Eco-amistades: entre canes y ramas

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ENTRE PERROS Y ARBOLES: NUESTROS VERDADEROS MEJORES AMIGOS

A pesar de históricas sindicaciones colocando a nuestro mejor amigo sobre cuatro patas, moviendo la cola y ladrando;  permítaseme arguir –a la luz de todo lo que hoy sucede en nuestro vapuleado planeta- que dicho sitial también debería ser compartido por  ese otro ser que, anclado en el suelo, abre sus brazos y prodiga frutos, penumbra y muchas otras decenas de beneficios. A continuación, 10 poderosas razones para  sustanciar por que deberíamos incluir a los árboles en nuestras redes de amistades mas valiosas.

En primer lugar, los árboles proporcionan graciosamente una buena parte de los 120 galones diarios de oxígeno puro que cada persona consume -la otra mitad la produce el fitoplancton marino- y sin el cual no podriamos sobrevivir mas alla de 5 minutos.  Se imaginan lo que significaría producirlo artificialmente y comprarlo a diario, tal como hacemos con la gasolina y los alimentos enlatados? Sin duda, gracias a los árboles, nuestro planeta existe en la forma como hoy lo conocemos, pues de lo contrario seriamos seres muy diferentes de lo que vemos frente al espejo; aunque a veces tengo mis serias dudas cuando debo soportar a ciertos politicoides erectus en el uso de la palabra.

En segundo lugar, los árboles hacen las veces de fitoremediadores, es decir, que se encargan de limpiar el suelo y el subsuelo de sustancias tóxicas e indeseables gracias a su sistema radicular que las absorbe y las vuelve menos peligrosas para la humanidad. Se imaginan todo el gasto que nos ahorran en semejantes tareas? En tercer lugar, los árboles en la ciudad -cuando están correctamente ubicados y seleccionados- funcionan como atenuadores acústicos, reduciendo el ruido indeseable que, paradójicamente, proviene de las propias actividades humanas. Aún asi, hay muchas ciudades que gastan millones de dólares en muros acústicos a lo largo de autopistas cercanas a zonas de vivienda. Es mas, un bosque urbano combate el ruido ambiental a traves de la propagación de sonidos agradables provenientes del movimiento de sus ramas y del canto de la aves que anidan en sus copas.  Aún asi, buena parte del presupuesto municipal de algunas ciudades se va en murallas acústicas a lo largo de autopistas urbanas.

En cuarto lugar, los árboles protegen el suelo de la erosión, impidiendo que las aguas produzcan huaycos violentos, haciendo que las alguas de lluvia percolen hacia el subsuelo, recargando acuíferos, y evitando que los suelos se desestabilicen gracias a la acción mecánica de sus poderosas raíces. Si las laderas de las montañas al este de la ciudad hubieran estado cubiertas con árboles, arbustos y matorrales, muy probablemente no hubieramos registrado tantos daños como los recibidos la semana antepasada y no hubieramos permitido que tanta agua dulce se”pierda” en el mar. En quinto lugar, los árboles funcionan como sumideros de carbono, es decir, que para producir su alimento, los árboles secuestran dióxido de carbono, un gas responsable del efecto invernadero. Gracias a los árboles el carbono se queda aquí en la tierra y no allá en la atmosfera donde genera situaciones indeseables. Es por ello que un incendio de bosques nos perjudica doblemente.

En sexto lugar, filtran el aire de particulas y otros materiales en suspensión, atrapándolos en sus hojas. Recordemos que en Arequipa a diario se precipita una lluvia microscópica de material particulado, (al cual me he permitido bautizar como smust –polvo mezclado con hollín- en contraposicion al smog) que termina, gracias a la poca humedad de nuestro organismo, adherido a nuestros atuendos.  Adicionalmente los árboles refrescan la temperatura del aire en la ciudad; un parque arbolado puede registrar hasta 6 grados centigrados menos que en cualquier calle sin árboles. Cuánto gastaríamos en enfriar el aire artificialmente, como lo hacemos al interior de nuestras casas? No me atrevería a echar números.

En sétimo lugar, los árboles ofrecen un efecto psicológico positivo sobre las personas. Los pacientes de hospitales con vista a áreas arboladas se recuperan más rápido que aquellos pacientes con vista a espacios áridos. Del mismo modo, los trabajadores que cruzan parques y calles arboladas -para llegar a su trabajo- producen más que aquellos de usan rutas áridas. Una calle arbolada reduce la cantidad de accidentes de tránsito, pues ayuda a un manejo mas pausado y mas concentrado. No hay tantas distracciones por letreros luminosos ni deslumbramiento por radiacion solar en contra, gracias a la penumbra. En octavo lugar, una ciudad con árboles es mucho mas atractiva, no solo para sus propios habitantes, pero tambien para los visitantes. Caminar por calles arboladas es un placer que sólo he podido gozar  en aquellas ciudades que piensan en el cuidadano como peatón y no únicamente como contribuyente (o como “administrado”, ese feo adjetivo como nos conocen los burócratas municipales aquí en el Perú).  Por otro lado, hay que reconocer que cada dia la ciudad se inunda de adefecios arquitectónicos (con el perdon de quienes se sientan aludidos y con muy honrosas excepciones) y qué mejor que “maquillar” el paisaje urbano-arquitectónico indeseable con árboles. Y del mismo modo, nada mas espectacular a la vista que un hermoso edificio rodeado con árboles. Con mas árboles no habría pierde y hasta podríamo tener una ciudad mas sexy.

En noveno lugar, los árboles generan importantes plusvalías. Las propiedades en calles arboladas valen muchísimo mas que aquellas similares en calles desérticas.  En Estados Unidos una propiedad con árboles maduros se valoriza hasta en 30% mas que sus similares sin árboles. El Central Park de Nueva York ha sido valorizado en 500 mil millones de dólares, es decir, 500 veces mas que el costo del Proyecto Majes-Siguas; y estamos hablando de un parque urbano que recibe 25 millones de turistas al año. En el Perú, desde Tumbes hasta Tacna, apenas recibimos 3.
En décimo lugar, los árboles son los habitantes urbanos y ecológicos por excelencia, ya que trabajan casi totalmente gratis para nosotros –apenas nos piden un poco de agua a cambio-; trabajan todo el tiempo -24 horas, los siete dias-, sin descanso, sin pasárselas leyendo pasquines chicha o maquillándose cara y uñas en horas de trabajo y, aquí lo mas importante, sin organizar paros ni huelgas. Es decir, no se les paga nada y ni siquiera se quejan los pobres; y encima, los talamos, los atropellamos y les negamos un poco de agua; sino, díganme dónde están aquellos canales callejeros de riego por donde antaño discurrian aguas a sus raíces? Claro, ahora el riego es motorizado, lo que deviene en una practica insostenible, pero muy rentable por el lado de una innecesaria compra de combustibles y tanques cisterna. La ley de la gravedad podría llevar agua gratis hasta cada árbol, como antes; pero hay quienes piensan que, en el siglo XXI, es mejor hacerlo del modo mas difícil.

Arequipa requiere urgentemente de mas árboles, de eso no hay duda; pero no se debiera tolerar promesas demagógicas como aquellas que hablan de 3 millones de árboles, olvidándose que cada uno requerirá de 10m2 de espacio libre para su desarrollo pleno, lo que implica contar con un minimo de 3,000 hectáreas de suelo no edificable. Dónde están esas 3,000 hectáreas? Piensan regar 3 millones de árboles con tanques cisterna? Hay presupuesto para mantenerlos, conservarlos y reponerlos? Qué estudio técnico ampara la necesidad de tal cantidad de árboles? Que tipo de árboles y que técnica de forestación se aplicará?  Está el municipio preparado para administrar 3,000 hectáreas de árboles?  Shhhhhh!!! Parece que solo se oye estática detrás de un mutis ensordecedor.

El pasado miércoles 21 se “celebró” del Día Mundial Forestal y que se sepa, ninguna autoridad local hizo nada por homenajear a esos trabajadores que se rompen el tronco y las ramas por darnos, gratis, ese verdor que tanto anhelamos y que muy displicentemente, subvaloramos. Habia otro motivo mas importante para descuidar el reconocimiento a los árboles por sus invalorables servicios prestados, ademas de recordar el dia del agua? Solo recordemos que aun despues de muertos, los arboles siguen siendo utiles. De sus ramas, hojas y troncos hacemos remedios, leña para el horno, adornos y madera para muebles, incluyendo el ataúd dónde acaso reposarán los huesos de aquel que nunca les presto atención. Que nobleza de especímen!

Por lo pronto, SPADA, la Sociedad Protectora de Arboles de Arequipa, que me honro el dirigir, se opone a cualquier acto que implique la tala indebida y la poda indiscriminada de árboles dentro del ámbito urbano de la ciudad, ya sean estos públicos o privados, por tratarse de especímenes que ofrecen importantisimos servicios ambientales y paisajistas a todo el ecosistema urbano, sin distinción de jurisdicciones político-administrativas ni estratos sociales y por que se trata de servicios que como sociedad, muy dificilmente, podemos replicar de manera artificial.

Finalmente, exigir a la adminstracion municipal un manejo y gestión mas profesional de la arborización urbana en Arequipa, utilizando las herramientas y las estrategias mas eficientes para lograr revertir la sensación de aridéz y mantener una calidad ambiental y paisajista óptima, mediante un Plan de Arborizacion Urbana enmarcado dentro de los principios y conceptos de sostenibilidad y de la planificacion paisajística integral.