Nuestro último refugio

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Costa Peruana desde el espacio

Cualquier viajero interestelar que visite esta parte de la Vía Lactea terminaría defraudado si pensara que esa hermosa esfera azul orbitando alrededor del Sol -entre Venus y Marte- alberga un lugar cuyas estadísticas vitales reflejan,, igualmente una situación en “azul”; pues nada mas alejado de la realidad. Las cifras de nuestro vapueado planeta están al rojo vivo gracias a la prepotencia de una especie que parece haber confundido su rol de mayordomía para actuar bajo la influencia de un insano expansionismo consumista que no diferencia entre la razón y la sosería.  Y como cada 22 de abril, desde hace 42 años, se celebra el “Dia de la Tierra”, en un acto que buscó llamar a la reflexión y a la conciencia humana; pero sin haber logrado otra respuesta que la indiferencia total de la mayoria de los 7 mil millones de pasajeros que hacemos de esta frágil nave nuestro hogar temporal.

Efectivamente, a la fecha, parecen ser mas los que piensan que este planeta está a nuestra entera disposición, sin control o restricción de alguna clase. No entienden, mis pobres congéneres, que por mas título de propiedad que poseamos, al final sólo somos simples y meros inquilinos y no todopoderosos propietarios de este suelo. A pesar de ello, la gran mayoria -desde el gran empresario minero hasta el último cobrador de combi-, persisten tercamente en ignorar cuales son sus verdaderos roles para con el planeta. Cada quien solo quiere ver la realidad planetaria desde su propio caleidoscopio, sin importarles el conjunto y actuando de manera muy “zoológica”, pues unas veces lo hacemos como el avestruz, otras como la tortuga y otras como el cangrejo, con el perdon y respeto que los citados miembros de la naturaleza se merecen. El resultado es lo que hoy tenemos; un planeta enterrado de necesidades humanas insatisfecha que lucha por mantenerse en equilibrio en medio de una tormenta de hambre y corrupción de las que únicamente aprovechan aquellos pocos que detentan el tan ansiado y añorado poder. Poder? Joder!!

Mientras tanto, la degradación planetaria sigue su rumbo y cada vez menos personas recuerdan una Rachel Carson advirtiéndonos, hace ya casi 50 años, de una “Silent Spring”, gracias al efecto del DDT y otros agrotóxicos, muchos de los cuales continúan en uso por aquí o por allá.  Ni que hablar de quienes recuerdan las “verdades incómodas” señaladas claramente por el ex vicepresidente Al Gore, cuyo nombre es seguramente ignorado por la mayoria de nuestras autoridades locales; (apostamos?) pues Al Gore, lamentablemente -y como bien sabemos-, no es exactamente proveedor de materiales ni contratista de obras.  Que va!  Lo que importan es hacer obra y las obras mientras mas “zoológicas” mejor. Al caballazo, al cocodrilazo o al equinazo incluyendo al marabuntazo.  Las ciudades de este planeta –dicen algunos- tienen que crecer y tienen que hacerlo sin parar de verter mas concreto y mas asfalto, olvidando a un Mies van der Rohe pregonando “menos es mas”.

Pero entonces, que estamos haciendo con nuestras ciudades, que al final son los lugares donde la mayoria de pasajeros planetarios parecemos estar mas cómodos?  Seguramente no hay nada mejor que un asiento con vista al mar, pero no todas las ciudades ofrecen una vista asi de privilegiada, como Ilo.  Un letrero en la carretera costanera hacia Tambo me deja entre fundido y confundido: “No contamine el medio ambiente” rezaba -con letras blancas en fondo verde-, mientras a la vuelta de una curva surgían fantasmagóricas formas entremezcladas con efluvios blanquesinos que se elevaban a borbotones al cielo moqueguano, en medio de un estruendoso maquinar de fierros que opacaron por varios minutos, el suave murmullo de las olas del litoral.  Es esto desarrollo? Es esto progreso?

Con cada vez menos agua en los glaciares, es evidente que en poco tiempo, solo nos quedará un solo sitio para vivir el resto del viaje cósmico. Pero viendo lo que estamos haciendo con las harineras, las pesqueras, las fundiciones, las siderúrgicas y próximamenete con las petroquímicas, será éste el destino de nuestro último refugio?