Tsunami electoral

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Miren el pajarito. Los 5 polemistas posaron juntos como hermanos.

Estela Valdivia está preocupada. Está convencida que el tsunami japonés podría llevarse la vida de uno de sus seres más queridos aquí en el Perú. El ciudadano en peligro de muerte es Vladimiro Lenin Montesinos Torres, preso en la Base Naval del Callao, quien seguramente otea el horizonte desde su pequeña ventana con vista al mar. Se le hace.

Al principio nadie responde el pedido de traslado. Los peruanos convencidos de su culpabilidad empiezan a hacer números y calculan la velocidad y potencia de la enorme masa de agua en camino, para determinar sin margen de error el momento preciso del posible impacto en la Base Naval. “¿A qué hora destapamos el champan?” se pregunta un indolente. Otros debaten por las capacidades de navegación del reo. “La caca flota” se alcanza a oír en una radio, de esas que reciben llamadas de gente siempre dispuesta a brindar su opinión. Vox Populi, Vox Dei. Abimael, Elena, Polay, Feliciano y Rincón también habitan por esos lares. La misericordia de los que mandan los lleva a Piedras Gordas.

Las imágenes invaden las pantallas de toda la ciudad, y mientras se habla del riesgo nuclear, en Arequipa 5 candidatos al Congreso se preparan para debatir en los ambientes del diario en circulación más antiguo de la región. “Son los número 1” dice un presentador con lentes oscuros de sospechosos bordes dorados, mientras transmite en vivo la antesala al encuentro de marras. Desfilan frente a la cámara los escogidos por ser los primeros en sus listas. Allí está Gilberto Díaz Peralta, conspicuo chakano que se ufana de ser amigo entrañable del candidato Toledo, con quien hablar por teléfono móvil en los momentos más imprevistos, incluso cuando el ex presidente está dando declaraciones en vivo a un canal de noticias, sin celular a la vista.

La imagen más desoladora es la de una embarcación entrando a la ciudad de Onahama, arrastrada por la corriente que se lleva carros y casas como bloques de Lego. Al llegar a un puente su viaje se detiene al impactar contra la estructura, regalando a la teleplatea una imagen para la posteridad. En las redes sociales, una cadena de cines anuncia su nuevo concurso “Cuéntanos qué harías si mañana fuera el día del juicio final”, ganándose el repudio de quienes vieron allí una innecesaria carga de humor negro frente a la realidad de casi mil muertos y 2 mil desaparecidos.

Barco a la deriva. El mar puso en tierra firme buques de hasta mil toneladas.

El candidato Juan Carlos Eguren luce un polo entre rosado y salmón, color que suele verse en las tenidas de los “emos”, esos muchachitos que van por la vida publicitando su tristeza y pugnando por encajar en los jeans de la hermana menor. El look le había granjeado hace unos días el caricaturesco apodo de La Pantera Rosa, el que fue celebrado por más de un hombre de prensa que disfrutó con las ocurrencias del felino de ficción. Su metro noventa y tres pone en aprietos a los reporteros que no tomaron 3 vasos de leche al día. Igual se las arreglan para sacarle unas declaraciones que sólo Dios sabe cómo terminarán siendo transcritas en sus respectivos medios.

La costa peruana se pone en alerta. A los trabajadores que laboran frente al Pacífico se les permite salir más temprano, en previsión del infortunio. Es viernes y la consigna aparece, inmejorable: “una chela para ahogar la penas”, sin pensar que la analogía puede herir muchas susceptibilidades. En El Pueblo, una timorata candidata de sastre amarillo sufre para leer sus apuntes. A duras penas se deduce que se trata de la candidata Maribel Ramírez, que lidera la lista de Luis Castañeda (a) “el mudo”. La ausencia de un teleprompter la obliga a revisar constantemente unas hojas. Sabrán sus asesores el contenido enrevesado de esos papeles, que provocan apuros lingüísticos en la postulante, llevándola a decir palabras que bien hubieran podido quedarse en su fuero interno. El castellano siempre es el que sufre.

Una alerta nuclear empeora las cosas en Japón. La radiación en los alrededores de una planta atómica se octuplica y la histeria se desata. Estados Unidos prepara el envío de buques con expertos en la materia y gran cantidad de material congelante. En el plano musical, no falta quien se lamenta por la cancelación del concierto de Iron Maiden en Tokio. Otros, peruanos, sufren porque peligra la realización de la Copa Kirin, a la que Perú estaba invitado.

El candidato fujimorista Guido Lucioni termina su presentación asegurando que es un hombre preparado para el cargo de congresista. El moderador le da las gracias por su elocución.

El actor Carlos “Machín” Alcántara, de gira por Japón en estos días, hace conocer, a través de su manager, que se encuentra bien. Sus fans agradecen al Altísimo que haya salvado la vida del ilustre comediante peruano. La embajada peruana en Japón mejora la noticia: No hay víctimas connacionales por el momento. En Ancón se alistan para ver cómo llega lo que queda del Tsunami hasta nuestras costas. El alquiler de la silla está 5 nuevos soles.

La candidata de Gana Perú, Ana María Solórzano, es la más buscada por los reporteros. Las denuncias sobre un supuesto vínculo laboral con la Tía Pocha la hacen sujeto de deseo informativo. Ella lo niega. La misteriosa Pocha no se pronuncia y se mantiene en la clandestinidad. Los malos colegas piensan “¿saldrá canje?”.

El mundo entero se alista para socorrer en los próximos días a Japón, uno de los países más avanzados del planeta. En Ancón, un pescador lo resume todo en una frase que merece posteridad: “Es que el mar es como una dama pe’, es traicionera”.

Los peruanos convencidos de la culpabilidad de Montesinos empiezan a calcular el momento preciso del posible impacto en la Base Naval. “¿A qué hora destapamos el champan?”