo en el proceso de lecturas que se ha tenido de Arguedas. Ha habido diferentes formas de acercarse a Arguedas, y eso es válido, puesto que es una obra importante y todos hemos sido tentados a reflexionar sobre Arguedas. Vargas Llosa, en su reflexión, está dentro de una perspectiva de lectura que intenta desindigenizar a Arguedas. Hoy podemos decir que el indigenismo fue un movimiento ideológico. Creo que uno no puede evitar decir que, con toda la lucidez que pudo tener Mariátegui, para él más importante era el socialismo que el indígena. Y entonces cuando curiosamente inserta su ensayo del indigenismo en el proceso de la literatura, está planteando un derrotero que, creo yo, para su generación sirvió, pero para las siguientes me parece que ya no. De allí que las siguientes generaciones se ideologizaron, sobre todo las marxistas. Así, de ese modo, hay un primer acercamiento, el de Antonio Cornejo Polar, que intenta estructurar un marco teórico y de categorías para ver el proceso del indigenismo en la literatura.

¿Qué es lo que propone Cornejo Polar, cuál es su lectura?

Cornejo Polar va a ver tres Arguedas. En principio plantea sus hipótesis acerca del indigenismo. El primer indigenismo, el superficial, profundo, la mirada desde adentro, la mirada desde afuera que son situaciones muy marxistonas. Las dos miradas son importantes, eso está claro, pero siempre se dijo que la mirada desde adentro era más importante que la de afuera, aplicando un principio marxista y dialéctico. Si Ventura García Calderón o López Albujar miraron desde afuera, pues corresponde a su momento en el acercamiento hacia lo indígena. Ahora, si Ciro Alegría y Arguedas hablaron desde dentro, se trata simplemente de otro momento. El problema es que se quiso decir que esa era la forma correcta, adecuada, “verdadera”, de plantear lo indígena, y eso es seguir a Mariátegui porque dice que en algún momento la reivindicación vendrá del propio indígena, esa es su quimera, su sueño. En ese momento hay esa perspectiva y también es normal, porque esa es la época. Ser mariateguista en los años 80, en que plantea esto Cornejo Polar, no era ningún problema

Y volviendo a Vargas Llosa ¿cuál es el problema en su propuesta?

El problema de Vargas Llosa es que tiene una mirada que quiere, pienso yo, desideologizar a Arguedas, desindigenizarlo y tratar de ver al literato, desde su perspectiva. Por un lado la estructura del libro es interesante, te habla de la biografía y del literato; y por otro te habla de las ideas del indigenismo. Allí es una suerte de crítico y de crítico feroz y feraz, porque criticar al indigenismo es básicamente no creer en que realmente existe, por eso el título del libro, “La utopía arcaica”. Creo que en el plano de las utopías, si vemos a Arguedas desde esa perspectiva, plantea una utopía ni arcaica, ni futurista. Ósea el espacio del mundo nuevo para el país está dentro de algo distinto de lo andino. va a irse a la ciudad y en la ciudad se decidirán las cosas.

Por otro lado, reflexionando acerca del papel de la música, Arguedas dice que el huayno es mestizo. Entonces hay una mirada en Arguedas que podríamos decir que no es polarizante, ¿no?

Vargas Llosa trata eso, por eso recupera y dice que la novela más importante es “Los ríos profundos”, desde un ángulo netamente literario. Ahora el problema ahí es por qué Vargas Llosa quiere pelearse con el indigenismo.

Ahí ya no hay un problema que tiene que ver solo con la literatura, es decir de cómo él entiende la literatura.

Correcto. La visión de Vargas Llosa es la más moderna de la literatura. Hay que reconocerle eso

Pero no por ello es la más cierta

Claro, es solo la visión más moderna que él maneja. (Entrevista: Arthur Zeballos)