Ya no pido, te exijo

Artes y Letras

La gestión cultural ha sido un tema bastante sensible en estos meses en nuestra ciudad, no solo por los escándalos acontecidos en algún centro binacional y su relación conflictiva con sus ex empleados, sino también porque una nueva gestión municipal y regional empieza su nuevo ciclo. En esa medida es justo cuestionar cuán efectivas son las instituciones en el apoyo y difusión del arte y cuán necesarios son los impulsos venidos desde los propios actores de la cultura en Arequipa.

Las experiencias vividas en estos años indican que no todo ha sido como las autoridades han pretendido pintar, es decir, todo bien colorido y parejo. Mucho gato suelto y pericote malacostumbrado hay metido entre las oficinas de los Gobierno Regional o la municipalidad provincial. Para ellos, incluidos los centro binacionales, su labor cultural es fácil en la medida que ellos son los que administran los espacios.

Pero como apunta Javier Valencia, miembro impulsor de la Asociación de Artistas Arequipa «si no fuera por los artistas no habría exposiciones en el cultural, la Alianza Francesa, el Chávez de la Rosa o la Municipalidad. De hecho no habría nada en ningún lugar. Los artistas, aclara, somos los que hacemos el trabajo cultural y de ello no se dan cuenta los empresarios, ni los alcaldes, ni los encargados de las instituciones. Es más, cuando se va a pedir algo a estos lugares te tratan mal, te hacen esperar, nunca te dan las facilidades del caso para poder realizar tu trabajo, te cobran los permisos, te cobran los alquileres. Entonces es una falta total de respeto.»

Y es así. Sin desmerecer el trabajo hecho por algunas instituciones, la gestión cultural en nuestra ciudad es un ítem misterioso para los encargados de dichas oficinas, y ni qué decir si se les menciona términos como políticas o industrias culturales. Por ejemplo, en los breves discursos de los encargados de cultura de esta nueva gestión presidida por el Dr. Alfredo Zegarra, primaron los lamentables verbos infinitivos —apoyar, difundir, divulgar— que hacen ver a la cultura como una total utopía. Y es a partir de esa ineficiencia que nacen impulsos tan necesarios como el de la asociación de artistas de Arequipa.


o que hemos hecho nosotros, amplía Javier Valencia, es crear una organización mucho más grande. Entonces ahora no se trata de «te vengo a pedir», sino de «vamos a exigir», porque ellos deben cumplir su trabajo.

Para este nuevo proyecto la asociación ha fijado tres objetivos fundamentales a cumplir. El primero es unir a todos los artistas en una sola fuerza común. Crear lazos entre ellos, conocer tanto lo que hace uno y hace otro y por consecuencia propiciar la colaboración entre ellos, confluir esfuerzos y hacer un círculo de trabajo. En segundo término está el de ser el medio de representación oficial de todos los artistas de Arequipa y la región, porque no solo se ha querido reunir a los pintores, cineastas, teatristas y escritores de la metrópoli, sino también, y por una cuestión de democracia, se ha convocado a gente de Mollendo, Camaná, Condesuyos, etc. y que agrupa todas las vertientes del arte; tanto danzas folclóricas como ballet o danza moderna, teatro de calle como teatro clásico o mimo. Y el tercer objetivo de la asociación es que esta defienda los derechos de los artistas.

Por ejemplo, nos detalla el director de «La comuna teatro», en el gobierno hay leyes que se viene haciendo con respecto a la cultura. La ley del mecenazgo cultural o la ley del artista. El problema es que ellos, los congresistas, hablan de nosotros pero nunca nos consultan a nosotros.

Como sin acción no hay asociación, ésta ha planteado ya su primer gran proyecto. Realizar este año el Festival Internacional de la Cultura, donde estarán agrupados todos los artistas en un sinfín de actividades que ocuparan de cabo a rabo la ciudad.//(A. Zeballos)