
La Modernidad según el Evangelio de San Florentino
Para qué mas diplomados en Conservación del Patrimonio? Para qué mas cursos y conferencias sobre el valor de la herencia patrimonial de la ciudad? Para qué mas ciencia dedicada a rescatar los riquisimos vestigios culturales de nuestros ancestros? Para qué preocuparnos que gente inescrupulosa se dedique a demoler bóvedas y casonas “abandonadas”? Para qué un Ministerio de Cultura ni que ocho cuartos? Para que tanto rollo, si tan solo basta escuchar las “autorizadas” voces de la Municipalidad Provincial de Arequipa, ahora súbitamente investida como máxima autoridad en materia cultural para decidir qué es patrimonio y qué es un montón de piedras abandonas y sin valor.
Preocupa que la primera autoridad edil -muy suelta de huesos- haya manifestado opinión sobre un tema absoluta y estrictamente técnico, sin tener la mas mínima idea (ni respeto) hacia elementos urbanos protegidos por ley. Lo menos que se espera de una autoridad edil es que ésta permita, tolere y/o promueva, cualquier forma de destrucción del patrimonio de la ciudad, tanto sobre aquel plenamente reconocido como sobre cualquier otro prospecto. Tal parece que al castigo de la naturaleza ahora se suma el castigo de autoridades que confunden el termino “autoridad” con “autoritarismo”.
Desque aquí un llamado a la cordura y un llamado la conciencia para que pongamos barbas en remojo. Nadie duda que Arequipa requiere de obras y nadie se opone a éstas; pero es muy molestoso tener que soportar que éstas se ejecuten al caballazo (léase sin una planificacion integral) y con cimientos de barro (literalmente). Es necesario que se erradique, de una buena vez, esa muy mala costumbre de solo hacer obras que generan rédito político a favor de quienes ejercen temporalmente la administración de la ciudad; olvidando que se trata de un puesto al servicio de la ciudad y no de un puesto para servirse de la ciudad.
Finalmente, reiterar a la autoridad edil que la modernidad no es única y exclusivamente alcanzable mediante obras “modernas” (aunque la Edad Moderna y el Modernismo ya pasaron a mejor vida hace siglos atrás, pero en fin… aquí si no eres “moderno” eres jurásico). La “modernidad” a la que se refieren –insistentemente- nuestros alcaldes debiera ser reemplazada por una visión mas contemporánea y mas futurista. Debieran, mas bien, referirise a cómo lograr una ciudad mas sostenible, mas vivible, mas eficiente, mas rica (cultural y gastronónicamente hablando), o tal vez una ciudad mas inclusiva e incluyente; pero eso de hacer de Arequipa una “ciudad de clase mundial” o una “ciudad moderna”, parecieran ser visiones algo retrógradas y antihorarias. Por último, alguien podría explicarme el concepto de “ciudad de clase mundial”?. Será que Arequipa es una clase de ciudad que aún no pertenece a este mundo? Y si Arequipa aún no es una ciudad “de clase mundial”, que clase de ciudad somos? Que otra ciudad se da el lujo de conservar la Basílica Catedral mas bella de América del Sur en su Plaza de Armas? Que otra ciudad se atrevería a nacer al pie de un volcán? Estos y otros atributos ya hacen de Arequipa una ciudad de clase mundial, pero lo peor es no reconocerlo y pensar que ya para serlo hay que hacerla mas “moderna”. Si la modernidad y la clase mundial no pueden dialogar con el pasado, nos hemos quedado en el pasado. Lo curioso es que ya estamos en pleno siglo XXI y todavia hay quienes, a pesar de ser gobierno, se encuentran bastante desactualizados, abrazando ideas del pasado. Será por eso que quieren deshacerse del pasado? Es asi como piensan alcanzar modernidad de clase mundial?.