Amigo Cisneros

Amor al chancho

(I.M.)

 

«nadie nunca te reemplaza  y las cosas más triviales  

se vuelven fundamentales porque estás llegando a casa»

(Mario Benedetti)

 

 

¿Ahora, qué le voy a decir a tu madre?… a los demás.

Esos pulmones reventados, te aseguro no duelen más, esas costillas rotas como vigas no duelen más, esas manos molidas, partidas, desolladas… te aseguro. A ella le dolerá el doble cuando se entere. La pobre. Por acá dicen que el trago tiene la culpa, y si no, sólo Dios sabe. Que tu ex mujer te hizo brujería y por eso ibas en malos pasos, que en tu pueblo hacen magia negra además, y tú ni cuenta te distesss (así dicen en tu pueblo), pero acá, acá dicen que quizá no fue la brujería lo que te hizo así: pegalón con la mujer, mal hombre, un borrachoso temerario de aquellos, que piensa que la vida tiene para rato y el cuerpo ni qué decir, quién sabe qué más te habrás vuelto, la boca mentando vidas y haciendo juicios es buena, boca ajena sobre todo, boca que escupe veneno sutilmente.

Si será cierto todo eso que dicen de ti, yo no sé qué creer… lo cierto es que ahora todos dirán que fuistesss bueno, que no sólo fuiste un buen padre sino el mejor padrastro que un niño de cinco pudo tener. Te aseguro, esas costillas no duelen más…

A veces hay cosas que uno no quiere escuchar, ni siquiera por teléfono, la imaginación es cruel recreando malas noticias. Sobre todo de noche cuando todo parece haber terminado sin sobresaltos, los bebés sin un rasguño, la casa intacta, algunos billetes bajo el colchón. Pero cuándo no, el desamparo llega como una voz interminable… Y tu madre debe saber.

Por mí, amigo Cisneros, decirle que por fin te salió esa bendita visa a España, por mí engañarla y escribirle cartas en tu nombre diciéndole que: “estoy bien, de lo mejor, trincando el tirón con cuanta chamba encuentro, que acá viejita la gente es más educada y cada quién ve por sí mismo y sus problemas, que el rabillo del ojo lo dejan para ver un buen culo de Canarias  y que aquí no soy el espabilao que era allá, que en buena hora me salí de ese pueblo, y que ya no regreso al Perú ni por todo el oro Inca, a qué, a que me den el coñazo cada vez que se pueda, no, no viejita linda, acá estoy bien, de lo mejor, que hace frío de vez en cuando, sí, y los aguaceros sí que son fuertes, pero, si vieras que en estos lugares, porque estuve en muchos, la tragedia se ve con otros ojos.

Y de vez en cuando se extraña a la familia, sobre todo a ti viejita pero qué me queda, debo hacerme el fuerte, claro que lloro menos que al principio pero igual duele estar lejos, casi siempre huelo tu comida sazonándose en la cocina de mi apartamento madrileño, Arguelles, Malasaña o Cadiz, que sé yo, Barcelona, Zaragoza también, donde olvidé tantas fotos de la familia carajo… Pensándolo bien acá la comida no es tan buena y se lo dije así a más de uno, tó en la puta cara,  y cada vez que viajo en el metro este va tan rápido que no puedo ver nada a los costados del camino, y me ando dando el coñazo porque aquí nada es como en Lambayeque por eso me cago en la reverenda leche y los viajes”… podría decirle tantas cosas creíbles en tu nombre amigo Cisneros, pero tu madre debe saber la verdad aunque le duela como sólo eso sabe.

Primero verá tu rostro en la pared, si recibe en casa la noticia, si está afuera lo verá en el cielo y entre las nubes, amable como siempre fuiste para ella, casi de niño, tus ojos grandes, redondos pero hundidos, tu nariz ancha y chata, tus labios gruesos, todo bien puesto en su lugar como ella tiene el rostro que te dio. Luego caerá donde sea pero seco, y se introducirá en un breve sueño, en él estás en tu natal Lambayeque, tienes 4 ó 5 años, escapas de ella con un pasador flojo, eso la hace reír, entonces piensa, siempre correrás así, nada te detendrá, serás impetuoso, serás un gran hombre, y algún día vas a enterrar me donde yo te pedí que lo hicieras, así piensa ella, así piensan todas.

Despertará de ese sueño con ganas de correr hacia ti, para verte intacto y no como dicen los forenses que estás, pero volverá a caer y ya no querrá levantarse, dirá tu nombre, dirá tu nombre como su última palabra o como si después de esta no habrán más palabras que pronunciar, más verbo, predicado, interjección y todo eso, ya sabes, recordará tus días de colegial, cuando te hacía las tareas porque tú eras flojo o distraído o la pelota o simplemente tenías problemas con el papá, ese papá, tenía las manos tan grandes y gruesas como dos recias chirimoyas abultadas por todas partes.

Luego se preguntará cómo, dónde, cuándo… pero el “por qué” terminará por quitarle el aliento y algo más que la vida. Su memoria pesará como mil, toda con recuerdos tuyos, tu boca en su seno sorbiendo día y noche su dulce leche, tu primera palabra, tu primera sonrisa, el breve gateo y tus primeras caídas, eso las divierte tanto amigo Cisneros… recordará finalmente la última vez que te vio, la última vez que te dijo “ay hijo”… la última vez que la defendiste de las chirimoyas precipitándose contra su rostro igualito al tuyo, “ay, este hijo mío”…

He visto, siempre de lejos, cómo es eso, contener a una madre en esos momentos es como querer domar una tormenta sólo con palabras… esos pulmones reventados, te aseguro, no duelen más. ¿En qué estabas pensando amigo Cisneros?, así es, las pistas y el trago se combinan como el arsénico y la víctima, así es y suena duro, suena feo, suena al destino de los desdichados, suena a cantata del decadente… sabe a mierda.

Claro, con tu cuerpo bajo tierra esta no dejará de girar, todo continuará, incluso para tu mujercita y tus hijos, o amigos, para tu misma madrecita todo continuará pero en las sombras, sus días soleados en Ferreñafe, las fiestas que han de celebrarse porque uno no puede quedarse en casa en un pueblo tan chico… las constantes visitas de los familiares de cerca o las memorables visitas de los familiares del otro lado del país, los cumpleaños o los años que van desde tu muerte, las misas que te celebrarán con la misma pena, todas en tu memoria, todas, por buen hijo, padre y esposo, el mejor de los amigos y el más torpe de los bohemios.

Entonces cómo fue, recuerda que los periódicos no buscan la verdad sino asomarse a ella, nada más. Y dicen que un “station wagon” blanco (FQY-051) invadió tu carril en la curva, que los dos iban a excesiva velocidad, tu Minivan (SQY-051), esa que te dieron en la chamba y que querías tanto salió varios metros del camino, permíteme una metáfora amigo Cisneros, antes del choque tú ya te habías salido del todo los caminos incluso el de tu familia… Ahora qué le voy a decir a tu madre… que ese día tenías fútbol y un par de cervezas no son gran cosa, que los brujos del pueblo, que tu ex mujer, que ya le habías entrado al trago con regularidad, que estabas tan feliz de volver a tu tierra.

¿En qué estabas pensando? ¿Ahora tu mujercita y el pequeño de 7 que había aprendido a decirte papá sin que nadie lo obligara, y sin que nadie lo obligara aprendió a amarte como a uno verdadero?, ahora quién va a recoger tus uñas recién cortadas para llevarlas al colegio y mostrárselas con orgullo a sus compañeritos como si en ese excedente de tu cuerpo palpitara todo tu espíritu de gran padre…

LIMA MARTES 24 DE AGOSTO DE 2010/ IMPACTO/ PÁGINA 3/ CHOQUE FRONTAL DEJA 7 MUERTOS EN CHICLAYO/ …IMPACTÓ CONTRA MINIVAN LA NOCHE DEL DOMINGO/ ESCENAS DE DOLOR/ CADÁVERES/ …PROVOCANDO LA FATAL COLISIÓN/ VÍCTIMAS QUEDARON ATRAPADAS EN EL INTERIOR DE LOS VEHÍCULOS DESTROZADOS/ FUERON LLEVADOS A LA MORGUE DE FERREÑAFE/ PENOSAS ESCENAS DE DOLOR/ … SUS SERES QUERIDOS/ LEVANTAMIENTO DE LOS CUERPOS/ LAS PISTAS SE TIÑEN DE SANGRE… con tu sangre ha de ser y de otras seis personas entre ellas un bebito de 6 meses. Eso dice en los periódicos amigo Cisneros. Inevitablemente una fotografía tuya aparece al lado de Elizabeth Prieto y Luis Montalván, el otro chofer. En otra hay 3 ó 4 sapos que miran sin pena tu Minivan, trozada como una res, ahí estás tú increíblemente intacto por fuera pero con esos pulmones reventados, esas cosillas rotas como vigas, esas manos molidas, partidas, desolladas que te aseguro no duelen más que el corazón de tu viejita que bombeará fiero y lánguido, fiero y lánguido cuando se entere, lánguido, lánguido amigo.

Hoy amaneció nublado, propicio para recibir una noticia que no se espera de un hijo, un hijo muerto en la carretera. Déjalo que así se quedará en adelante el cielo nublado como nunca amigo Cisneros, para siempre.

Supongo que ahora eres una cruz más en el camino, un recuerdo aplastante, una eficaz advertencia a la altura del caserío Jabonero, ahí te visitará tu madrecita, tu mujercita, tus hijitos, en distintos tiempos y frecuencia por supuesto, porque la primera irá, si no todos los días, casi diario, la segunda cuando pueda porque ya no estará cerca, volverá al sur donde la conociste, donde se casaron. Los últimos te visitarán poco al principio y más cuando sean mayores, si no se van a Europa con tu ex mujer.

Qué le voy a decir a tu madre, por lo menos dime cómo empiezo, yo sé cómo es eso, lo he visto pero nunca me tocó dar la noticia amigo Cisneros, una madre es una madre y nada duele más que ver un hijo muerto, no me digas que ya entenderá, no me digas que se le pasará con el tiempo, que te llevará en su corazón y te recordará con cariño, y que algún día por fin las lágrimas cesarán de brotarle y le vendrá la sequía porque al fin ha entendido que te has ido porque así lo quiso Dios, y que con Dios debes estar… si yo que soy tu amigo todavía no lo entiendo, de más está hablar de resignaciones, de aceptar que la muerte es parte de la vida porque eso no es nada cierto.

Ahora, amigo Cisneros ¿qué le voy a decir a tu madre?