Como borregos

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Jueves, a la salida. Alumnas listas para abordar movilidad.

Regresar al colegio es una travesía. Salir de casa, embutido en uniforme y encorbatado, zapatos radiantes y con varios kilos de materias y cursos que meterse a la cabeza. Quién no ha pasado por ese compromiso. Si a esa circunstancia le añadimos el hecho de partir rumbo a la escuela colgado de una combi con otros niños y jóvenes en las mismas circunstancias, el compromiso se vuelve bochorno.

A la parrilla. Movilidades están obligadas a llevar mochilas en otras partes de la unidad para mayor comodidad

Sin embargo, para la nueva generación de estudiantes, esta es la rutina. De los 300 mil escolares que habitan en la ciudad, cerca del 35 por ciento ahora se desplaza en una movilidad escolar. Pero no todos van en una unidad con las condiciones y requisitos necesarios para hacer de la llegada al colegio un confort, sino por el contrario, los estudiantes se desplazan embutidos como sardinas en taxis o autos que se contratan días previos al inicio de las labores. Y así será hasta fin de año.

Vámonos.Taxis ticos se volvieron caseritos en el negocio de la movilidad escolar. ¿Y las exigencias de seguridad?

DE LOS REQUISITOS
Ante la proliferación de colegios privados, la demanda de las movilidades escolares va en aumento. Por eso, la municipalidad provincial de Arequipa (MPA), a través de su gerencia de Transporte, ha tenido que regular y establecer condiciones para prestar el servicio, lo que muchas vecesno se cumple. Las categorías de las unidades se definen en tres secciones que comprenden M1, M2 y M3. Para las primeras, el auto como mínimo debe pesar mil kilos, portar las correas de seguridad en los asientos y llevar rótulos de Movilidad Escolar para identificar que es un automóvil que desplaza niños y adolescentes.

Las de M2 tipo combi, además de tener lo anterior, en la norma de la MPA se establece una puerta de servicio siempre en el lado derecho, salidas de emergencia señalizadas, asientos no plegables, indicador de señal visible para el conductor que indique que una puerta está abierta, cinturones de seguridad y demás implementos. Y la M3, estilo bus, debe contar con claraboyas de ventilación, frenos hidráulicos, estar pintadas de color amarillo y las demás características ya nombradas. Además de todas estas exigencias, deben llevar triángulos de seguridad, neumático de repuestos, botiquín, linterna, extintor, etc.
Cosas e implementoscon los que, la mayoría de unidades dedicadas a este servicio, no cumplen. Entonces, la cultura taxi tico se traslada a la movilidad escolar tico, las cuales cobran de 30 a 40 por ciento menos de los 70 soles que se paga en una movilidad tipo combi.

Revienta. Escolares y sus mochilas apachurrados dentro de movilidad tico.

HASTA QUE LLEGUEN LAS DESGRACIAS
Considerando la situación social de la mayoría de quienes prestan este servicio y la de sus usuarios, los autos ticos y otras unidades improvisadas no pueden ser impedidos de realizar su precaria labor de trasladar los estudiantes al colegio. Pero en base a las exigencias municipales, se buscará detener los servicios que no cumplan con los requisitos mínimos. “Desde que se inició el año escolar se han montado varios operativos de seguridad y resguardo. Se hallaron faltas leves en conductores que trasladan a los niños pero en las próximas semanas seremos más drásticos. Primero está la vida”, declara el mayor Elmer Armando Ramos Chávez, jefe del control de tránsito de la Policía Nacional.

Entre tanto, resaltan sus deficiencias. Un punto crítico de las unidades de transporte escolar improvisadas, como los ticos, son las cuotas de dinero que cubre el SOAT. En el hipotético caso de un accidente, la aseguradora cubre sólo al número de personas que se permite llevar en la unidad. Si es un tico, son tres personas más el conductor. Sin embargo, de acuerdo al servicio que se observa, los ticos exceden el número de pasajeros llevando, muchas veces y durante todo el año escolar, a cuatro niños atrás, dos adelante, además del conductor. “Si son niños, entran todos”, es la consiga de los choferes.

Las mochilas vuelan para atrás, si no existe la parrilla, y la movilidad escolar avanza rozando con el suelo por el peso. Y ante el mal servicio, se refuerza la práctica del “cachueleo” entre los taxistas, porque con trasladar seis alumnos a treinta soles, la billetera crece a fin de mes. En tanto, la seguridad y comodidad de los menores pasan a segundo plano. Pues, en fin, es como dijo el laureado poeta puneño Gamaliel Churara “los borregos, valen por su cantidad”.