Continuará…

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Por estos días, casi no puedo caminar por la calle sin ser abordada por personas de diverso ánimo, al preguntarme, ¿qué pasó con El Búho?

Ciertamente, más de dos meses fuera de circulación ha alimentado todo tipo de especulaciones. Las hay desde quienes preguntan con cierta conmiseración, otros que se solidarizan con indisimulada malicia, los indiferentes y los que genuinamente, están preocupados porque en su generosa interpretación, este bache sería una señal más del consistente proceso de degradación que ha emprendido esta ciudad, a pesar de, o precisamente por el auge de la nueva “modernidad”, representada por los malls y su universo plastificado.

La respuesta es sencilla. El Semanario El Búho, llegado a su número 500, ha entrado en un profundo proceso de reestructuración, lo que quiere decir: revisión de lo hecho, análisis del entorno, cuentas, números, verificación de metas y reflexión. Y estas son algunas de las conclusiones:

En primer término, el modelo del periódico impreso semanal, que no llega al nivel de los semanarios en formato revista, ni se diferencia notoriamente de la levedad de los diarios, parece haberse agotado, tanto en cuanto a su modelo de financiamiento, como en su función informativa-analítico-denuncia. El formato ha sido prostituido por algunos malos elementos del oficio, el mercado está saturado, el público es ajeno a la lectura, en general y no hay nada que augure un cambio. Así pues nuestra trinchera de papel, ha cumplido con fiscalizar, denunciar, orientar, analizar, informar, difundir y alentar las expresiones artísticas. La pregunta ahora sería ¿ha cumplido la sociedad arequipeña con su parte, que consiste en alentar la descentralización, la difusión de la cultura, la transparencia, la vigilancia de sus autoridades o el reconocimiento de valores como la honestidad en el ejercicio de la profesión? La respuesta queda pendiente.

En segundo lugar, eso no significa que el modelo de El Búho, se haya agotado. Y este modelo de ejercicio periodístico que consiste en cultivar la vocación por la verdad, la honestidad intelectual, la profundidad, la buena escritura, la irreverencia, el humor y la inteligencia; permanece con nosotros, con los integrantes de la organización, sus colaboradores, los lectores y el público que ha sabido reconocerlo y alentarlo. Lamentablemente entre ellos no figuran precisamente las instituciones encargadas de la promoción cultural, ni las autoridades regionales ni muchas locales que han preferido apoyar a la prensa chantajista e inescrupulosa; y con ello contribuir a su progresiva degradación, con la esperanza de eliminar la crítica a sus gestiones.

Por tanto, y a tono con la gran prensa mundial que está abandonando el papel para expandirse por el universo virtual, esta marca que ya es sinónimo de credibilidad y altos estándares continuará por esta vía, pero no dejará el papel, lo mejorará. A partir del mes que viene, “El Búho, la Revista”, tomará el lugar del sacrificado semanario en papel periódico, pero no nos pidan que la frecuencia semanal sea retomada de inmediato. Dependerá de los lectores en qué plazo podremos pasar de la frecuencia mensual a la quincenal y de la quincenal a la semanal, de modo que el Semanario “El Búho” vuelva a nuestras calles, mejor trajeado, mejor arreglado, a tono también con el progreso al que todos en Arequipa, aspiramos. Y la ciudad tendrá, por fin, una publicación de lujo, con estándares mundiales. Depende de ustedes.