La Serva Padrona. Historia, melodía, y humor para todos

Cultural

 

La exitosa ópera La Serva Padrona llegó a su fin este domingo 10 de junio, con un espectacular repertorio musical ofrecido en el Centro Cultural Peruano Norteamericano.

En el inicio, la graciosa y bella sirvienta Serpina (Adriana Ochoa Diaz), se ha convertido en la imagen misma de la arrogancia y necedad al querer ser la dueña y ama de su patrón Uberto (Julio César Cáceres Gómez). Él está molesto con ella porque ya es mediodía y ella todavía no le ha traído el chocolate del desayuno. El viejo solterón no entiende por qué su sirvienta se ha vuelto tan déspota si él la vio crecer desde pequeña en el seno de la inocencia y la sencillez.

En medio de esta odisea de preguntas, su criado mudo Vespone (Andrés Luque Ruiz deSomocurcio) lo acompaña y compadece, aunque de una manera muy silenciosa. Es entonces cuando Uberto decide llamarla, mientras le pide su sombrero, peluca y abrigo porque va a salir.

Así, entre la musicalidad de la orquesta y el fragor de la cotidaniedad aparece sobre las tablas la dulce y arrogante Serpina. La doncella le prohíbe abandonar la casa, añadiendo que en adelante tiene que obedecer sus órdenes. Uberto, cansado de la impertinencia de Serpina, ordena a Vespone que le encuentre una esposa y así pueda librarse de su sirvienta.

Pero Serpina, no es tonta y convence a Vespone para que le ayude a conquistar a su patrón. El criado se hace pasar por el Capitán Tempesta,  un soldado de mal talante que se quiere casar con Serpina, pero exige cuatro mil coronas por ella. Uberto rechazar pagar la suma, arguyendo que no es su asunto, aunque algo preocupado y celoso, pues la hábil Serpina con un cántico de argumentos le convence de que ella es la esposa ideal.  Tempesta lo amenaza y Uberto, intimidado e ingenuo por lo que pueda pasarle, decide aceptar el matrimonio con Serpina. Entonces los criados revelan el truco; pero el amor envuelve los escenarios del teatro y Uberto se da cuenta que siempre estuvo enamorado de su doncella y no cabe discutir más.

A partir de este punto la obra de Pergolesi , dirigida por Andrés Luque Ruiz de Somocurcio, transcurre en las posibilidades del amor y la condición social de los protagonistas. La ópera concluye  con el matrimonio de Serpina y Uberto y la música desenfada y deliciosa dirigida por la Zoila Vega Salvatierra.

El espectáculo se consolida puesto que tanto al inicio como al final de la obra, los integrantes de la Orquesta de Cámara  Calíope dan una  vivaz musicalidad de acuerdo al repertorio establecido, ofreciendo una impecable presentación de la ópera.

La Serva Padrona se convirtió en una nueva forma de comprender el melodrama concretamente  de la ópera bufa, en la cual pretendía haber encontrado aquella unión de música y lenguaje con la que nosotros, los oyentes, podríamos por fin ponernos en contacto con nuestra verdadera naturaleza, a la sazón corrompida y degenerada a causa de un lenguaje moderno, tan convencional y racional como poco unido a nuestra naturaleza originaria, a nuestros sentimientos y, por tanto, a nosotros mismos.

El despliegue artístico técnico, artístico, musical y de escena no es tarea fácil. Sin embargo, la apuesta que hizo la Universidad Católica San Pablo, Ministerio de Cultura y el Centro Cultural Nortemericano  ha valido el esfuerzo.

Así, La Serva Padrona es un genial esfuerzo por promover el canto y el arte en la ciudad de Arequipa.